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Los familiares de la tens fallecida en Pichasca decidieron interponer una acción judicial por el eventual delito de conducción en estado de ebriedad con resultado de muerte, y darse a la fuga del lugar sin dar aviso a las autoridades. De este modo, el querellado arriesga penas que parten desde los 3 años y un día de presidio.

En junio del año pasado se registró un trágico accidente en la comuna de Río Hurtado, con un automóvil volcando en el sector de Pichasca, provocando la muerte de Claudia Moya Jeraldo de 26 años de edad, quien se desempeñaba como tens en el CESFAM del sector. 

Las causas del accidente aún no están claras, y es por esta misma razón que la familia de la víctima decidió querellarse contra el que ellos creen es el responsable de esta muerte, que sería nada más ni nada menos que un amigo de la tens. 

Los familiares de Claudia recurrieron al Estudio Jurídico Castro Asociados, y a través de ellos se asesoraron para presentar la querella por dos eventuales delitos: conducción en estado de ebriedad con resultado de muerte, y darse a la fuga del lugar de los sucesos sin dar aviso a la autoridad.

A casi un año de lo sucedido, estas acusaciones siguen sin ser comprobadas, y es que el proceso judicial aún está en fase de investigación, “a juicio de nosotros los querellantes, hubo algunos problemas en el procedimiento policial y por eso no se ha podido determinar aún que esta persona iba manejando, y también hay dudas con respecto al nivel de alcohol que tenía en la sangre, esos peritajes están, pero todavía no han sido recabados por el Ministerio Público”, declaró a Diario El Ovallino una de las abogadas querellantes, Francisca Castro. 

Para comprobar sus dichos, los abogados cuentan con pruebas y respaldos, los cuales presentarán al tribunal en su debido momento. Así lo manifiesta el segundo abogado involucrado en la querella, Ignacio Cabrera. 

“Como dice Francisca la investigación inicial fue bien desprolija, hubo deficiencias que nosotros como querellantes tratamos de subsanar aportando testigos y directrices para guiar la investigación. Lo que tenemos recabado es que en el vehículo iban solo dos personas, la víctima y el querellado”, apuntó Cabrera. 

Cabe destacar que este querellado era amigo y compañero de trabajo de Claudia Moya. De esta manera, según sus antecedentes recabados, el accidente se produjo tras una fiesta. 

“Esto parte por una celebración entre los funcionarios, en donde tomaron su trago y se alistan para ir. Posteriormente queda la víctima y el supuesto conductor, y es aquí donde tenemos una de las pruebas más relevantes que hemos logrado recabar, y es que existe un audio que la víctima envía minutos antes de subirse al auto, en ese audio se escucha que ella no quiere subirse al auto, porque vivía muy cerca del lugar donde estaba siendo esta celebración. Es ahí donde se empiezan a encender las alarmas en la familia, porque en este audio se escucha un hombre insistentemente diciendo ‘súbete al auto, yo te llevo’, mientras la víctima dice ‘no quiero subir’. Finalmente es obvio que se sube al auto, pero el conductor dice que era ella quien iba manejando, lo que no es consistente porque la víctima vivía muy cerca del lugar, segundo porque donde fue el accidente es pasado de su hogar y queda entre la casa del supuesto conductor”, detalló Castro. 

“El problema está en que la policía al momento de encontrar el vehículo no se fijó fotográficamente donde se encontraba el cuerpo por ejemplo. Por lo tanto, nosotros como querellantes hemos solicitado a Fiscalía realizar una serie de diligencias investigativas para determinar finalmente quién iba donde. ¿Eso cómo se puede saber?, con los datos de atención de urgencia, en donde se describen las lesiones que presentó este sujeto, más el informe de bomberos que bajaron a levantar el auto y el cuerpo, y otros que no vamos a detallar todavía, porque es muy preliminar, hay ciertas cosas que vamos a guardar mientras se vaya desarrollando la investigación”, agregó la abogada. 

 

POSIBLES CONDENAS 

 

Por la gravedad de las acusaciones, es que el imputado arriesga penas de presidio, “por la Ley Emilia subieron las penas por estos delitos, estamos hablando que por el delito de conducción en estado de ebriedad con resultado de muerte perfectamente puede haber una pena de 3 años y un día hasta 10 años, o sea presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo. En el caso de darse a la fuga sin dar aviso a la autoridad, la pena puede partir de 3 años y un día hasta 5 años”, precisó Cabrera. 

De todas formas, aclaran que la causa aún está en investigación, y que por lo tanto, aún es muy pronto para confirmar una eventual condena, “todavía no estamos en la parte procesal en donde las partes, tanto como el Ministerio Público como los querellantes, solicitamos penas. Eso se hace una vez que se acusa a la persona, nosotros todavía estamos en una investigación previa desformalizada, porque esto todavía no se ha judicializado, es decir, el imputado aún no se ha sentado en el tribunal para ser formalizado, estamos en una etapa muy preliminar” aclaró Castro. 

 

BÚSQUEDA DE CONSUELO 

 

La familia ha manifestado no estar en condiciones de hablar con la prensa, al estar aún dolidos por la irreparable pérdida. 

Por esta razón, fueron los abogados los voceros en este sentido, para manifestar el sentir de los familiares de la víctima. 

“Acá no va haber dinero de por medio, no va haber algún tipo de reparación, acá la familia está buscando hacer justicia. Ellos dicen que si Claudia hubiese estado conduciendo en el accidente, ellos no estarían diciendo nada, pero ellos saben que por las circunstancias y el contexto que rodea al hecho, hay algo de por medio. Sobre todo considerando que Claudia era hija, hermana y madre, entonces este hecho dejó destruida a una familia completa”, indicó Cabrera por su parte.

Mientras Francisca Castro complementó diciendo que “la familia más que nada quiere llegar a la verdad, y así llegaron a nuestra oficina, porque como en un primer momento la investigación fue tan deficiente, ellos se sintieron muy desamparados, sentían que no los estaban escuchando, y por eso se dieron cuenta que necesitaban abogados que los apoyaran en todo esto. Así llegan con nosotros buscando la verdad, para tratar de determinar quién iba manejando. La actitud del querellado ha sido bastante rara, no es una actitud normal de una persona que tiene un accidente de auto, ya que no avisó a tiempo que había otra persona en el auto, no fue al funeral, y no se ha acercado a hablar con la familia, y eso que eran amigos y colegas. Obviamente todas esas cosas, más el dolor, traen una serie de dudas que ellos pretenden que se pueda despejar lo más posible a través de esta investigación”. 

 

 

 

 

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