• Tierra, calamina y mucho polvo, es lo que caracteriza a gran parte de la ruta que une Ovalle con Río Hurtado, en especial desde la localidad de El Puerto hacia el sector alto de la comuna. Esto ha dificultado la integración de la comuna con el resto de la provincia. (FOTO: CHRISTIAN ARMAZA)
  • Durante los temporales de mayo del año pasado, la ruta a Río Hurtado quedó cortada en ocho partes. Sólo el poblado de Hurtado (en la foto) quedó dividido en tres partes por la bajada de quebradas. En la imagen, Alfredo Von Muhlenbrock, habitante de Hurtado, muestra uno de los sectores por donde bajó el torrente dejando cortada la localidad. (FOTO: CHRISTIAN ARMAZA)
  • Pese que una parte del camino está pavimentado, la carretera sigue siendo demasiado estrecha en algunos tramos para permitir que dos vehículos –especialmente, si uno de ellos es de gran tamaño – puedan circular. (FOTO: CHRISTIAN ARMAZA)
  • Varios son los trabajos que se han hecho para facilitar la circulación por la ruta, desde badenes, enrocados (como el de la imagen) para evitar la destrucción de la carretera, y otras obras como un puente saliendo de la localidad de El Puerto. No obstante, muchas veces la furia de las quebradas es más fuerte, y los cortes continúan. (FOTO: CHRISTIAN ARMAZA)
Históricamente una comuna aislada, este valle del Limarí donde el 100% de sus habitantes son de condición rural, ha puesto todas sus esperanzas en los próximos avances en la pavimentación de la única ruta que la une con el resto de la provincia y la región. Con la “columna vertebral” de su territorio - como denominan los riohurtadinos a esta vía – completamente mejorada, se espera que por fin se abran los caminos hacia el desarrollo.

Con más de 4.700 habitantes, y emplazado en medio de un valle encajonado entre montañas hasta llegar a la misma cordillera de los Andes, Río Hurtado es quizás, una de las comunas con los paisajes más bellos de la Provincia del Limarí, por supuesto, sin desmerecer las particulares bellezas de las otras comunas.

Basta internarse por la ruta D-595, que se inicia en el cruce con la ruta a La Serena y Coquimbo, pocos kilómetros al norte de Ovalle, para comenzar a contemplar un paisaje que da comienzo con el espejo azul del embalse Recoleta, en el cual desemboca el río Hurtado, curso fluvial que baja por el valle rodeado por verdes campos y pintorescos pueblecitos. Al fondo, las altas cumbres de los Andes, aún coronadas por la nieve caída hace unos días atrás.

Incluso, en aquellos días despejados – recurrentes en esta zona – a medida que uno se acerca al pueblo de Hurtado, a la izquierda sobre las montañas, se alcanza a divisar el reflejo de la luz del sol sobre las modernas cúpulas del observatorio astronómico Gémini, puesto en marcha en 1983, y que es vecino del famoso Observatorio Tololo, en la vecina comuna de Vicuña.

A medida que se sube, el valle se va encajonando más, hasta llegar a los altos valles andinos de la zona, territorio habitado desde hace siglos por los crianceros y sus ganados caprinos.

Esta geografía es la que caracteriza a esta comuna que toma justamente su nombre del río que la cruza, y que, por la belleza andina de los paisajes, es quizás una de las joyas turísticas de la Provincia del Limarí.

UN CAMINO QUE “NO DA EL ANCHO”

Si bien, estas bellas estampas de un valle ubicado entre las montañas, ya ha sido aprovechado por más de algún visionario emprendedor, lo cierto es que Río Hurtado sigue estando a la cola en el desarrollo económico y turístico de la provincia.

De hecho, las mismas características geográficas que hemos descrito antes, juegan en su contra, pues dependen de un solo camino para comunicarse con el resto de la provincia y la región que, al igual que el río, serpentea por las faldas de las montañas, y que hoy se encuentra pavimentada completamente hasta Samo Alto, y de ahí por tramos, entre Pichasca y la localidad de El Puerto.

