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Leonel Pizarro
Diseños que no cumplen el objetivo de descongestión vehicular y poca seguridad, son algunas de las opiniones que plantean los conductores frente al bypass de tránsito que prometía una mejora vial en la ciudad.

Por muchos años Ovalle soñaba con un nuevo acceso que viniera a mejorar la problemática vial que se estaba generando tras la cantidad de vehículo que transitaba por la ciudad, además de buses y camiones en las calles que no daban abasto ante tanta congestión.

Desde el 2014 que las obras de construcción comenzaron a crear el sueño de los ovallinos (principalmente conductores) en la remodelación de la avenida Costanera, el cual se concretó en su totalidad a principios del 2017.

Una de las promesas que apuntaba el proyecto, venía a mejorar la seguridad de desplazamiento vehicular del sector rural al urbano, potenciando el desarrollo de la actividad económica y servicios básicos de la población, mejorando así la calidad de vida de las personas y usuarios de la ruta.

Además, el impacto positivo para la comunidad resaltaba en el aumento de seguridad en desplazamientos vehiculares de carga y buses, además de la solución definitiva de pavimentación en sectores La Chimba, Ariztía y Callejón Vecinal. El bypass, también logró el mejoramiento y seguridad en los cruces de la avenida Costanera con las Rutas 45, Ovalle–Socos, Ariztía Oriente y Poniente, D-55 a Monte Patria y de la D-43 Ovalle–La Serena y la D 605 Ovalle Punitaqui.

A pesar de ello, a tres años de haber finalizado por completo el gran proyecto de accesibilidad vial “avenida Costanera”, conductores realizan sus evaluaciones luego de haber puesto en práctica a uno de los proyectos más grandes de la ciudad.

OPINIONES Y EXPERIENCIAS

Claudio Carmona, es conductor de los colectivos “Los Molinos”, línea de transporte que viaja desde Ovalle a Punitaqui. Su visión se basa en la experiencia que vive día a día al transitar por la Costanera, “al principio dijeron que iba a ser doble vía, había hasta una maqueta, pero a la final optaron por hacerlo una sola vía de entrada y salida”.

“El diseño que hicieron finalmente no favorece, porque los vehículos cuando quedan en panne no tiene por donde parar y obstaculizan el paso, queda una inmensa fila de autos. Tampoco hay un retorno para poder evitar la congestión de alguna emergencia”, comenta el conductor.

Carmona asegura que es un opinión compartida con varios colegas del rubro, “los colectivos de nosotros, los Norte Verde y los independientes hemos tenido este tipo de problemáticas, incluso los particulares. Con una doble vía esto habría quedado impecable”.

Algo similar comenta Jonathan Torres, conductor que utiliza el acceso vial todos los días para llegar a su trabajo,  “el problema es en las horas pick, al no existir una berma, un auto que tenga algún desperfecto técnico o queda en panne es terrible. Por otro lado, los semáforos igual son necesarios en dos puntos importantes: el cruce de la población Fray Jorge porque hay academias de fútbol, es terrible para el conductor y el peatón, ya que no todos respetan el paso de cebra que hay ahí”.

Frente a la responsabilidad del conductor, Torres también realiza críticas, “en el cruce al finalizar calle Ariztía, también se necesita de semáforos, dentro de los accidentes que han habido, está también la responsabilidad del conductor, donde no respetan la velocidad permitida, no se respeta y no hay fiscalización tampoco”.

Al consultar al municipio por el posible cambio en el proyecto original, el director de Obras del municipio de Ovalle, Glen Flores sostuvo que el proyecto de la Costanera del Limarí no es de responsabilidad del municipio local, sino de Vialidad y de acuerdo a los datos que se manejan “la obra está ejecutada correctamente y en coherencia con el proyecto que se presentó. Recordemos, que este idea se proyectó con la realidad que teníamos en el año 2000, lo que se aleja enormemente de la cantidad de vehículos que hay en Ovalle en la actualidad, quizás por esa razón en algunos momentos tiende a congestionarse”.

Flores agregó que en cuanto al diseño, la Costanera o Avenida Circunvalación “es una calle como cualquier otra, no es carretera, por lo que no tiene sectores para que los automóviles se estacionen. Y en materia de seguridad, es una vía segura, el tema es que algunas personas no respetan la velocidad máxima permitida en la ciudad, que es 50 kilómetros por hora”. 

EL PROYECTO

Recordemos que el proyecto anunciaba la construcción de una costanera de siete kilómetros junto a la ribera del río Limarí financiado por fondos del MOP, Ministerio de Vivienda y el gobierno regional de Coquimbo, se consideraba una calzada bidireccional de siete metros de ancho, veredas, ciclovías, luminarias y obras de paisajismo, como también un puente de 200 metros de longitud en el sector La Chimba.

Además, las mejoras incluían la restauración en los cruces, accesos existentes y obras de saneamiento (obras de arte y canales de riego); la reposición de paraderos de buses en zona urbana y rural; elementos de control y seguridad; señalización vertical, demarcación del pavimento y tachas reflectantes, y la construcción de un colector de aguas de lluvias de 4.1 kilómetros. La iniciativa implicó una inversión de alrededor de $ 16.300 millones.

A pesar de las críticas de la ciudadanía, desde la Ministerio de Obras Públicas, indicaron no se ha recibido ninguna petición o queja formal en torno a esa ruta.

 

 

 

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