Crédito fotografía: 
Roberto Rivas Suárez
Los humedales van tomando cada vez mayor protagonismo en la lucha por la conservación del medio ambiente. El del Río Limarí es un aula abierta para la enseñanza sobre las costumbres de las más de 130 especies de aves que lo habitan

"Mientras mejor lo conocen más se animan a protegerlo", asegura Isabel Gómez, ambientalista de la región y una de las monitoras de la actividad que se desarrolló en la desembocadura del Río Limarí para celebrar el día mundial de los humedales este martes 2 de febrero.

Se trató de un recorrido guiado por los últimos kilómetros del río Limarí hasta llegar a la caleta El Toro, en el que los participantes pudieron observar una gran cantidad de aves endémicas y migratorias en la zona y conocer en terreno las características y bondades de estas áreas silvestres.

El recorrido, auspiciado por la Oficina de Turismo y Fomento Productivo de la municipalidad de Ovalle, y producido por Huerta Turismo,  trasladó a una veintena de visitantes, en dos unidades y respetando las medidas sanitarias,  hasta el lecho del río para que pudieran apreciar la biodiversidad y llevarse información de cómo proteger estas delicadas zonas naturales.

"Es muy importante que la gente conozca estos lugares, que conozca toda la vida que guarda el lugar, y que sean ellos mismos quienes vayan y comenten a otras personas sobre los humedales, porque si lo conoces lo respetas, así que estos lugares tienen que ser conocidos por todos", indicó Gómez.

Por su parte, el conservacionista y también guía de la jornada, Jorge Castro, destacó la importancia de este tipo de actividades señalando que falta crear más conciencia ambientalista, sobre todo en los jóvenes.

"Lo importante es educar y dar a conocer toda la riqueza del lugar, para que la gente conozca las especies y el vínculo que tienen con este ecosistema. Porque las aves y especies son un gran indicador de la salud el lugar, porque si el lugar no estuviera sano, no tuviera la cantidad de especies que se pueden observar " estimó Castro.

El caso de Castro es muy particular,  ya que hasta hace unos cinco años pasó de ser un cazador de aves y especies silvestres a ser un ferviente defensor de la fauna local y del equilibrio del ecosistema. Sería precisamente en una visita al humedal del Río Limarí cuando se dio cuenta que le llenaba más enseñar y proteger que apuntar y disparar.

"Yo no estoy en contra de los cazadores que piden sus permisos y actúan de manera responsable,  pero sí de aquellos que solo quieren matar especies sin importar si están protegidas o en peligro de extinción.

En tanto Camila Barrera, representante de Turismo Huerta, señaló que es muy importante poder acompañar de manera segura al visitante porque y hacer un turismo responsable con el medio ambiente.

“Siempre hemos tratado de mostrar a la gente nuestros alrededores, porque tenemos muchas zonas bonitas pero que no han sido exploradas en su totalidad. Pero buscamos hacerlo de manera responsable dejando ‘huella cero’, que la gente se lleve la experiencia pero sin que se note que la gente pasó por el lugar”, señaló.

 

 

Importancia ecológica del humedal

El humedal costero Río Limarí fue decretado como Sitio Ramsar en enero de este año por ser un ecosistema priorizado por el Ministerio del Medio Ambiente para mantener la alta biodiversidad de la flora y fauna de la comuna de Ovalle.

La Corporación Nacional Forestal administra el área protegida, que abarca 527 hectáreas desde el poblado de Salala hasta su desembocadura en el océano Pacífico y que fue declarada de importancia internacional a mediados de 2020.

El Río Limarí es parte de una red de humedales costeros del norte de Chile, una zona Hot Spot o punto caliente de biodiversidad y endemismo, que incluye estuarios y aguas marinas poco profundas, sustentando a más de 130 especies de animales y plantas. Es el hábitat o el hogar de especies endémicas incluyendo 32 especies de plantas como el copao (Mugil cephalus), la iguana chilena (Callopistes maculatus), el cururo (Spalacopus cyanus) y el sapo de atacama (Rhinella atacamensis), una especie clasificada como Vulnerable según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Destaca como zona de reproducción, refugio y alimentación de avifauna nativa y migratoria y como fuente de alimento y agua para las comunidades aledañas. Se ha visto amenazado por el cambio climático, la desertificación, presiones de la deforestación, erosión y las descargas de basura y sustancias químicas.

El  Ministerio del Medio Ambiente revisa la propuesta técnica que busca declarar la desembocadura como Santuario de la Naturaleza.

 

 

 

 

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