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Roberto Rivas Suárez
En su último día en el cargo provincial Espinoza repasa su gestión, marcada por enfrentar crisis y llamar al diálogo. Explica que ha planteado y levantado un proyecto para la instalación de plantas de generación de hidrógeno verde en la provincia, lo que podría ayudar en muchos aspectos, incluso a paliar la crisis hídrica.

Tomó el cargo de Gobernador provincial el 1 de enero de 2019, cuando fue llamado de emergencia para apagar el incendio que había dejado en la oficina el gobernador saliente, Darío Molina, quien no tuvo la mejor relación con los alcalde de la provincia.

Desde ese momento Iván Espinoza, tuvo que enfrentar tres crisis que pusieron a prueba su gestión: la relación de la Gobernación con los alcaldes, el estallido social y la pandemia.

“Y es que yo entré justo con un terremoto, la primera semana de mi gestión yo la recibo con un terremoto, con epicentro en Limarí, y con poca experiencia en la contingencia pude recibir mucha ayuda de los funcionarios encargados de las situaciones de emergencia, salimos en la madrugada y empezamos a trabajar hasta poder llegar a todos los sectores más complicados. Para mí fue una experiencia importantísima porque tuve que conocer mucha gente en muy poco tiempo y en unas condiciones de emergencia”, recuerda Espinoza.

Una vez “bautizado” en el cargo, el funcionario se dedicó a resolver primero la crisis administrativa heredada.

“Si bien yo llego en condiciones bastante adversas, a solucionar problemas, yo he sido un servidor público toda mi vida, y me presté a colaborar con el cargo, cuyo objetivo es trabajar por las comunas y los servicios públicos de la provincia. Eso lleva un entendimiento armónico con todos de tal manera de producir un desarrollo en conjunto, no de ninguno por separado. Yo asumí el cargo y con mucha tranquilidad me reuní con los alcaldes y los jefes de servicio y nos hicimos un desafío conjunto para diseñar un plan de desarrollo y cooperación mutua para estandarizar y levantar la provincia. Me fue bien. Yo creo que mis características personales me facilitaron la llegada, dado que me ha tocado cumplir cargos complejos”.

Recordando la época del estallido social, detalla la labor que le tocó asumir en cada protesta o marcha que llegaba al despacho de Socos en busca de una respuesta.

“Yo creo que cuando se acerca gente con distinto tipo de voluntad o actitud, es porque algún fenómeno está pasando y hay que conocerlo. Yo creo que los acercamientos que tuvimos con varios sectores (salud, educación, crianceros, pueblos originarios) resaltaron un factor común, que es la conversación, que es invitarlos a sentarse a conversar a analizar y ver qué es lo que se puede hacer para diseñar un plan para mejorar lo que están exigiendo. Ese es el planteamiento”.

Crisis hídrica

Una realidad que además tuvo que afrontar en el cargo fue la crisis hídrica, para lo cual el funcionario incluso plantea medidas más a largo plazo.

“Ahora estamos trabajando en el problema de fondo, y no en la contingencia. Hubo una preocupación desde un principio para visualizar los caminos de la solución de fondo, que es producto de la crisis climática, que es la falta de la disponibilidad de agua para los sectores más apartados. Eso es un problema de carácter estructural, ya que el agua que caiga será absolutamente insuficiente para poder satisfacer las necesidades que tenemos”.

Señaló que esa solución la ha planteado en el sentido de iniciar proyectos que  pongan al hidrógeno verde en el centro de la ecuación.

“Desde el primer año fuimos pensando un trabajo que hoy día se visualiza: y es a través de la energía. Yo soy de los que cree que todos los problemas se solucionan a través de la energía. Hay un proyecto muy ambicioso que va a partir con un plan piloto desde la Provincia del Limarí: Estamos hablando de una planta de hidrógeno verde, básicamente para desarrollar energía limpia en la provincia. Vamos a comenzar con una planta en los APR, vamos a escoger uno que tenga las condiciones favorables, y vamos a trabajar las aguas servidas y lodos, para reciclarlos y transformarlos en materia útil, que tienen cientos de alternativas”.

Resaltó que la aplicación de ese tipo de plantas podría ayudar a reutilizar las aguas, potabilizar el agua de mar y otras aplicaciones que ayudarían a resolver la crisis en el largo plazo.

Gobierno entrante

Consultado sobre el desafío para su sucesor, Espinoza advierte que la actitud debe estar por delante.

-¿A su juicio qué sería lo más importante que tiene que hacer el nuevo Delegado Provincial?

-“El día que designaron a don Galo Luna, yo mismo hice contacto telefónico con él para felicitarlo y desearle éxito en su gestión. Él lo agradeció y luego nos hemos reunido varias veces para diseñar el traspaso. Tengo la mejor impresión hacia su persona, creo que tiene una buena actitud que puede ser muy favorable para gestionar todas las cosas que son importantes en la provincia”.

Apuntó que su último día de gestión será como lo advirtió al principio.

“Este jueves es mi último día, yo quiero ser consecuente con lo que prometí con este gobierno, por eso voy a estar en la calle trabajando, estaré con mi chaqueta roja como Delegado Presidencial del Limarí, gestando y trabajando en una fiscalización en la calle acompañando a quienes me acompañaron: las policías, la Fiscalía, las municipalidades. Quiero despedirme en la calle junto a estas personas que tienen que prolongar el ejercicio de todo esto que se ha hecho y que va para el bienestar de toda la gente: principalmente la seguridad”.

Considera que a sus 72 años recién cumplidos todavía tiene mucho que aportar en el servicio público. “Yo no he estado ni un día sin trabajar, y sin sentirme un colaborador de la sociedad en la que estado. Me siento con una tremenda energía  y voluntad para seguir colaborando. Mi gran deseo es seguir aportando”, señala Espinoza.

 

 

 

 

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