La mitomanía es una enfermedad psicológica que se presenta principalmente en personas con baja  autoestima y tienen que recurrir a miles de mentiras acerca de su vida para hacerla más interesante ante las personas y así ser más “populares. En Ovalle he conocido a varios mitómanos, seres fantasiosos, que hacen gala de ingenio y que se autoconvencen que lo que están contando es verídico, que ocurrió. Narran de viajes imaginarios de los cuales son protagonistas, de fiestas en que hay derroche de comidas y bebidas, de veraneos inolvidables. Se vuelve tan habitual mentir que hasta en las cosas más absurdas lo hace, como por ejemplo: la edad, la profesión de los padres, las salidas de los fines de semana, en fin, un montón de cosas. El mitómano generalmente logra que lo inviten a diversos eventos como bautizados, casorios, actividades sociales, fiestas y asados de fin de semana, y entretiene con  sus fantasías e invenciones, no faltando los ingenuos que le creen.  Cuando alguien tiene un impulso por mentir que no se puede frenar es un síntoma de que algo no anda bien en su desarrollo psíquico. La mitomanía no es una enfermedad en sí misma, sino que corresponde a un conjunto de síntomas que pueden presentarse en diversas enfermedades psíquicas, particularmente en los trastornos de personalidad y es que los mitómanos mienten para construir una mejor imagen de sí mismos frente a la sociedad, sus amigos o para conseguir lo que desean sin importar cuál sea el objetivo. La palabra mitomanía la comenzó a utilizar el profesor francés Ernest Dupré, alrededor del 1900, viene del griego “mythos” (mentira) y “manía” (compulsión); es un trastorno psicológico que consiste en mentir de forma patológica, falseando la realidad. Lo que diferencia al mitómano de una persona mentirosa es que el mentiroso inventa mentiras para defenderse o protegerse, es decir, con una finalidad, pero en el mitómano prevalece el carácter compulsivo de la mentira y sin una fuente de motivación. Los mitómanos también se diferencian de los psicóticos porque si bien se dejan llevar por sus fantasías, mantienen un juicio de la realidad suficiente como para darse cuenta de que están mintiendo. Se dice que se da con mayor frecuencia entre los hombres que en las mujeres.  El psiquiatra Daniel Gutiérrez explica que "todo mitómano siempre quiere mejorar su autoimagen, es narcisista por naturaleza y tiene una co-morbilidad con un trastorno sociopático de personalidad con talento histriónico, miente porque en el fondo tienen un problema serio de autoestima". Esto forma parte de las características de los mitómanos, dice el Dr. Gutiérrez, pues "son manipuladores, convencen y suenan creíbles. En el fondo sufren de frustración, son egoístas y narcisos, no tienen control de sus impulsos y pueden presentar adicciones (sexo, juego, drogas)”.En casos severos, "pueden tener problemas legales, de suicidio y rompimientos familiares (separación, divorcio de su pareja, aislamiento de sus hijos) debido al sentimiento de fracaso", dice Gutiérrez. Por lo general, este problema comienza en la infancia y se denota con inseguridad frente a los compañeros del colegio. Las mentiras son un medio para poder pertenecer a un determinado grupo social. Es necesario como recomendación final que asista a un buen psiquiatra o psicólogo,  tanto el individuo como los familiares y allegados.