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Fueron destacados en la categoría Nuevas Generaciones Sustentables, con el reconocimiento que desde hace cinco años otorga la Fundación Recyplápolis.

En una ceremonia virtual, que contó con la presencia de la Ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt y fue conducida por la periodista Constanza Santa María,  el Liceo Bicentenario Politécnico de Ovalle fue reconocido con el Premio Nacional de Medio Ambiente 2020 en su categoría Nuevas Generaciones Sustentables, gracias al proyecto “Innovación para el Reúso de Agua y su Replicabilidad” realizado en conjunto con la Fundación Un Alto en el Desierto (FUAD) y la Pontificia Universidad Católica de Chile.

El proyecto es pionero a nivel nacional, ya que su inicio, en el año 2018, coincide con la publicación de la primera Ley de Aguas Grises N°21.075 a nivel nacional, y busca la reutilización de las aguas grises como una adaptación al Cambio Climático reciclando aguas provenientes de los lavamanos de los establecimientos educacionales, filtrándolas y ocupándolas para el riego de especies ornamentales y frutales. Esto ha mejorado sustentablemente las áreas degradadas al interior de las escuelas que son parte de la Red de Cosechadores de Agua en la Región de Coquimbo.

“Estamos creando y difundiendo una nueva cultura del agua en el país y para poder adaptarnos al Cambio Climático y a los oscuros escenarios científicos para los años 2030 y 2040, donde en el norte de Chile son menos auspiciosos agravando y complejizando la crisis hídrica que tenemos actualmente”, explicó Nicolás Schneider, fundador de Un Alto en el Desierto.

“El éxito de este proyecto se debe en gran parte al espíritu de colaboración, aquí se demuestra que es posible hacer cosas en conjunto entre el sector público, la empresa privada, la academia y la sociedad civil, poniendo a la educación en el centro de los cambios. El aporte intergeneracional y multidisciplinario también es muy relevante ya que todos participamos de forma horizontal, estudiantes, profesores/as, académicos, profesionales y funcionarios/as, no hay competencia, sólo ánimo de colaboración, eso es clave”, enfatizó Natalia Rebolledo, directora ejecutiva de la Fundación Un Alto en el Desierto.

En tanto, Daphne Cortés, estudiante de Dibujo Técnico, quien junto a Duan Urqueta, estudiante de la especialidad de Electrónica tuvieron la misión de exponer ante el jurado y defender el premio, señaló que: “Mi experiencia en este proyecto es más personal por el hecho de que gracias a esto y a todo lo que hemos pasado con mis compañeros he podido crecer mentalmente y, sobre todo, por la influencia que vamos a tener en las generaciones a futuro”.

El proyecto ganador “Innovación para el Reúso de Agua y su Replicabilidad” permite reutilizar 5.000 litros de agua al día, un millón de litros en un año escolar, lo que equivale a 100 camiones aljibe al año aproximadamente.

Si bien el reconocimiento no contempla recursos asociados, los involucrados en el proyecto esperan que gracias a esto se les abran las puertas a nuevas alianzas para darle continuidad a esta iniciativa sustentable.

Cabe destacar que el proyecto Un Alto en El Desierto fue uno de los proyectos ganadores de Fondo Común 2019, que impulsa Fundación Lepe, y que busca potenciar proyectos sociales, comunitarios y colaborativos que promuevan el bien común a lo largo de todo Chile. Además, contó con aportes del Gobierno Regional de Coquimbo, a través del Fondo Innovación para la Competitividad, y de la empresa ENGIE, dueña del parque eólico Monte Redondo ubicado en la comuna de Ovalle.

 

 

 

 

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