• Histórica imagen del interior de la Maestranza de Ovalle.
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CEDIDA
Inaugurada en 1915, este gran complejo ferroviario-industrial marcó una época completa de la historia de la capital del Limarí, dando trabajo a por lo menos, tres generaciones de ovallinos.

Hoy parece algo lejano, pero alguna vez, la ciudad de Ovalle contó con un gran complejo industrial que dio trabajo a cientos de ovallinos y marcó una época completa para la ciudad: hablamos de la gran Maestranza de Ferrocarriles que durante seis décadas, sirvió al tráfico y aprovisionamiento ferroviario de la llamada Red Norte, que conectaba  dicha zona del país con Santiago.

Este enorme complejo, que se ubicó en la entonces zona oriente de Ovalle, fue inaugurada oficialmente en 1915, sirviendo a la industria ferroviaria hasta la década del 70.

No obstante, la historia del ferrocarril en la zona comienza un poco antes.

Hacia 1866 el ramal ferroviario proveniente del norte que llegaba hasta Higueritas, comenzó a extender un ramal al yacimiento minero de Panulcillo, posteriormente continuando su expansión hasta la localidad de Puntilla del Espinal en 1873, quedando este medio de transporte a sólo 3 kilómetros de Ovalle. Dicha expansión fue motivada fundamentalmente, por la actividad minera, buscando unir nuestra ciudad con el puerto de Tongoy, donde se ubicaba una antigua fundición de cobre

Desde el sur en tanto, la línea avanzaba hasta el sector La Paloma en 1895. Años antes, en 1889 el Presidente José Manuel Balmaceda, puso la primera piedra del trazado que debía unir a Ovalle con el pueblo de San Marcos, cerca de Monte Patria.

Pero pasarían todavía algunos años, hasta que en la Navidad de 1908, Ovalle recibía, a modo de regalo, su primer tren procedente de Coquimbo. Pocos meses después, llega el primer tren procedente de Tongoy, en marzo de 1909. Así, el Limarí quedaba unido con el resto del país, cuando en 1913, el Presidente Ramón Barros Luco inauguró oficialmente, la Vía Longitudinal Norte que unía todo el norte de Chile con Santiago y a la vez, con el sur del país, por medio de una extensa línea férrea que se extendía desde Iquique hasta Puerto Montt.

NACE LA MAESTRANZA

La llegada del ferrocarril a la zona implicaba contar con instalaciones en las que se mantuvieran y repararan maquinas a vapor, coches y vías férreas, debiendo para ello además, contratar personal calificado para manejar maquinaria moderna y herramientas para tales efectos. Es decir, una maestranza.

Para fortuna de Ovalle, nuestra ciudad fue la elegida para albergar dicho complejo, el cual estaría encargado de la mantención de toda la red norte. El anuncio fue recibido entre gran alegría por parte de autoridades y la población, pues implicaba abrir una importante fuente de trabajo para los ovallinos.

Así, inaugurada en 1915, la Maestranza de Ovalle constituyó un polo de desarrollo para toda la zona del Limarí, acogiendo a varias generaciones de trabajadores ferroviarios. Para albergarlos, se construyó incluso, una población, la Población Ferroviaria, cuyas casas aún se conservan.

En 1935 en tanto, se inaugura la Estación de Ferrocarrilles de Ovalle en el mismo sector.

Durante las seis décadas que funcionó, la maestranza dio trabajo en promedio a unos 250 personas, mientras otras 200, estaban a cargo de la mantención de las vías férreas. En total, el complejo albergaba a 14 talleres. Todos quienes laboraban en ella se agrupaban en tres asociaciones: la Asociación Santiago Watts, la Unión de Obreros Ferroviarios y la Unión de Empleados Ferroviarios.

El primer jefe de la Maestranza fue Luis Eloy, y el último, un ovallino: Hugo Tapia Vega.

ADIOS A UN EMBLEMA

Sin embargo, esta historia tuvo un lamentable final.

Tras el golpe militar de 1973 y el fin de los subsidios que dicho régimen implementó a varias empresas del sector público - Ferrocarriles del Estado entre ellas - y producto también de los altos costos de operación del sistema, se tomó la decisión de cerrar la Red Norte.

Con ello, la Maestranza de Ovalle cerraba también sus puertas y se ponía así punto y final a una trayectoria de más de 60 años que marcó la historia de la ciudad.

Hoy, en el sector de los galpones de la antigua Maestranza funciona la Feria Modelo de Ovalle, y desde 2010, es posible acceder a un museo de sitio sobre la historia del ferrocarril en el Limarí, instalado en un antiguo vagón de tren. Esto, junto a algunos ex trabajadores ferroviarios que han realizado una lucha incansable para que la memoria del ferrocarril no desaparezca de la ciudad, es lo único que nos va quedando de aquel nostálgico periodo.

 

 

 

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Diario El Ovallino