Esta condición justamente, ha sido el principal obstáculo para que la comuna pueda estar integrada en su totalidad a la provincia. Incluso, en algunos tramos pavimentados, la carretera no cumple con los estándares mínimos para circular fluidamente por el estrechamiento de la ruta.  Para que hablar de la ruta más arriba, donde predomina la tierra y la calamina.

Pero a esa situación, se debe agregar otro aspecto más gravitante en la vida de los riohurtadinos, especialmente en los meses de invierno: la bajada de las quebradas.

“Hemos tenido eventos climáticos que nos han dejado durante varios días aislados de la región, tanto de Ovalle como de Vicuña” señala Alfredo Von Mulhenbrock, poblador de la localidad de Hurtado, y presidente de la Unión Comunal de Adultos Mayores.

“Es la condición geográfica de nuestra comuna. El aislamiento nos caracteriza. El año pasado cuando llovió en mayo, este pueblo (Hurtado), quedó dividido en tres, pues bajaron dos quebradas. No se podía pasar. Estuvimos prácticamente, dos días y medio sin que nadie pudiera cruzar” explica.

Para peor, los otros caminos alternativos que existen – ruta “Antakari”, desde Hurtado a Vicuña, y ruta entre Samo Alto y Andacollo – presentan un muy mal estado. “En la época de invierno sufren mucho con la lluvia y la nieve” agrega Von Muhlenbrock.

UN MURO PARA EL PROGRESO

Más allá de los avances de los últimos años, la histórica falta de un camino adecuado para comunicar el valle del río Hurtado en su totalidad, se traduce en un impacto económico para la comuna, pues ni nuevos negocios ni nuevas alternativas laborales se puede ofrecer. Incluso, el transporte público también se ve afectado.

Rubén González, empresario local del transporte desde 1999, comenta que ante cualquier corte que sufre la ruta “quedamos inmediatamente sin conectividad ni movilización”.

“Ante eso, uno no puede trabajar. Esos días no se puede hacer nada, y sólo cabe esperar que manden maquinarias para que arreglen el paso por las quebradas. Todo eso afecta a la economía del hogar, pues hay que esperar dos o más días para volver a circular” asegura.

Para él como transportista, los lugares más críticos de la ruta están en el cruce con la quebrada de El Puerto y la quebrada de Pichasca, “donde siempre se corta” dice.

A eso se suman los recurrentes daños que se generan en los vehículos a causa de circular sobre un camino de tierra, a veces, en mal estado. Ni que decir del polvo que queda en suspensión.

Por su parte, para Vidal Cangana, nacido y criado en la comuna, y actualmente trabajador del restaurant La Carreta de Serón, resolver el problema del aislamiento es fundamental para sacar a Río Hurtado de esta situación.

“Acá, cuando se corta la ruta, dependes sólo de tus vecinos, y en caso de una emergencia, de la propia comunidad. Por ejemplo, cuando llovió hace unos días, la locomoción colectiva no pudo bajar a Ovalle, pues volvimos a quedarnos sin conectividad” señala.

Incluso, pese a la pavimentación, este riohurtadino critica que estos proyectos se hagan sin la participación de la comunidad, en especial, por el diseño de la carretera que no contempla las condiciones naturales del lugar.

“No sacan nada las autoridades con traer un proyecto de camino que falla al primer temporal, pues muchas veces quedamos aislados de Ovalle porque la ruta no está bien construida todavía, ya sea por los badenes o sistemas de desagüe de la carretera. Claro, ellos ven una quebrada chiquitita, pero desconocen las dimensiones de esa quebrada hacia arriba, y cuanta capacidad de agua y material puede traer. Entonces, si se colocan tuberías medianas, la carretera no va a poder soportar la bajada de la quebrada y obviamente la ruta se va a cortar, aunque esté pavimentada” explica.

