El carrito de comida rápida “El Koala” estaba instalado hace 21 años a un costado de la plaza de armas de Combarbalá.
Por Luciano Alday Villalobos / Combarbalá
Durante la tarde del jueves ocurrió una tragedia en pleno centro de Combarbalá. Un incendio atacó el tradicional carrito de comida rápida “El Koala”, el cual contaba con 21 años de historia en el lugar.
Este emprendimiento familiar con la primera cuarentena declarada en la comuna tuvo que adaptarse a trabajar solo con la modalidad de delivery. De esta manera, a eso de las tres de la tarde del jueves el incendió inició tras un error humano en medio de la entrega de pedidos.
“Como estábamos tan apurados repartiendo los pedidos a mi hermano se le quedó la freidora prendida, salimos tan rápido que se nos olvidó apagar la cocina”, relató Patricia Vega, hija de la dueña del local.
El fuego creció y empezó poco a poco a consumir el “Food Truck”. Los vecinos del lugar al percatarse de la situación llamaron a bomberos, quienes rápidamente llegaron al lugar para extinguir las llamas.
Pese a la rápida intervención de los bomberos y vecinos muchos objetos de valor sucumbieron ante las llamas, “gracias a Dios la máquina de helados y otras cosas que estaban fuera del carrito no se alcanzaron a incendiar, pero lo que estaba dentro del carrito todo se perdió, horno industrial, freidora, refrigerador, caja registradora, hervidor, microonda, habrá que comprar todo nuevo de lo que estaba adentro”, señaló Patricia.
Además de la quema de los electrodomésticos y la estructura del carro, el fuego consumió el dinero en efectivo ganado durante el día además de los mismos ingredientes para la comida. “Mi mamá tiene 68 años, fue fuerte para ella ver todo su carrito quemado, este era su único trabajo. Las cosas materiales se recuperan, pero hay pena por los años de sacrificio que se convirtieron en llamas”, agregó la hija.
En este complicado momento la familia agradeció la labor de los bomberos, la colaboración de carabineros en recoger escombros, además de la ayuda prestada por los vecinos, especialmente la su colega del restaurant Crup Chup’s.
Mientras la familia repara el carrito trabajarán desde casa para mantenerse en pie en el rubro de la comida rápida. Patricia pide a la comunidad ayuda para volver a levantar el negocio, “sabemos que no es obligación ayudar, pero les pedimos humildemente que puedan ayudar a mi mamá en lo que se pueda, cooperación, materiales, por ejemplo si tienen un hervidor viejo que puedan donar, lo que sea se agradecería demasiado”, concluyó.
Años de esfuerzo
La historia de este carrito de comida comenzó hace 21 años con una familia de escasos recursos. Cinco hermanos que fueron criados solo por su madre.
En el año 2000 a los 17 años, uno de los hijos por la necesidad se trasladó a Santiago en busca de trabajo, con la promesa de hacerle un regalo a su madre. Con su primer sueldo le compró un carro, el cual es el mismo que se mantuvo por estos 21 años de historia.
Se instalaron a un costado de la plaza de armas, convirtiéndose así en uno de los primeros locales de comida rápida de Combarbalá. El negocio llevó por nombre “El Koala” por ser el apodo de uno de los miembros de la familia.
“En un principio partimos con lo básico, papitas fritas y sopaipillas, después empezamos con churrascos, chorillanas, mote con huesillo y todo, se empezaron a comprar mesas y sillas, se pavimentó a un lado, luego se implementaron las colaciones para llevar, luego se logró hacer una terraza, la cual en un principio la municipalidad se oponía, tuvimos muchos problemas para estar acá, luchamos harto por los permisos para establecer el carrito”, declaró Patricia Vega.
Hoy en día, esta familia no se rinde y espera pronto poner en pie nuevamente su querido emprendimiento.
