• La profesora María Isabel Mondaca Silva es todo un ícono de la educación provincial y regional
  • Con 40 años de labor educativa la profesora Mondaca es un referente en el área. Un ejemplo para todo el equipo del Departamento Provincial de Educación
Crédito fotografía: 
Roberto Rivas Suárez
Actualmente supervisora en el Departamento Provincial de Educación, la profesora cumplió recientemente 40 años de labor educativa profesional

Ovallina de nacimiento, formación y corazón, a mediados de los años 70 estudió Educación Parvularia en La Serena y regresó a Ovalle ser la primera maestra profesional en el Ministerio de Educación en la ciudad.

Desde su cargo ha visto a todos los presidentes, ministros, intendentes, gobernadores y jefes provinciales que pueda imaginar. En algún minuto tuvo que ocupar cargos regionales en La Serena, pero luego regresó a su ciudad a continuar con su labor.

Es María Isabel Mondaca Silva, quien acaba de cumplir 40 años de labor educativa en el Ministerio, un record que sigue sumando, y que difícilmente pueda ser alcanzado por profesora alguna.

Estuvo poco tiempo en aula, apenas dos años entre Sotaquí y Huamalata a finales de los 70, porque su destino era capacitarse en Santiago para ser supervisora, cargo que ostenta actualmente.

Los cambios

Tras cuatro décadas de enseñanza y supervisión educativa, afirma con autoridad que la diferencia entre los docentes de antes y los de ahora es la vocación. Explicó que hace tres o cuatro décadas atrás, quienes iniciaban la carrera docente por lo general lo hacían de corazón y que ahora es distinto.

“Cuando una persona elije una profesión por vocación, porque le gusta enseñar, ser modelo, ser ejemplo, eso se hace las 24 horas del día. Pero he visto que ahora lo que quieren es tener un trabajo fijo a lo mejor, un sueldo seguro, una mejor remuneración, pero sin la vocación de amar a los niños”.

La confirmación del cambio le llegó cuando fue jefa de carrera en un instituto profesional, y con el pasar de los años, pudo ver cómo los estudiantes cambiaban el norte de sus aspiraciones, entre quienes deseaban enseñar y quienes querían un trabajo.

“Poco a poco veía el cambio de mentalidad en los alumnos que ingresaban a estudiar educación. Uno para ser educador tiene que amar la educación para los niños, quererlos, entregar todo lo mejor 24/7”

Experiencias que marcan

Recordando sus lugares de trabajo y sus múltiples funciones en el Ministerio de Educación, desde un aula en una zona rural en los años 70, hasta las coordinaciones de departamentos siempre es grato saber que se está haciendo para los niños.

“Cuando yo comencé no habían educadoras de párvulos, sino maestras ‘kindergarderinas’ que eran maestras normalistas que se dedicaban a trabajar en el kínder, así que cuando se abrió el curso y la postulación para supervisora, ya yo tenía un año de experiencia y tenía la formación académica, así quedé con el cargo de supervisora en 1980, así que yo era muy joven, pero supervisaba a las maestras que eran mayores que yo”.

Su trabajo siempre estuvo ligado a eventos regionales y nacionales de formación, de actualización, momentos culturales y jornadas más sociales, y aunque se dice que las maestras y educadoras parvularias no dejan de jugar, su trabajo no siempre es alegría, ya que en el transcurrir de los años le tocó vivir algunos momentos que pusieron a prueba su corazón.

“En las zonas rurales vimos como no había una educación parvularia de buen nivel, porque las condiciones no se dan, porque apenas tenían uno o dos niños, y esos niñitos no tenían acceso a una educación de nivel, pero nosotros hicimos varios programas para trabajarlos con las mamás de manera que ellas pudieran darles algunas herramientas educativas de calidad, y a mí me correspondió salir a terreno a recorrer todos esos colegios rurales”.

Pero si en sus cuarenta años de servicio hay una experiencia que le marcó definitivamente, fue el servicio educativo que implementaron en la Cárcel de Ovalle.

“Luego del plan rural, llevamos el programa ‘Conoce a tu hijo’ a la cárcel, y me encerraba con las mamás con los cuadernillos a enseñarles cómo debían enseñarle a sus hijos, y luego logramos integrar a los papás, hasta fuimos e hicimos un intercambio con los reos de La Serena. Eso es algo muy grande lo que hicimos en ese momento. Te llega al corazón cuando ves a los niñitos que van a visitar a sus mamás que están presas, y que sólo las visitaban los miércoles y domingos, y nosotros nos dedicábamos a hacerle la vida grata a ellos”.

Educación segura

Un consejo de una profesora con más de cuarenta años de labor, siempre debe ser bien recibido, y en esta ocasión su mensaje a las nuevas generaciones de alumnas de educación parvularia sería que estén seguras de tener la vocación necesaria.

“Si eligen bien su carrera, después no se van a arrepentir, que no sea por el aspecto económico, porque en esta carrera se van a enriquecer de otra manera, con una sonrisa en los niños, que son quienes le inyectan energía a uno”.

 

“Estupenda”

El jefe provincial de educación, José Manzano, advierte que la experiencia de trabajar con la profesora María Isabel Mondaca es sencillamente “estupenda”.

“Tenemos que recoger toda la experiencia que está depositada en la profesora María Isabel, y creo que es muchísimo, y que me ha contribuido una enormidad en traspasar esa experiencia a los supervisores más jóvenes. Feliz de poder celebrar estos 40 años de labor educativa de la profesora, un ícono de la educación en la provincia y en la región”.

 

 

 

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