• Cachupines sin hogar debe mantener mensualmente un refugio en el sector rural de Ovalle en donde vive un centenar de perros.
  • Cachupines sin hogar debe mantener mensualmente un refugio en el sector rural de Ovalle en donde vive un centenar de perros.
  • Sólo 23.702 pesos tenía este lunes en su cuenta bancaría la conocida fundación ovallina Cachupines sin Hogar. La cifra les preocupa y les angustia, aquello considerando que son cerca de 100 los perros que están bajo su protección y cuidado.
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Cachupines sin Hogar vive días duros ya que la escasa- y prácticamente nula- cantidad de donaciones les hace imposible continuar realizando la labor desinteresada que realizan en Ovalle para entregar una mejor calidad de vida a decenas de perros sin dueños. Reconocen que el real compromiso de socios mes a mes es vital para revertir la crítica situación que atraviesan recurrentemente.

Sólo 23.702 pesos tenía este lunes en su cuenta bancaría la conocida fundación ovallina Cachupines sin Hogar. La cifra les preocupa y les angustia, aquello considerando que son cerca de 100 los perros que están bajo su protección y cuidado.

“Estamos en crisis económica (…) La gente no nos aporta”, lamenta Kelsa Torres, una de las tres integrantes de la fundación, la que además es conformada por Ana Soledad Rojas y Marcela Berríos.  

Lo crítico es que la baja cantidad de aportes se ha convertido en un constante dolor de cabeza y en una situación reiterada, hecho que incluso las ha llevado por estos días a considerar la extrema determinación de limitar la entrega de ayuda a casos puntuales que prácticamente día a día les hacen llegar seguidores y cibernautas a través de redes sociales.  

“Estamos decepcionadas y tomamos la decisión de dejar de ayudar, sólo nos haremos cargo de nuestro refugio, no queremos que llegue el día en el que nuestros perros no tengan que comer. Por favor dejen de etiquetarnos cada vez que piden ayuda para un perrito porque no estaremos disponibles.  Nos duele tener que tomar esta decisión pero no es vida vivir pensando en deudas y más deudas. No sabemos en qué fallamos, pero ya no contamos con el apoyo de la comunidad y aunque pongamos el  corazón sin dinero no hacemos nada”, escribieron  el pasado lunes en un sincero post publicado a través de su fanpage en Facebook.

Torres reconoce que si no fuera por un proyecto municipal adjudicado, que les permite costear un porcentaje del alimento que necesitan, simplemente no podrían continuar ayudando a los canes de ninguna manera, ni menos seguir existiendo como fundación.

Son varios los ítems que necesitan costear de manera mensual, los que no sólo se remiten a alimentación, ya que también hay gastos médicos e incluso relacionados con el comodato en la zona rural en donde instalaron hace poco tiempo el refugio (clavos, instalaciones eléctricas, vigilante, entre otros).  De acuerdo a Torres, sólo para alimentar al centenar de perros que albergan requieren contar mes a mes con la suma de 900 mil pesos, lo que se traduce en algo así como dos sacos de 25 kilos de manera diaria. En tanto, para abordar el tema médico de los canes (vacunas, antiparasitarios, enfermedades, entre tantos otros) dice que lo óptimo sería poder contar con al menos 1 millón de manera mensual.

Lo que les aqueja y les causa angustia es la alta cantidad de deudas médicas por concepto de atención veterinaria que han ido generando. “Los veterinarios a nosotros nos fían la atención”, cuenta, de hecho añade que a dos profesionales locales le adeudan poco más de 1 millón de pesos, mientras que en otro centro la cuenta es de 300 mil pesos. “Se nos ha hecho imposible pagar eso porque tenemos que asegurar la comida y además los aportes no llegan (…) Ya nos da vergüenza ir a fiar las atenciones porque ni siquiera hemos podido abonar”, agrega.

Ni siquiera las campañas, eventos e iniciativas que han lanzado entre sus casi 15 mil seguidores en Facebook y en la comunidad local han surtido efecto. “La gente no le toma el peso, esto es crítico, nosotras vivimos preocupadas. Hacíamos completos pero no los compraban, entregábamos cien rifas pero nadie las devolvía. A veces la gente dice ‘¿no hacen actividades?’, pero qué sacamos con eso si igual salimos perdiendo”, revela Torres.

La animalista reconoce que las tres integrantes de la agrupación concuerdan en que se encuentran en un “total abandono” por la nula ayuda que en general las personas les brindan. “Esterilizamos a al menos 20 perras por mes, rescatamos, reubicamos, cuidamos, recuperamos. Es una tarea muy difícil”.

Torres invita a la comunidad amante de los animales a que puedan tenderles una mano para seguir yendo en ayuda de perros abandonados que necesitan refugio y cuidados. “Les diría que realmente analizaran la labor que nosotras hacemos, es una muy beneficiosa para la comunidad. Es una labor muy valorable, muy bonita y la hacemos de corazón. Nosotros por ayudarlos a ellos damos el 100% de nuestras vidas. Es un voluntariado gratis y por al amor que le tenemos a los animales, no tenemos descanso”.

¿Cómo ayudar a Cachupines sin Hogar?

Para realizar aportes de dinero, está disponible la Cuenta Vista, Banco Estado número 133 70747 363, rut 65.106.525-9. También se reciben artículos como alimentos, medicamentos u otros en el Vivero Santa Anita, ubicado en calle Coquimbo 380.

 

 

 

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