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Zoraida Cáceres de 27 años, se desempeña en calle Tangue con las intersecciones de Miguel Aguirre y Arauco, y explica cómo ha sido enfrentar el virus en las principales arterias de la ciudad.

Por Viviana Badilla Vargas.

Complejo ha sido el escenario para los trabajadores del país, debido a la ola de despidos que ha habido en estos últimos meses. Y es que sin duda, la pandemia no solo ha traído problemas en el sistema de la salud, sino que también en la economía.

Pero, si para los chilenos es complejo lo que está pasando, para los extranjeros aún más, ya que viajan miles de kilómetros para una mejor calidad de vida para ellos y sus familias.

Tal es el caso de Zoraida Cáceres, venezolana proveniente del estado Barinas y quien se encuentra hace más de un año con residencia en Chile. Actualmente se desempeña como parquímetro en las principales calles de la ciudad, siendo en estos momentos la calle Tangue, su lugar de trabajo.

Debido a la crisis sanitaria que vive el país el tránsito vehicular ha variado notablemente.

“Bueno, ha bajado bastante el flujo de autos en la ciudad en general, y en estas calles en las que yo estoy a cargo de regular el tiempo de estacionamiento de los vehículos. También, se ha visto menos personas y eso debe ser porque ya no hay escolares en las calles”, comentó.

Asimismo, y por su bienestar (y el del resto), Zoraida ocupa todos los implementos que son necesarios para evitar contagios y la vez tener el mínimo de contacto con los conductores que circulan por las vías de la Perla del Limarí.

“Al momento de tomar el cobro, yo guardo el metro de distancia, le entrego su boleta al chofer, le digo cuánto es el valor, me entregan el dinero y lo guardo enseguida. Además, en el trabajo nos entregan alcohol gel, guantes, mascarilla y el escudo facial para nuestra protección y la de los conductores”, aseguró Zoraida.

Por otro lado, el costo de salir a trabajar en la calle en plena pandemia mundial, radica en la inquietud de contraer el virus, pero aún más complejo el contagiar a la familia, por lo cual se debe tomar conciencia y seguir las normas dictadas por la Organización Mundial de La Salud (OMS), al pie de la letra como lo hace Zoraida una vez terminada su labor.

“Cuando termino de trabajar y llego a mi casa, procedo a desinfectar la planta de los zapatos con cloro y me los quito afuera de la casa. Además, y como lo dictan las normas me cambio toda la ropa y me baño. Para así quitarme todo lo que pueda ser un vector de contagio”, puntualizó.

Del mismo modo, la vida personal de los trabajadores que se encuentran trabajando en pandemia se ven afectada notoriamente, y más si se tienen hijos.

“Yo vivo con mi hija a la cual no saco de la casa, y además con otros familiares y uno que trabaja a las fueras del hogar los puede contagiar. También, con esto de la pandemia uno tiene que hacer sus cosas y cuando termina de trabajar esta todo cerrado”, enfatizó.

Este es el momento, para darles mejores condiciones de trabajo a quienes se encuentran exponiendo su salud y la de sus familias en las calles de Ovalle.

 

 

 

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