• Oscar Araya: el veterano ciclista que sigue siendo el dueño de las pistas
    Oscar Araya: el veterano ciclista que sigue siendo el dueño de las pistas
Este incombustible deportista es un real ejemplo de vitalidad y pasión por el ciclismo. A sus 67 años no se cansa de explorar rutas y conseguir buenos resultados en competencias nacionales, siendo destacado entre sus pares por su constancia y humildad

Era el primer día de la semana y Óscar Araya, nacido y criado en la localidad de La Silleta en la comuna de Ovalle, nos recibe afuera de su casa en pleno atardecer. El reloj marcaba pasadas las 19.00 horas cuando este ciclista estaba preparado para contar su historia ligada a una bicicleta.

Entre múltiples trofeos y medallas, el pedalero de 67 años ha entregado su vida por el deporte. Este año montando su fiel compañera obtuvo un luchado segundo lugar en la Triple Vuelta La Ligua-Cabildo en octubre pasado y en el mes de noviembre fue el único ovallino en conseguir un podio en el ascenso a Andacollo.

Pero estas recientes actuaciones no llegaron solas. Siempre ligado al deporte, ‘Óscarito’ como lo llaman sus cercanos, comenzó compitiendo en las clásicas medias maratones que por la década de los ’80 organiza el municipio ovallino para fomentar la actividad física. Se cansaba de conseguir buenos resultados hasta que desgarros crónicos en sus gemelos lo alejaron de las pistas callejeras. Aquel espíritu deportivo no se quedó allí y buscó otras actividades en qué distraerse. Apareció el fútbol y el boxeo, pero una bicicleta lo cautivó más.

En 1983 tuvo sus primeras aproximaciones al ciclismo cuando Alejandro ‘Pollo’ Gallardo, popular pedalero limarino lo entusiasmó mientras él era su jefe en una parcela del sector de Silleta Baja.

“Él es un apasionado todavía del ciclismo, me comentaba sobre su experiencia y me daba enseñanzas. Eso lo fui aprendiendo y ahora es (Hernán) Ríos quien me enseña y todo eso lo aplico. Pero no todo se aprende en forma teórica, vale mucho la práctica y cada carrera va dejando una enseñanza”, recuerda Óscar.

Desde ese momento el silletano comenzó a conocer a otros ciclistas como Juan Pizarro, Alejandro Zepeda, Gastón Videla, Gabriel, Eduardo y Cristián Palta. Formaron una buena comunión y a conocer las distintas rutas.

Con experiencia sobre las dos ruedas, don Óscar se unió a los colores del club Fusión, incipiente institución que por ese entonces retomaba la posta del otrora Cicloturismo de Ovalle. Fue el año 2007 e inmediatamente llegaron los logros.

El silletano montaba una añosa bicicleta que a medida que pasaba el tiempo se volvía cada vez más pesada. Fue hace siete meses que por intermedio del ciclista Hernán Ríos pudo adquirir una más liviana y empezar con los buenos resultados.

“Lo ayudamos a adquirir algunos productos para su bicicleta, porque para él es más difícil, ya que no tiene el acceso a un computador como nosotros como para comprar un producto o ver alguna alternativa. Nosotros podemos estar más cercanos a acceder a esas cosas”, comentó el histórico Ríos.

El experimentado ciclista considera que fue este cambio el que permitió mejores resultados en este año.

“La bicicleta ha ayudado en la motivación propia, porque creo que él tenía las condiciones, pero al tener una bicicleta más pesada hacía que no se creyera todo el cuento. Siempre le decía ‘tú puedes’. Ahora está más cómodo, pareciera como si estuviera sentado en un sillón sobre la bicicleta, eso hace que haya menos cansancio en una carrera y para llegar más ‘entero’, que llegue a la meta como si fuese ido a comprar pan”, dice.

 

Los resultados de 2015

Corría el fin de semana del 24 y 25 de octubre y Óscar Araya viajó hasta la región de Valparaíso para disputar la Triple Vuelta La Ligua-Cabildo.

Para gestionar su viaje a la quinta región, Rodrigo Cabrera, miembro del club lo apadrinó y se ofreció para pagarles la inscripción de la carrera y les solventó el viaje.

“Los ovallinos empezamos a atacar de inmediato, junto con Gastón Videla, pero no resultó. Me pillaron, Gastón atacó y así empezamos a darle a la carrera. Y Oscarito debía aguantar todos esos ‘palos’, porque debía verse como uno más de los enemigos. Y aguantó también que incluso me sorprendió, pensé que era difícil que llegara, aunque estaba bien entrenado. Los ciclistas de allá son más mañosos para correr y lo que le dije cuando faltaban 5 kilómetros era que no se despegara de mi rueda y me siguiera. Hasta que nos aproximamos a la meta y él debía salir en cualquier rato. Salió con todo y a quien le ganó es un ciclista muy bueno. Estaba muy contento de haber ganado y ganó por muy pocos centímetros. Fue emocionante y sacrificado ese momento”, cuenta Ríos sobre la gesta de Araya.

Finalmente terminó en el segundo lugar en la categoría Senior “D” para corredores entre 60 y 69 años. Disputó centímetro a centímetro los metros finales de la competencia y su lugar solo se pudo conocer después de apreciar las grabaciones de la llegada.

Un mes más tarde, todo el club Fusión se alistaba para el tradicional ascenso Coquimbo-Andacollo. Un buen contingente ovallino esperaba reeditar las buenas actuaciones de La Ligua, pero solo un corredor tendría el honor de subirse al podio. Y ese fue Óscar Araya. En su categoría debió cubrir los 75 kilómetros del mítico ascenso y sortear las altas temperaturas que suelen reinar durante el mediodía.

