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Si bien los pronósticos indicaban que este 2022 iba a haber una retirada de este fenómeno a principios de otoño dando paso a una fase neutra, la retirada de La Niña, que implica bajas precipitaciones, aún no se produce, a cerca de un mes de iniciada la estación.

Estefanía González

La lluvia tan anhelada en la Región de Coquimbo, se ha hecho esperar bastante, de hecho en lo que va de 2022, según el informe hidrometeorológico correspondiente a la semana del 11 de abril emitido por la Dirección General de Aguas (DGA) 11 de las 12 estaciones pluviométricas regionales se encuentran con déficit mayor al 90%, seis de ellas en un 100%.

Se trata de una situación alarmante, considerando la extrema sequía por la que atraviesa el territorio y que tiene como única esperanza las precipitaciones de nieve y lluvia en el invierno, lo que permitiría llenar los embalses y aumentar los caudales de los ríos.

Sin embargo, según las previsiones meteorológicas, la influencia del fenómeno de La Niña, aún presente, indica una estación con bajas precipitaciones, es más, este fenómeno que daría paso a una fase neutra durante el invierno, podría regresar en primavera.

Según el Boletín Climático del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas, Ceaza del mes de abril, “para el trimestre abril/mayo/junio’22 se pronostican precipitaciones por debajo del rango normal para la época del año en toda la región, así como en gran parte de Chile. Tal pronóstico, sumado a los actuales niveles de caudal, sugiere que el sistema hidrológico continuaría mostrando un comportamiento bajo lo normal en las 3 provincias, situación que persistiría al menos hasta el invierno de 2022”.

Cristóbal Juliá, meteorólogo regional explicó a El Ovallino que, “desafortunadamente, las previsiones climáticas que son indicadas por las principales instituciones científicas indican que el fenómeno de La Niña se estaría manteniendo durante los meses que resta de otoño y podría mantenerse incluso hasta inicio de invierno, esto supone por lo tanto que deberíamos tener un invierno bajo lo normal en cuanto a precipitaciones”.

Este fenómeno podría retornar incluso en primavera explicó Juliá, ya que, “las previsiones climáticas están prediciendo ya que a fin de año podría retornar.  Lo que vendría a ser muy terrible para nuestra región”.

 

UN LENTO RETIRO

 

Pero, ¿qué hace que La Niña aún mantenga su influencia?

Según expresó el meteorólogo, si bien a inicios de 2022 los modelos predictivos señalaban que iniciando el otoño o para finales de abril podría haber declinado el fenómeno de La Niña y estar en una fase neutra, lo que sugeriría un invierno seco, pero con precipitaciones dentro de lo normal, estos modelos son dinámicos, por lo que la situación varía, razón por la que se hacen promedios trimestrales. “Ya pasamos la primera quincena de abril, el otoño empezó hace más de 25 días y todavía se mantiene este fenómeno de La Niña. El enfriamiento que se da en el océano, en la zona ecuatorial sigue más fría de lo normal y eso no ha variado durante los últimos meses, entonces por eso se dice que La Niña no se ha querido retirar”, manifestó Juliá, añadiendo que como es un indicador de bajas precipitaciones este retraso “hace que al menos sus efectos sean consecutivos hasta parte del invierno y eso por supuesto que es preocupante”.

Con respecto a este mismo tema, el Boletín Climático de Ceaza expone que, El Niño–Oscilación del Sur (ENOS), actualmente está en una fase La Niña y los modelos sugieren que este ciclo se encuentra en transición hacia condiciones neutras. No obstante, también señala que, “durante el trimestre abril/mayo/junio continuará La Niña, retrasando  la   llegada de la fase neutra hasta  invierno.  La  duración  de  esta  fase neutra es incierta,   pues si bien varios modelos coinciden en que dicha condición debiera  persistir por  el  resto del año, hay algunos modelos que tienden a pronosticar el desarrollo de una nueva fase La Niña, por ahora  de  intensidad  leve, la cual comenzaría durante primavera”.

“La  llegada  de la fase  neutra  durante  la temporada lluviosa debiera  favorecer  la llegada de sistemas frontales a la Región de  Coquimbo. Sin embargo, la persistencia  de  anomalías  positivas de temperatura  superficial del mar en el Océano Pacífico  suroccidental frente a Australia y Nueva Zelanda impide que los sistemas frontales lleguen a la región. Así, la contribución de la fase neutra del ciclo ENOS y de la anomalía positiva   de temperatura superficial del mar en el océano Pacífico  suroccidental, debiesen favorecer las condiciones secas en la región durante el próximo trimestre,  tal como lo indican los modelos globales”.

 

ESTADO DE LOS EMBALSES

 

Una de las consecuencias más visibles de la falta de precipitaciones es la disminución del agua en los embalses y en los caudades de los ríos.

De hecho, la cantidad de agua contenida en los embalses regionales está entre el 0.0% en Cogotí y el 55% en La Laguna. En Limarí específicamente es donde existe una mayor disminución porcentual respecto a la temporada anterior, esto según el informe publicado en marzo por el Laboratorio Prommra, que indica que la cuenca del Limarí presenta un -57%, Elqui -38% y Choapa -51%, siendo a nivel regional de un -51%.

Los embalses de la provincia están con reducido almacenamiento de agua, que alcanza los  105,6 millones de m3 según el informe hidrometeorológico del 11 de abril de la DGA.  El embalse La Paloma con un 12% de su capacidad máxima, Recoleta con un 15% y Cogotí con un 0%. A nivel regional, el total de agua embalsada alcanza el 14%.

Esta realidad recuerda año 2015,  cuando el  agua  embalsada  en  la  Región  de  Coquimbo  estaba bajo el 10% , “nuevamente la región está en un periodo multianual (2018-2021) con precipitaciones bajas, que no se sabe hasta cuándo podría durar, por lo que es importante la gestión cautelosa del recurso”, señala el boletín de Ceaza.

Respecto a la crítica situación hídrica Cristóbal Juliá indicó que, “el mensaje es que aquí las autoridades deben empezar a ponerle freno de una vez por todas al tema de la mega sequía, se entiende que hay una serie de prioridades, pero bajo este escenario y pensando que La Niña podría retirarse a fin de año suponiendo varios años secos que tenemos y que van a continuar, es de suma importancia que las autoridades inicien estas obras necesarias, como desaladoras o reutilización de aguas, mega obras que se debería empezar a trabajar ahora ya”.

 

 

 

 

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