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El profesor Eduardo Jaime Muñoz tiene seis años sacando adelante un proyecto de educación ambiental que –con mucho apoyo pero con poco financiamiento- cambia las paredes de un salón, por las vivencias y observaciones al aire libre.

Paso a paso. Poco a poco. Con cuatro colegios de los más alejados en la comuna de Monte Patria. Con chicos acostumbrados a mirar pero no a observar la naturaleza. Con mucho apoyo moral, pero poco respaldo financiero. Así como el río crece con cada gota, así el proyecto de educación ambiental del profesor Eduardo Jaime Muñoz crece con cada niño que se suma.

Pero este año fue un poco más lejos y su sistema de enseñanza -Educación Ambiental y Científica Al Aire Libre- lo postuló a los Premios Latinoamérica Verde, que se organizan en Guayaquil Ecuador, y hace poco recibió la noticia de que ha sido uno de los seleccionados a participar y que será tomado en cuenta por el jurado en una de sus diez categorías.

"La idea del premio es reconocer un proyecto que logra un impacto en las comunidades. Se postulan ideas de proyectos educativos con los niños, bajo la lógica del impacto que puedan tener en las comunidades, es el objetivo de la postulación”, explicó el educador en conversación telefónica con El Ovallino.

“Nosotros desde hace tiempo venimos trabajando este proyecto enseñando a los niños en temas de medio ambiente, como la importancia de cuidar las plantas, de proteger el patrimonio ambiental, y cómo difundir ese conocimiento a las comunidades”.

Aclaró que es un proyecto apoyado por el departamento de Educación de la Municipalidad de Monte Patria, ya que trabaja con escuelas de esa comuna, sobre todo las escuelas más alejadas y unidocente. Indica que se trabaja con mucho apoyo y esfuerzo, aunque con poco financiamiento, pero que el trabajo igual ha rendido sus frutos porque han logrado un impacto positivo en los  estudiantes.

“Tenemos seis años desarrollando el proyecto, y hemos conseguido darle continuidad a esos talleres y al proyecto para que pueda sobrevivir. Llevamos a los niños a las quebradas, a mirar las plantas, a las planicies a observar a las aves, a los ríos a observar los humedales, ese es el sello que tiene el proyecto. No quedarnos entre cuatro paredes a estudiar las páginas de un libro, sino que salimos a indagar la naturaleza en su lugar de origen”.

Actualmente el comité organizador del premio se encuentra revisando cada uno de los 500 proyectos que clasifican, que se dividen en diez categorías, y que pasarán un riguroso análisis para buscar a los finalistas.

“De alguna manera tenemos que sacarle provecho a lo que tenemos, como las plantas, los ríos, cómo las estudiamos, cómo las cuidamos”.

Es un taller se dicta una vez por semana en las escuelas Fronteras, Pejerreyes, Colliguay y El Tayán, y participan poco más de 60 alumnos de todos los cursos, ya que son escuelas unidocentes.

“Ha sido súper positivo y ha tenido gran impacto, porque de alguna forma los niños valorizan más el patrimonio, reconocen las plantas, conocen sus propiedades, el paisaje ya para ellos no es tan abstracto, sino que es más cercano y amigable, por lo que hace más fácil conservarlo, quererlo, cuidarlo”.

 

 

 

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Diario El Ovallino