Un poco más cautelosa es Patricia Mery, dueña del restaurant La Carreta, quien, aunque no duda en que la mejora de la carretera “claramente favorece la actividad económica de la zona”, asegura que la bajada de las quebradas “es un problema de la naturaleza, ante lo cual poco podemos hacer creo yo. Hay que prevenir sin duda, pero las quebradas bajan siempre, y siempre por eso, quedamos aislados. Incluso, hay gente que ha fallecido y familias que han perdido todo por eso” dice.

Pero además, el “corte” se extiende a otros servicios básicos de la comuna, y no sólo a la carretera, tal como lo expresa Mariana Rodríguez, pobladora de Serón.

“A veces pareciera que la comuna de Río Hurtado no existiera. Nuestro aislamiento es crítico, porque además, se nos cortan las líneas telefónicas, se nos corta la luz, también el agua. Lo único que nos queda para comunicarnos es la radio de la posta, para hacer los enlaces con Bomberos y Carabineros, como ocurrió el año pasado que fue crítico” explica.

“TRABAS” A LOS PROYECTOS

Recientemente, se anunció el llamado a licitación para pavimentar 10 kilómetros de la ruta D-595 entre El Puerto y Serón, lo que implica una inversión cercana a los 2 mil millones de pesos.

En la oportunidad, el seremi de Obras Públicas, Pablo Herman explicó sobre los trabajos y plazos del proyecto que éste “está en proceso de licitación y esperamos que se adjudique en agosto, para luego iniciar los trabajos que incluyen obras de saneamiento y drenaje del camino, construcción de badenes y doble tratamiento superficial”.

Este anuncio tiene ahora entusiasmado a los habitantes de la comuna, aunque aún se mantienen abiertas ciertas heridas al preguntarse el por qué de la demora de un proyecto tan importante como éste.

“Nos demoramos cuatro años en lograr que se pavimenten estos 10 kilómetros” señala al respecto, el alcalde de la comuna, Gary Valenzuela, quien lamenta y responsabiliza a la administración anterior de haber rechazado proyectos necesarios para la comuna, como es el mejoramiento de la ruta.

“Hubo una actitud bastante despectiva por decirlo menos, hacia nosotros, porque Río Hurtado es una comuna netamente rural, con una dispersión geográfica muy grande, y los recursos que se entregan son para el bienestar y desarrollo de nuestra gente” señala.

El edil explica que en la comuna, “se vive un drama permanente por carecer de una buena ruta, por los traslados que deben hacer nuestros alumnos, los pacientes y enfermos de la parte alta de la comuna, así como el traslado de nuestros adultos mayores. Esta ruta es la columna vertebral para la integración de nuestra comuna”.

Para la autoridad el motivo de estas “trabas” fueron claramente políticas. “No creo que haya sido por falta de recursos, porque cuando se gobierna, se administra para todo un país y para toda una región. Y aquí esos recursos van enfocados hacia la gente del mundo caprino, del mundo agrícola, de la salud, de la educación. Claramente, la demora de estos proyectos para Río Hurtado ha sido por un tema político” subraya.

Opinión que en su oportunidad, también coincidió Arnoldo López, presidente de la Unión Comunal de la Juntas de Vecino de Río Hurtado, quien espera que “a futuro, nuestra comuna surja, pues hemos sido muy postergados. Es triste que una comuna como la nuestra deba pagar por los fanatismos políticos.  Y estoy refriéndome a las autoridades pasadas, pues nos postergaron. Nosotros postulamos a muchos proyectos, pero no nos aprobaron ninguno.  Y el aislamiento que sufrimos es la consecuencia de estas peleas políticas” afirma.

De esta forma, de resultar satisfactorio el proceso de licitación y adjudicación del tramo El Puerto-Serón, las obras partirían el segundo semestre de 2018 con un plazo de construcción de 360 días.

Poco a poco, los caminos de la integración y de desarrollo para Río Hurtado se van abriendo. Aunque no sin dificultades.

 

 

 

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