• Las familias de las caletas beneficiadas con la instalación de las plantas desalanizadoras tendrán ahora un sistema de agua potable permanente.
Caleta Sierra y Caleta El Sauce serán las primeras localidades de la costa limarina que podrán disfrutar de este beneficio, lo que implicará dejar de depender del abastecimiento de camiones aljibe.

Hasta hace un tiempo, centenares de familias que habitan en las caletas pesqueras de la costa de la Provincia del Limarí, carecían de un servicio permanente de agua potable. Paradojas de la vida – y de la geografía – estas localidades ubicadas a orillas del océano más grande del planeta, tenían que depender del suministro que, cada cierta cantidad de días, llevaban hasta ellas camiones repartidores de agua.  Y es que la falta de un servicio básico como ese, la lejanía en que se ubican estas localidades respecto a las grandes urbes de la región, y la limitada cantidad de agua que pueden trasladar los camiones, perjudicaba gravemente la calidad de vida de sus pobladores.  Como ejemplo, dichas localidades sólo podían disponer, como promedio, de hasta 500 litros de agua para 15 días, monto insuficiente para satisfacer las necesidades básicas de su gente.  No obstante, este panorama comienza finalmente, a cambiar. Y es que al menos, en esta primera instancia, Caleta El Sauce y Caleta Sierra se transformaron en las primeras dos localidades costeras del Limarí en contar cada una, con plantas desalinizadoras que le permitirán a sus habitantes, disponer de un servicio permanente de agua potable.   ¿CÓMO FUNCIONAN?

Dichas instalaciones basan su funcionamiento a partir de la tecnología denominada “de osmosis inversa”, lo que en términos simples, implica una técnica de purificación de agua que utiliza una membrana semipermeable para eliminar diversos tipos de partículas que trae el recurso hídrico.  Se aplica entonces una presión que genera que los fluidos se prensen a través de dicha membrana, dejando atrás las partículas sólidas (por ejemplo, la sal) que están suspendidas en el agua. A través de esta técnica se logra además, eliminar distintos tipos de elementos tóxicos para el ser humano, como bacterias u otros microorganismos.   UNA DEUDA QUE SE COMIENZA A SALDAR 

Acostumbrados a vivir con la dureza que implica la vida del pescador, la falta de agua potable era de una de las tantas precariedades a la que debían hacerle frente los pobladores de estos rincones de la provincia.  Por ello, en su discurso de inauguración de las instalaciones, el gobernador del Limarí, Wladimir Pleticosic, afirmó que se está entregando dignidad a la gente. “Ahora contarán con una dotación de agua potable de manera permanente, pues con el agua de que disponían los pobladores se les hacía insostenible sus vidas”.  Por su parte, el subsecretario de Pesca, Pablo Berazaluce, expresó su satisfacción “al ver como las caletas rurales se van dotando de equipamiento para poder aumentar su capacidad productiva y mejorar su calidad de vida”. Cabe destacar que cada planta producirá hasta 8 mil litros de agua dulce potabilizada por día. Además se espera que dentro de los próximos meses, comience a funcionar la tercera planta de estas características, esta vez en Caleta El Toro. 

 

 

 

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Diario El Ovallino