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Los futuros chefs visitaron tradicionales sitios culinarios y turísticos de la capital Argentina con el propósito de ampliar sus conocimientos en cocina internacional.

Cada año una delegación de estudiantes de cocina provenientes de la provincia del Limarí viaja a un país latinoamericano con el propósito de conocer su cultura gastronómica e intercambiar sus conocimientos con cocineros locales, una experiencia que marca la formación profesional de los futuros chefs y que aumenta su acervo cultural.

Un viaje que este año duró seis días en los que los jóvenes estudiantes de la carrera Gastronomía Internacional y Tradicional chilena de Santo Tomás, sede Ovalle, visitaron lugares históricos y sitios culinarios tradicionales de la capital trasandina.

Para el grupo de viajeros, incluida la docente que los acompañó, esta fue una experiencia enriquecedora, que les permitió adquirir muchos conocimientos, desde el momento que subieron al avión hasta detalles en la convivencia entre compañeros.

Aprovechando al máximo

Según comentaron los estudiantes, el viaje estaba planificado para asistir a un evento gastronómico puntual, el que fue suspendido cuando ya habían llegado a Buenos Aires, sin embargo, ellos no se quedaron de brazos cruzados y partieron al descubrimiento de la capital del tango.

Pablo Santander, alumno de primer año de Gastronomía comentó que  “si bien  la actividad a la que íbamos no se pudo realizar, por razones que desconocemos, igual buscamos lugares característicos, referentes de la gastronomía en Buenos Aires. Tratamos de conocer cómo era la gastronomía en el sector, nos informamos y no nos quedamos de brazos cruzados”.

En ese aspecto, Luisa Araya, docente que acompañó a los estudiantes a Argentina dijo que “pudimos conocer gran parte de la cultura gastronómica, ya sea las carnes, las empanadas, los helados, las pizzas, que se caracteriza mucho Buenos Aires por ello, fuimos a un café fundado en 1832, todo eso enriquece a los chicos”.

En cuanto a los nuevos conocimientos que adquirieron sobre la gastronomía trasandina, Matías Castillo, otro de los alumnos de la delegación comentó que “como uno sabe que son descendientes de italianos ya uno se va asumiendo la idea de cómo es más o menos su gastronomía”.

Por ello, se sorprendieron gratamente cuando se dieron cuenta que en clases habían aprendido a hacer la masa para pizza similar como la hacen en Buenos Aires.  Así lo señaló Pablo Santander, quien dijo que “igual me asombré de que las pizzas son características en Buenos Aires y la masa con la que ellos la fabricaban es una que a nosotros la profesora nos enseñó, uno se siente bien porque ya sabíamos”.

El futuro chef dijo además que aprendieron que en Argentina “no utilizan mucho el sazón en la carne, sino que la comen con el sabor más natural de ella”.

Experiencia para la vida

Para muchos de los estudiantes que realizaron el viaje, este fue el primero fuera de Chile, por lo que se convirtió en una experiencia única, que marca su formación profesional. “Esta experiencia me aporta harto porque, si bien uno se puede informar por internet, uno con el simple hecho de ir  allá y conocer físicamente,  probar y degustar, uno ya se siente como pagado”, aseguró Pablo Santander.

Para Flavio Carvajal, estudiante de primer año de Gastronomía y oriundo de Las Vegas Limarí, también fue una vivencia enriquecedora. “Fue una gran experiencia conocer Buenos Aires, sus lugares históricos y su gastronomía. Nunca había pensado en viajar al extranjero, es una gran posibilidad de viajar, conocer y tomar una gran experiencia para uno y formarse en lo gastronómico y en lo personal”, señaló.

Por último, la docente Luisa Araya destacó la gran cantidad de conocimientos que un viaje como este entrega a los futuros profesionales.

“Para muchos fue una nueva experiencia, ver qué trámites se hacían, por dónde tenían que pasar, los trámites legales y los pasos, que son tan estructurados en los aeropuertos, a ellos también les sirve para que utilicen estos conocimientos en otras ocasiones.  Creo que en cada momento aprendieron, desde que se subieron al avión, hasta cómo ubicar los lugares turísticos, cómo usar los mapas, la locomoción colectiva, los nombres de los alimentos que cambian, los cortes de carne, uno lo puede ver tal vez como una pincelada, pero detrás de eso hay un aprendizaje enorme”, concluyó la profesora.  

 

 

 

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