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Leonel Pizarro
La muerte repentina de al menos 20 cabras de un rebaño en el sector La Silleta podría deberse a una enfermedad llamada Enterotoxemia, casada por el cambio de dieta repentino y la no vacunación de los animales, según explicó el veterinario Patricio Roco

Ante el difícil cuadro de perder repentinamente entre 20 y 30 cabras de su rebaño, los miembros de la familia Bohórquez de Las Ramadas de Tulahuén, quienes se encuentran pastoreando su ganado en el sector ovallino de La Silleta, señalaron un probable envenenamiento como causa de la tragedia, aunque el médico veterinario Patricio Roco, que evaluó el ganado, coloca sobre la mesa otra teoría.

“Está la investigación, está la duda, se están esperando más resultados de exámenes, pero seguramente sea una enfermedad llamada Enterotoxemia, que es una enfermedad que la provoca una bacteria que se llama Clostridium. Esa bacteria cuando se dan las condiciones en el animal, libera toxinas y esas toxinas son altamente patógenas,  por lo que mueren fulminantemente”, explicó a El Ovallino el especialista.

Indicó que los síntomas son muy parecidos a cualquier envenenamiento, por eso se tienden a confundir con que hayan consumido algún veneno externo, pero lo real es que las cabras se estarían intoxicando con la producción de unas toxinas de una bacteria que los mismos animales tienen en su intestinos, que es el Clostridium que libera esa toxina, y que se manifiestan a través de los síntomas que presentaron los animales la noche del miércoles y la mañana del jueves.

A juicio del especialista, un cambio radical en la dieta podría ser un factor determinante que podría haber gatillado esa intoxicación masiva, siendo la diferencia en los tipos de comida lo que pudiera provocar una alteración en el tránsito intestinal, y eso da pie a que esa bacteria se reproduzca y libere las toxinas.

“Eso podría darse en este caso porque los animalitos comen en la mañana un pasto y una alfalfa que son muy nobles, y después en la tarde van a comer pastos naturales a orillas del río que son más silvestres, y lo que se produce en el intestino del animal, es que es un cambio muy fuerte de un pasto muy noble que se digiere fácilmente y después del mediodía comen otro pasto que es más fibroso, que no es tan nutritivo”.

Para ponerlo en términos prácticos, indicó que sería igual a que una persona esté acostumbrada a comer arroz y granos y luego cambie radicalmente de alimentos a otros más fuertes, lo que provocaría un cambio en el tránsito intestinal y altera la flora del intestino y se reproducen los Clostridium que a la larga liberan las toxinas que acarrean el malestar.

Refirió que es muy común este tipo de enfermedades en la zona, incluso porcentualmente estaría descrito en distintos textos académicos que afectaría al 10% de un rebaño, lo que coincidiría con los datos aportados por la familia Bohórquez, quienes señalaron que de un rebaño de 200 cabras se habrían afectado entre 20 y 30 de ellas.

Época y lugar

La época también sería propicia para ese tipo de malestar y sus consecuencias, indicó Roco, porque al presentarse las lluvias, comienzan a salir los primeros brotes y los crianceros pueden cambiar la dieta a base de alfalfa y pellets por una a base de pastos silvestres, aunque con este tipo de consecuencias.

Una de las características de esta condición, es que paradójicamente afectaría y se enfermarían los animales más fuertes, los de mejor condición, porque son quienes más comen y más pueden segregar ese tipo de toxinas.“Los que están más gorditos son los que tienen mejor apetito, y esos son los que más comen del pasto silvestre, y son los que primero reaccionaron. No se mueren los animales más flacos, los más lentos o los más viejos, porque comen menos”, lo que también coincidiría con el escenario presentado este jueves en La Silleta.

El costo de la vacuna

Al ser tan común la enfermedad, también es común obtener una vacuna para ella, pero en el caso del rebaño afectado, por temas económicos so se habrían vacunado los animales en los últimos meses, dejándolos expuestos a este tipo de riesgos.

“Por la situación económica muchos crianceros optan por no vacunar a sus rebaños para ahorrarse ese dinero, pero los exponen a la Enterotoxemia. Por ejemplo cuando van a las veranadas, se les exige que vayan vacunadas, para que no se les enfermen ni contaminen los rebaños. Se les coloca las vacunas dos veces al año para que las cabras o las ovejas estén protegidas de esa enfermedad. Yo les pregunté y ellos me dijeron que hace tiempo que no las habían vacunado, cuando lo recomendable es vacunarlas cada seis meses”, destacó el especialista.

Aunque no descartó que la causa de la muerte de parte del rebaño sea un veneno externo, para lo cual tienen que esperar los resultados de la necropsia realizada por los especialistas del SAG, destacó que muchos de las señales coinciden con una intoxicación por cambio de hábitos alimenticios.

“Un veneno puede matar a un animal inmediatamente según la cantidad consumida, muchos quedarían con secuelas. Nosotros hicimos una necropsia y me di cuenta que tiene todos los síntomas de la Enterotoxemia, como inflamación del hígado, el intestino se pone negro, y el contenido de la guatita y estaba todo normal, mientras que si hubiese ingerido un veneno de uso agrícola hubiese algún olor químico, que no lo había, un poco avinagrado, pero es lo normal”, acotó el especialista.

Recomendó igual esperar el resultado de los especialistas del SAG tras la toma de muestras.

 

 

 

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Diario El Ovallino