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Con una inauguración un poco apresurada y accidentada, el principal recinto médico de la provincia entró en funcionamiento oficial un 23 de marzo con el reto de descongestionar el sistema de salud por una pandemia que apenas comenzaba en el país

Un año completo de funciones oficiales cumple hoy el Hospital Provincia de Ovalle, tras una inauguración telemática y apresurada, obligada por una pandemia que recién comenzaba en el país. En entrevista con El Ovallino el director del recinto de salud, Lorenzo Soto de La Vega, explica algunos de los puntos recorridos en estos doce meses de funcionamiento.

¿Cuál es el principal desafío asumido este primer año de funcionamiento?

-La pandemia ha sido nuestro principal desafío durante todo este año. Cuando estábamos proyectando cómo sería el traslado, analizamos varios escenarios, nos preparamos para modificar nuestra forma de atender porque este gran edificio traía consigo un nuevo modelo de atención, más tecnología, más recurso humano… era de verdad un nuevo hospital. Pero una vez que el covid-19 llegó a Chile, todas nuestras programaciones se enfocaron en la lucha contra la pandemia. Parece tan lejano pensar que el año pasado nos preparábamos para abrir las primeras 6 camas UCI en la historia del Hospital de Ovalle y hoy, contamos con 36 de estas camas.

A esto hay que sumar que una vez terminado el cambio de dependencias, comenzamos inmediatamente a realizar todas las gestiones para habilitar el Hospital de Contingencia. Con el paso de los meses, todas esas coordinaciones se trasladaron hasta el hospital provincial y actualmente, gran parte de los servicios de hospitalización han sido reconvertidos, tanto en camas como en personal, como efecto de la pandemia.

¿Cómo siente la respuesta de trabajadores y usuarios en este primer año de funcionamiento?

-Este edificio es mucho más grande y moderno que el anterior, tiene bastantes más comodidades de las que teníamos antes, pero también ha significado un proceso de aprendizaje y adaptación para todos. Al principio, nuestros usuarios se sentían un poco desorientados en este tremendo edificio, pero la distribución de las unidades y nuestro gran equipo de orientadores ha ido disminuyendo esa sensación. La gente se prepara para venir, llega antes a su control porque sabe que ahora las distancias son más largas.

¿Han podido bajar las listas de operaciones o cuál es el compromiso para ello?

-Este es un tema muy importante para toda la red de salud. Este nuevo edificio nos permitió aumentar nuestro número de pabellones y nuestra capacidad de atención, ya que también contamos con una mayor sala de recuperación. Todo estaba programado para aumentar nuestra actividad quirúrgica, sin embargo, desde nivel central la instrucción ha sido reducir el uso de pabellones para dar énfasis a la atención de pacientes covid. Las operaciones urgentes se están realizando igual, de hecho en este primer año de funcionamiento realizamos más de 3.700 intervenciones quirúrgicas. Sabemos que en un año normal este número hubiera sido más alto, por nuestro compromiso es reactivar nuestros pabellones una vez que la pandemia así lo permita.

¿Hay áreas o departamentos que todavía no estén funcionando al 100% de lo proyectado?

-Cuando nos cambiamos de edificio nuestro compromiso fue que todas las prestaciones que se entregaban en el hospital antiguo iban a estar operativas en el nuevo recinto, y así lo cumplimos. Sin embargo, pausamos la puesta en marcha del área de hospitalización psiquiátrica y la unidad de Hemodiálisis, dado que al ser prestaciones nuevas requerían de otros procesos para su autorización y funcionamiento. Este mes terminamos de abrir la totalidad de camas de Psiquiatría Adulto y ya estamos trabajando por abrir las seis camas faltantes para pacientes infanto adolescentes, así que nos faltaría muy poco para que esta unidad esté operativa en un 100%. En el caso de la Unidad de Hemodiálisis, se está dializando a los pacientes directamente en su cama de hospitalización. Aún no estamos en condiciones para entregar esta prestación a los pacientes ambulatorios, puesto que la planta de diálisis aún no cuenta con la autorización correspondiente. Y en esto somos bastante rigurosos, por eso se ha extendido el proceso.

¿Se ha podido contratar a todo el personal requerido? ¿O hay dificultades para ello?

-Los cargos de expansión del nuevo hospital comenzaron a llegar de forma paulatina desde el 2017 y desde entonces se han realizado los correspondientes procesos de reclutamiento y selección. Sin embargo, cuando tuvimos que abrir el Hospital Contingencia utilizamos varios de esos cargos para reunir al personal necesario. Hoy, estamos en proceso de regularizar esos puestos de trabajo realizando sus respectivos concursos.

Todos esos cargos ya fueron ocupados, pero la alta demanda que ha significado la pandemia, nos ha llevado a reconvertir nuestros servicios, por lo que constantemente estamos requiriendo más personal, sin embargo, no es fácil de reclutar nuevos funcionarios porque todos los hospitales del país tienen esta misma necesidad.

 

 

El desafío en tiempos de pandemia

Dos de las muchas protagonistas que han aceptado el desafío de trabajar en el Hospital de Ovalle explican a El Ovallino las vicisitudes de laborar en medio de la pandemia.

Patricia Chelen, enfermera de la Unidad de Paciente Crítico del Hospital Provincial de Ovalle, señaló que “ha sido difícil, creo que ha sido un trabajo y un aprendizaje para todos, vivir con esto, tener que llegar a tu casa y tener que restringirte de algunos abrazos inmediatos a tu hijo, de algunos cariños hacia ellos. Creo que eso es lo que más fuerte le toca a una como mujer y como mamá. Porque uno tiene muchos prejuicios de que uno puede contagiar a otro por estar trabajando directamente con los pacientes covid”.

Por su parte Sofía Rojas, TENS de la Unidad de Paciente Crítico del Hospital Provincial de Ovalle explicó desde su punto de vista cómo ha sido trabajar en medio de la pandemia. “Había mucho miedo, porque cuando apareció el primer caso pensamos algo así como ‘ya todo empezó’. Yo encuentro que al principio había más miedo, ha paso un año y la gente anda como si nada, pensando que si en un año no se contagió, no le va a pasar nada. En mi caso estuve trabajando en el Hospital de Contingencia y era estudiante, fue muy difícil porque pasar de estudiante a un servicio crítico fue muy complejo”.

 

 

 

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