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Luis José Alamo, se desempeña como repartidor en el emprendimiento gastronómico de su familia. Y señala cómo ha sido la implementación de nuevos mecanismos de trabajo en su local, el cual se mantiene cerrado desde marzo, debido a la pandemia del coronavirus.

Por Viviana Badilla Vargas.

Sin duda alguna, la económica de todos los chilenos se ha visto totalmente afectada, debido a la crisis sanitaria que azota al país en estos momentos. Y es que son miles los negocios que se han visto en la obligación de cerrar sus puertas para siempre.

Sin embargo, aún existen locatarios que continúan dando la pelea en esta brutal pandemia, ya que han optado por  cambiar sus modalidades de ventas, para poder seguir solventando sus gastos y a la vez el paladar de sus clientes.

Un claro ejemplo de esto es el caso de Luis José Alamo Vargas (35), quien se desempeña como repartidor del emprendimiento gastronómico de su familia, que lleva por nombre “Razi Alam”, la cual se enfoca en la elaboración de comida árabe en la perla del Limarí.

“El equipo de trabajo lo integra mi hermana Fernanda lleva más de un año a cargo de toda logística, y junto a mi madre vitty que es jefa de cocina y mi hermana Isabel que ayuda en cocina y en la difusión de nuestros productos. Obviamente no puedo dejar afuera a José Manuel, el menor de los cuatro hermanos, quien ayuda en las compras y ventas también”, comentó.

Asimismo, las medidas de seguridad que está tomando esta familia de emprendedores, son fundamentales para sus quehaceres, pero por sobre todo para el bienestar de su fiel clientela.

“Bueno, estamos tomando todas las reglas para poder entregar productos de buena forma sin riesgo de contagio, desde las compras que se hacen hasta la preparación y entrega en casa de nuestros clientes. Los pedidos de insumos los hacemos vía telefónica y solo los vamos a buscar, así minimizamos el tiempo de espera, utilizamos mascarillas al entregar los productos y guardamos el distanciamiento requerido por el ministerio de salud”, puntualizó.

Si bien esta nueva modalidad de trabajo los ha unido como familia en el confinamiento, no los ha beneficiado en el ámbito económico.

“Esta situación que estamos viviendo, nos ha hecho volver un poco a nuestra raíz, a trabajar juntos en casa, el restaurante está cerrado desde marzo y solo atendemos con servicio de delivery. Eso afecta el bolsillo, pero bueno,  todos los chilenos o el 99% estamos en las mismas, hay que sobrevivir y luchar día a día”, aseguró.

Por otro lado, están los efectos que ha causado el coronavirus en la vida de las personas, los cuales son realmente preocupantes ya que han modificado las rutinas de todos los chilenos en 360°.

“Debemos acatar y quedarnos en casa, así nos cuidamos todos juntos. Personalmente he retomado la lectura, escritura, mi terapia siempre ha sido crear, así que intento hacerlo lo más posible y no pensar mucho en el futuro, sino que disfrutar el presente. Es bueno estar más en casa y pasar más tiempo con mi hijo y con la familia. Somos conscientes de que somos afortunados igual al poder quedarnos más en casa, no es la realidad de la mayoría de las personas”, enfatizó.

En consecuencia, el deseo de todos los emprendedores es que su esfuerzo de años continúe y sobreviva a esta gran crisis económica y sanitaria, que no solo afecta a Chile, sino que a todo el mundo.

“El único anhelo es poder seguir sanos, lograr mantenernos a flote como microempresa y que de una vez por todas tengamos el país que merecemos todos. Las crisis traen cambios, ya fue difícil desde octubre pasado, en donde también salimos a las calles a reclamar lo justo y hoy estamos en casa para cuidarnos y así estar bien para los procesos que vienen local, nacional y mundialmente”, finalizó.

 

FRASE: “Es difícil estar encerrados, por que como familia de comerciantes estamos acostumbrados a dejar los pies en la calle, pero hay que acatar y quedarse en casa”.  Luis Alamo, comerciante.

 

 

 

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