“Antes tenía una bicicleta de fierro muy pesada y ahora pasó a una bicicleta de carbono que se armó y eso lo motivó mucho más a competir. Por eso fue a La Ligua y Andacollo y le fue bien. Es más, en Andacollo fue el único podio del club”, cuenta Carlos Pastén, el crédito más joven de Fusión.

El resultado fue excelente según sus palabras, ya que se enfrentó a duros rivales como Juan Coss de El Salvador y Luis Álvarez del Club Celta Don Tito de Coquimbo, quienes llegaron en el primer y segundo lugar, respectivamente.

“El corredor Luis Álvarez de La Serena me ganó en dos oportunidades, difícil de vencerlo porque es un hombre experimentado, pero mi nivel fue bueno. Ellos (los corredores) son otra categoría y digo que para vencerlos hay que correr bien concentrados y no cometer errores para poder ganar. Es evidente que todos corren para ganar y eso se hace difícil.

La de Andacollo la sufrí, mucho por el ritmo de la carrera. Fue muy fuerte el ritmo y desde Los Peñones había que ir tres kilómetros hacia el este y devolverse para entrar hacia Maitencillo. Desde ese lugar se va subiendo y eso va cansando, en ese lugar recién comienzan los 13 kilómetros para llegar a Andacollo”, contó.

 

Humildad y sacrificio

Todos concuerdan quién es y cómo es Óscar Araya. Es un hombre de esfuerzo y gallardía. Viaja todos los días en su bicicleta hacia su trabajo de jardinero en el fundo Santa Ana de propiedad de la familia Prohens para dar sustento a su familia. Y además, aprovecha de entrenar.

Pero la humildad es el aspecto fundamental que los miembros de su actual club Fusión valoran y destacan.

“Él es un ejemplo a seguir, porque no cualquiera anda en bicicleta en forma competitiva a la edad que tiene. De hecho, muchos en su categoría ya no andan, son pocos los que lo hacen. Para mí es un ejemplo, me gustaría llegar a esa edad y seguir compitiendo y ganando.

Además de salir a entrenar con nosotros, él va a su trabajo en bicicleta y la tiene muy internalizada en su vida. Eso me asombra y me gusta.

Es muy humilde, muy cercano, siempre preguntando cómo me ha ido. Está preocupado por los demás y está súper comprometido con el club”, destaca Pastén.

Por su parte, Ríos recalca en la vigencia y a pesar de los años no se ha bajado de las dos ruedas.

“Él debió haber tenido la bicicleta actual hace cinco o diez años atrás y hubiera sido un excelente corredor a nivel nacional, pero a veces los recursos no están y los recursos no están cuando uno los requiere. Ahora Oscarito tiene sus años, pero puede seguir compitiendo en su categoría. Esperemos que nosotros nos mantengamos corriendo como lo hace él a sus años. Es una gran hazaña”, dijo.

 

Hernán Ríos: la clave

Uno de los ciclistas que en el último tiempo le ha brindado una mano es Hernán Ríos. El popular pedalero de Ovalle ha sido uno de sus principales guías. Lo aconseja técnicamente en cada carrera e incluso le entrega diversos tips físicos para una mejor preparación.

“Oscarito es una excelente persona y muy abierto a aprender. A aprender sobre ciclismo, sobre entrenamientos y alimentación. Con la edad que tiene todavía va a mi casa para que yo le dé alguna pauta sobre algo que no le he dicho antes. Por ejemplo, últimamente le hice un librito sobre automasajes que son importantes para después de cada entrenamiento. En ese sentido, es abierto para aprender, lee harto y se lleva muy bien en el grupo”, cuenta Ríos.

Mientras, Óscar agrega loas para Ríos.

“Con (Hernán) Ríos hay amistad y admiración. Él es un atleta y ciclista muy bueno. Él es bueno tanto como deportista y como persona. Lo admiro por su dedicación al ciclismo y porque él solo ha sabido ganar afuera de la región. Entre los corredores de La Serena y La Ligua se hacen un grupo y les resulta más fácil. El Ríos va solo y ha tenido muchos triunfos. Eso es lo admirable de él y lo felicito. Es muy superior a todos.

Él colabora con todos, pero tiene su paciencia (ríe), mientras su rostro dibuja una sonrisa.

 

La reflexión pedalera

Don Óscar pisa fuerte las seis décadas y prevé que las próximas competiciones no serán nada de fáciles, ya que cada año en ciclismo pasa la cuenta. Sin embargo, en garra y corazón no se quedará. Lamenta eso sí que en Ovalle no salgan nuevos pedaleros. Eso lo preocupa.

“Por tres ciclistas que se van, llega uno y el grupo se está haciendo cada vez más reducido y yo no veo el recambio o un incentivo para que se acerquen. Ovalle es grande y tiene muchas poblaciones y deberían salir unos cinco ciclistas por sector. Eso sería magnífico, pero falta la manera de que alguien pueda ver la manera de atraer más ciclistas para que defiendan Ovalle. Es muy lindo representar a Ovalle y salir en buenos lugares. Pero para eso faltan participantes”, reflexiona.

Nos retiramos. Es hora de dejar en La Silleta a este incombustible del ciclismo, que no se cansa de pedalear en las rutas de la región, demostrando que no hay edad para seguir su pasión. Don Óscar eligió la bicicleta y ésta lo escogió a él. 

 

 

 

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