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Propietarios de buses acusan dificultades derivadas de la poca actualización de los subsidios para la prestación del servicio a estudiantes y personas de tercera edad. Adelantan que bajos montos obligarían en los próximos meses a detener las máquinas.

Con el agua al cuello, con poco tiempo para reaccionar y con pocas respuestas concretas. Así se sienten los transportistas de microbuses que cubren la ruta Punitaqui-Ovalle ante la situación económica que están atravesando y las pocas ventanas que se abren para paliar la situación.

La representante legal de Buses La Granja, una de las tres empresas familiares registradas y autorizadas para realizar el servicio de transporte entre Punitaqui y la capital provincial, Ana Ortiz Rodríguez, explicó a El Ovallino las razones por las cuales han encendido las alarmas en el rubro del transporte mayor.

“Nosotros como empresa familiar tenemos poco más de 30 años, tenemos autorización para funcionar con cuatro unidades, aunque por la contingencia estamos trabajando solo con tres. El problema que tenemos es que el gobierno impuso a los empresarios de microbuses de locomoción colectiva a trasladar a los adultos mayores a mitad de pasaje. Nosotros no estamos en desacuerdo de llevar a los adultos mayores o que se beneficie a la tercera edad, pero creemos que el bono de locomoción debería ser más justo y correcto”, indicó Ortiz.

Actualmente el adulto mayor paga 700 pesos desde Punitaqui a Ovalle, mientras la tarifa completa es de 1400 pesos. En tanto los estudiantes pagan 500 pesos.

“Lo que pasa es que se supone que el gobierno debe compensar esa tarifa con un bono que entregan anualmente, pero es un aporte que no llega a los dos millones de peso al año, por máquina. El año pasado nos dieron cinco millones para las cuatro micros, para todo el año, eso se convierte en nada, cuando uno saca las cuentas de lo que gastamos, prácticamente estamos trabajando a pérdidas”, apuntó.

Montos desactualizados

Señaló además que cuando se inició el aporte del bono de transporte, se habría hecho considerando un combustible a 500 pesos el litro, pero que en los actuales momentos ese precio casi que se ha triplicado, además del resto de los insumos propios de la mantención de las unidades.

“Ese bono ya no resuelve nada. Con nosotros viajan diariamente como 20 adultos mayores por máquina, así que contando las tres máquinas tenemos 60 adultos diarios, y ese bono no responde en la realidad ni por diez adultos mayores. En la teoría se dice una cosa, pero en la práctica para nosotros es una muy diferente. Se hace insostenible esta situación, ya estamos a un punto de quiebra, porque lo que se recauda en un día es muy poco para todos los gastos que tenemos, tanto de personal, como de insumos, además de elementos de limpieza y desinfección de la micro, que también corren por nuestra cuenta”.

Problema común

Si bien advirtió que no puede hablar en nombre de las otras dos empresas familiares de transporte, apuntó que en conversaciones con sus representantes han coincidido en casi todos los puntos críticos.

“Hasta ahora no sabemos si van a aumentar el bono, o se mantendrá igual. Si van a aumentar el aporte a los adultos mayores, no sabemos nada, porque no nos dan respuesta”, apuntó.

Consideró sí, que el punto crítico sería en diciembre, cuando ya no puedan aguantar la situación y deban detener definitivamente el transporte mayor en las vías rurales.

“Desde el gobierno le dicen a la gente que ese aporte nos lo entregan a nosotros, y la gente cree que nosotros estamos muy bien, pero eso no es así, la balanza va para un solo lado, y los transportistas no estamos bien”, sentenció Ortiz.

Diario El Ovallino buscó consulta a las autoridades regionales de trasporte, aunque al cierre de la nota, no se había obtenido una respuesta del organismo.

 

 

 

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