• Mujer ovallina debió esperar años para una operación y tras la intervención quedó postrada
    Mujer ovallina debió esperar años para una operación y tras la intervención quedó postrada
Mabel Mundaca padece de una displasia de cadera y con mucha fe ingresó al pabellón en enero pasado para caminar con normalidad. Actualmente no puede desplazarse y su intervención no sirvió de nada

Cuatro meses postrada en una cama lleva una mujer de 51 años. Mabel Mundaca Valencia se sometió a una intervención en una de sus caderas y pese a las intervenciones médicas su estado de salud ha empeorado.

La dueña de casa, con domicilio en la población Limarí, sufre de una displasia de cadera desde su niñez y siempre quiso operarse. Esperanzada se enteró que había una intervención que consistía en una prótesis, pero el alto costo (más de $5 millones) de forma particular la obligó a continuar con su problema.

El 2011 acudió al sistema de salud pública a solicitar la operación. Su valor era cercano a los $2 millones (menos de la mitad que de forma particular) pero debía esperar su turno.

Pasaron cinco años y en enero del presente año se abrió su oportunidad. Luego que un médico del hospital San Pablo de Coquimbo se ganara la licitación para la intervención, Mabel Mundaca tenía la posibilidad de ingresar a pabellón para someterse a un implante.

Todo parecía bien. “Esperanzada llegué a Coquimbo, había esperado mucho tiempo y creí que si me operaba podría volver a caminar con normalidad”, sostuvo Mabel.

Pero todo se truncó. Llegó al recinto asistencial el 16 de enero y el médico a cargo se percató que la prótesis que pretendían implantarle no servía, lo que la obligó a devolverse a casa y volver una semana más tarde.

Regresó nuevamente el 23 de enero y el sábado 24 ingresó a pabellón. Allí la operaron, pero surgió una complicación. Mientras se desarrollaba la intervención una hemorragia provino desde una arteria, generando una inundación de sangre.

“En ese momento de la operación, estaban en proceso de instalar la prótesis cuando se vieron inundados de sangre, el médico se dio cuenta que había un problema en una arteria y un cirujano realizó incisiones hasta que ubicó el sangramiento, y por suerte reparó el desgarro. Si no es por eso, mi señora muere”, comentó la pareja de Mabel, Rubén López Vicencio.

Así pasó más de dos meses hospitalizada, plazo en que su familia debió conseguir donadores de sangre y se le diagnosticó una anemia severa. Mientras ocurría esto, su médico a cargo, el traumatólogo Hugo Hernández salió de vacaciones, dejando a otro profesional a su cargo.

Los cercanos manifiestan que las semanas posteriores a la intervención fueron traumatizantes, ya que la mujer no presentaba mejora, tenía una serie de heridas en su cuerpo y ningún doctor se acercaba a entregarles un certero diagnóstico.

“Luego salió de vacaciones el doctor que operó y mi mujer siguió con problemas. En el hospital no nos daban respuestas, así que recurrimos al director del establecimiento para reclamarle sobre el caso”, señaló su esposo.

Los familiares presentaron una carta de reclamo al director Enrique Montalbán, pero a inicios de marzo el médico renunció a su cargo por motivos personales, dejando como responsable interina a la neurocirujana Gilda Parra.

Con fecha 30 de marzo, la directora (S) del hospital emitió una carta para responder el malestar de la familia Mundaca Valencia.

En ella se indica que “en el contrato se establece que el médico que gana esta licitación se compromete a la atención durante el periodo hospitalizado aunque esta se prolongue y los controles establecidos posterior a la cirugía (…)

Por otro lado el médico independiente que trabaje o no en el servicio debe atender al paciente en todo su proceso quirúrgico incluyendo sus complicaciones o designar un médico que se haga cargo del paciente si se ausenta (…)

En su caso particular será analizado en comité para establecer si se estima aplicar sanción en multa al dr. Hernández por incumplimiento”.

Por último, se dice que “se enviará la ficha clínica a la Unidad de Auditoria para evaluar si es posible revaluar el tema del cobro dadas las condiciones señaladas anteriormente, la cual será usted citada para la respuesta”.

La lesión 

Posterior a recibir la respuesta desde el hospital del puerto, los hermanos de la paciente acudieron a conversar con el director regional del Servicio de Salud, Ernesto Jorquera, quien se comprometió a ayudar a solucionar el tema.

Mientras tanto, Mabel sufrió una grave infección en la zona intervenida, lo que obligó a ser sometida a un aseo quirúrgico. “Recién cuando se dieron cuenta de la bacteria apareció el médico Hernández, quien ordenó una serie de exámenes”, señaló Rubén López.

Lo más terrible vino después, los resultados de las radiografías mostraban que la prótesis implantada no estaba en su lugar y lo que es peor, la cadera permanecía luxada.

A cuatro meses de la operación, la mujer de 51 años permanece sin poder caminar, está postrada y aún no sabe con certeza cuándo será intervenida para que su cadera vuelva a su lugar.

“Yo ya no quiero vivir porque estoy haciendo sufrir a mi familia, no puedo caminar, tengo mi cadera afuera y de repente me dan clavadas, tengo mucho dolor, veo preocupado a mi hijo, pareja y familia, y ya no quiero seguir involucrándolos.

A veces quisiera acabar con la vida, me siento mal. Tenía mucha ilusión de operarme, me dijeron que tardaría una semana la recuperación, pero ya voy para 4 meses en cama”, declaró Mabel.

No hay respuestas 

El Ovallino trató conseguir respuestas en el recinto hospitalario y en el Servicio Regional de Salud, pero sus encargados no emitieron palabras al respecto. 

Costosa reparación

 Luego de la operación registrada en el mes de enero, la mujer debe cerca de $2 millones al recinto hospitalario, correspondientes a la atención recibida. El dinero aún no ha sido cancelado, a la espera de que el caso se solucione.

Y su reparación podría costar una millonaria cifra. Así lo aseguró su pareja. “Otro médico especialista en cirugía de cadera nos pidió que le enviáramos las radiografías y fotos de las heridas. Dijo que es un problema complicado, necesita tres operaciones más y que cada operación cuesta $10 millones”.

 

 

 

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