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La sequía que afecta a la zona es una de la más crudas en la historia. Sólo equiparable a la que se produjo entre 1967 y 1969 cuando no estaba operativo el sistema Paloma.

Estefanía González

La sequía en la Región de Coquimbo año con año se ha ido agudizando por la falta de precipitaciones. Este 2022 la situación es crítica y en algunos lugares incluso inédita, Prueba de esto son los decretos de escasez hídrica que cada seis meses, desde 2019, se han declarado para la región completa y en años anteriores (desde 2008), para algunas comunas específicas.

Esta herramienta permite, entre otras cosas, dar más atribuciones a los organismos del Estado, particularmente a la Dirección General de Aguas, explicó Pablo Álvarez, director del Laboratorio PROMMRA de la Universidad de La Serena y del Consorcio Centro Tecnológico del Agua Quitai Anko.

“Se da mayores atribuciones a los organismos ejecutivos para que puedan intervenir en el caso de que tengan que administrar los recursos hídricos” explicó Álvarez, agregando que se activan los derechos provisionales, constituidos para ser utilizados en condiciones de escasez, eso quiere decir que “se puede extraer agua bajo la condición de derechos provisionales en algunos puntos para proveer el agua para la bebida o para condición de escasez extrema en algunos puntos del territorio”.

El director de PROMMRA sostuvo que de no existir este decreto, el que comenzó a regir nuevamente desde el 6 de enero, luego que se venciera el anterior, “todo aquello se dificulta” por lo que al declarar la zona como de escasez se reconoce oficialmente la condición critica del déficit de agua, “y dado que es reconocida es posible utilizar herramientas especiales para eso, si no fuera reconocida oficialmente, entonces no se pueden echar andar esas medidas de extrema condición de sequía”.

En concreto el documento señala: “Declárase zona de escasez por un periodo de seis meses, no prorrogables, a contar del día 6 de enero de 2022, a la Región de Coquimbo”.

REALIDAD ACTUAL

El motivo principal para declarar a la región y a varias a nivel nacional, como zona de escasez hídrica, es por su crítico estado en relación con la sequía, Pablo Álvarez indicó que, “la  disponibilidad en los embalses está en torno al 25% en valor promedio.  El embalse la Paloma es el que tiene más acumulado; Cogotí tienen un muy bajo nivel y Recoleta está en torno al 20%”.  Según el informe semanal hidrometeorológico de la DGA, al 03 de enero de 2022 La Paloma contaba con 134 mm3 de agua acumulada es decir con un -82,1% de su capacidad total, mientras que Cogotí mantenía 4,1mm3, un -97,4% de su capacidad total y Recoleta, 21mm3, un -75,5% de su capacidad. Esto quiere decir que, en promedio, los tres embalses cuentan con un 15% de su capacidad. Si consideramos el promedio histórico mensual, el promedio de los embalses está a con un -76%.

“Quedan los dos meses que son los más complicados por su demanda agrícola, es el periodo en el que se junta toda la demanda de la mayoría de las especies, uva de mesa, mandarinos, limones, uva pisquera”, recordó el director de PROMMRA, añadiendo que  otro factor que implicaría una mayor demanda hídrica es la ganadería menor, “los animales caminan, toman agua, circulan por las zonas de acumulación de agua en la cordillera, que es normal, esto pasa todos los años, pero es parte de la estacionalidad entonces no es sorpresa que se redujeran todavía un poco más los caudales de aquí hasta el mes de abril”.

El profesional, más que hacer una recomendación sobre el cuidado del agua, sostuvo que es la misma naturaleza la que empujará a las personas a ajustar su demanda hídrica. “Eso significa hacer la dolorosa perdida, reducir la superficie y por lo tanto planificar; estar atentos a los pronósticos de la siguiente temporada que van a empezar a ser bastante más certeros, a mi juicio, a partir del mes de abril”.

”Hay que estar muy atentos a lo que podría pasar y en función de eso ir tomando decisiones.  De momento cualquier decisión que se tomara yo recomiendo que sea basado en escenario súper conservador y con una tasa de reducción”, aseguró Álvarez.

UNO DE LOS AÑOS MÁS SECOS

A nivel nacional el caudal de la mayor parte de los ríos entre las regiones de Atacama y Aysén es el más bajo de los últimos 30 años, solo 3 estaciones pluviométricas terminaron con superávit de precipitaciones y los embalses registran un déficit del 25,3%.

El déficit de precipitaciones va disminuyendo de norte a sur, aunque fueron altos en términos globales. De la Región de Coquimbo hasta la estación de Vilcuya en Valparaíso, estuvo en torno al -84%. Desde San Felipe a la Región de O´Higgins alcanzó un -54%, entre El Maule y La Araucanía estuvo en -36% y de Los Ríos a Magallanes -31%. Lo anterior, según el Boletín Hidrológico Diciembre DGA.

Pablo Álvarez indicó que en estos momentos se podría decir que “estamos dentro del rango del 3% de los años más secos de la historia”, explicando que eso significa que “un 97% de los años han sido más húmedos que éste, y en algunas cuencas estamos marcando el dato histórico, o sea, no tenemos registro de datos más secos que este en algunos lugares”.

El profesional comparó lo ocurrido en esta época con la sequía que aconteció entre 1967 y 1969. En esos años “todavía no tenía regulación de todo el sistema de los embalses, pero ya estaba Recoleta y Cogotí y La Paloma estaba terminándose; de hecho, La Paloma no se llenó al terminarse, sino que tuvo que venir un periodo posterior al año 70 para que se pudiera llenar. Estamos en una condición histórica, si uno pudiera comparar diría sí, es un 67-69 así se seco y en algunas cuencas más aun fuera de registro”, puntualizó.

 

 

 

 

 

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