Por Luciano Alday Villalobos / Ovalle
Este 2022 volvió la presencialidad a la Fiesta Grande del Niño Dios de Sotaquí, las calles de la localidad ovallina estaban repletas de feligreses y peregrinos provenientes desde diferentes sectores del país.
Esta es la primera gran diferencia con el año pasado, en donde las actividades fueron transmitidas por redes sociales. Esto llenó de regocijo a la comunidad sotaquina, la cual ve como su principal tradición no muerte pese a las adversidades.
“La gente estaba contenta, estaba lleno el pueblo con mucha gente. El año pasado algunos vecinos del pueblo participó, aunque muy reducido el aforo, pero ahora no, ahora vino gente de otras ciudades, ahí se notó la fe que la población tiene con el Niño Dios, gracias a Dios se ha conservado eso”, señaló la presidenta de la junta de vecinos de Sotaquí, Raquel Araya.
A los pies de la figura llegaron los rezos con diferentes pedidos, aunque salud y agua fueron los más repetidos, “la mayoría pidió que llueva, porque con la sequía estamos todos muy complicados, se le pide al Niño Dios que llueva porque el agua significa ganancia para todos. También se pidió para que terminara la pandemia, queremos que la gente pueda salir tranquila”, detalló la dirigenta vecinal.
No obstante, queda pendiente el comercio, el cual no fue considerado en esta oportunidad producto de la pandemia, “la gente está acostumbrada a esa parte, pedían que permitieran a algunos, pero sabemos que ahora no se podía. Hay gente religiosa que dice que es mejor que no haya comercio, pero yo creo que la gente tiene derecho a tener eso. Hay gente de Sotaquí que arrienda sus puestos, los antejardines, otros venden comidas, instalan baños, entonces la gente del pueblo trabaja y tiene su negocio, no hay que cerrarse solo a lo netamente religioso”, apuntó la vecina sotaquina.
