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El Ovallino
Desde los pueblos Limarí y Vegas del Limarí acusan carreras clandestinas con ingesta de alcohol durante las noches, pero por otro lado también señalan que durante el día muchos vehículos no respetan las normas del tránsito.

Por Luciano Alday Villalobos / Ovalle

 

La fatal colisión ocurrida el pasado domingo volvió a encender las alarmas en los vecinos de los pueblos atravesados por la Ruta D-505, quienes creen que los accidentes seguirán ocurriendo mientras existan conductores irresponsables y mientras no se tomen medidas para frenar las irregularidades vividas en el sector.

La primera y principal preocupación de los pobladores tiene relación con carreras clandestinas a lo largo de esta ruta que une Ovalle con Cerrillos de Tamaya. “Los accidentes no son muy habituales pero es muy probable que comiencen aumentar. Hace un tiempo ya que llegan muchos autos de diferentes lugares, beben alcohol y posteriormente realizan carreras. Me imagino que son los llamados ‘piques’”, señaló Juana Pizarro, presidenta de la junta de vecinos de Limarí, uno de los pueblos atravesados por la Ruta D-505.

“Las carreras en la noche son insoportables, ocurren casi todas las noches, pero los fines de semana es peor. A veces hay una o dos semanas tranquilas, pero después empiezan nuevamente”, agregó la dirigenta vecinal.

Desde la localidad vecina, Vegas del Limarí, se sumó al mismo reclamo don Hernán Valdivia, quien vive a pocos metros de la carretera, “las carreras aquí comienzan pasada las doce de la noche en dirección a Limarí, esto es algo que ocurre todas las noches, normalmente son como seis autos que se ponen a hacer carreras”, apuntó.

Estas carreras clandestinas en el sector traen consigo otros cuestionamientos por parte de los pobladores. Uno de ellos es que muchos de los conductores no superarían la mayoría de edad, y por otro lado está el desconocido origen de los automóviles.

“Yo no sé cómo niños muy jóvenes tienen carnet de conducir, o quizás pasa que conducen sin eso, creo que debe haber niños que no superan los 15 años. El pueblo es demasiado chico para tantos vehículos, yo no me explicó cómo los compran, nosotros cuando quisimos comprar un tractor nos hicieron un montón de preguntas, y esta gente compra vehículo sin trabajarle un día a nadie”, acusó Juana Pizarro.

 

Denuncia

 

Cada vez que ocurre una de estas carreras diferentes vecinos de manera anónima llaman a Carabineros, no obstante, estos no alcanzara impedir los hechos, “los carabineros vienen, pero yo no sé cómo estos jóvenes saben cuándo van a llegar, porque desaparecen antes de que lleguen. Yo no voy a decir que carabineros no cumple, estaría mintiendo si dijera eso, ellos vienen y lo hacen seguido, pero los jóvenes desaparecen”, señaló la vecina.

“Falta mayor control, siempre pasan accidentes porque no hay control, y cuando Carabineros viene con la sirena los jóvenes arrancan”, agregó Valdivia.

Por otro lado, Juana Pizarro enfatiza en que muchas veces no se logran concretar denuncias por la relación emocional que hay entre los habitantes, “el problema es que el pueblo es chico, entonces la mayoría son familiares, cuando hay que poner la denuncia y muchos no lo hacen, uno habla a la municipalidad pero al final la gente afectada después no hace nada porque son familiares de los implicados”, apuntó.

 

Otro problema y solución propuesta

 

Pero esta inseguridad no solo ocurre durante la oscuridad de la noche, sino que también durante la luz del día, aunque de otra forma.

Según explican los vecinos por el sector transitan muchos conductores que no respetan las normas del tránsito, poniendo en peligro a la comunidad, “desde las seis de la mañana hasta las ocho y media esto es un peligro vivo para el peatón que va a trabajar a las parcelas, porque hay personas que manejan a exceso de velocidad o que adelantan en subida, no respetan nada, muchos choferes pasan por acá como si estuviese en carretera de alta pista”, manifestó Hernán Valdivia.

Los vecinos creen que tanto las carreras clandestinas como estas infracciones a la norma se producen por las características de la Ruta D-505, la cual no cuenta con tantas curvas. Al ser tan recta esta incita el exceso de velocidad.

Ante esto Juana Pizarro dice que en algunos puntos del pueblo Limarí se instalaron resaltos, “pero no dieron mucho resultado”.

Por su parte, Hernán Valdivia tiene una propuesta, “acá faltan esas bandas metálicas que ponen en las carreteras, es la única manera para que no ocurran más accidentes”, puntualizó.

 

 

 

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