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Roberto Rivas Suárez
Celebrando 40 años de labores, la florería ubicada actualmente en el Mercado Municipal ha sabido sortear cada difícil prueba que le ha impuesto el destino. Ahora con el apoyo de una generación de relevo ha abierto el abanico de posibilidades para sus exigentes y permanentes clientes

Cuando José Huerta Viorklumsd decidió comenzar a vender como ambulante en Ovalle las flores que cultivaba en la zona de La Chimba, donde pasó su infancia, nunca imaginó que su perseverancia y constancia sería celebrada junto a su familia 40 años después.

Hoy, con un negocio establecido, el reconocimiento de la comunidad y una segunda generación que le ha puesto el hombro a lo que fuera una de las primeras florerías de Ovalle, Huerta se siente satisfecho y orgulloso con el logro que ha sembrado a través de los años.

La Florería Noruego comenzó a crecer poco a poco, ramo a ramo, con cada cliente satisfecho, con cada nueva propuesta, hasta brindar este jueves por el aniversario 40 del emprendimiento familiar.

“Estoy muy orgulloso, después de lograr estos cuarenta años de trabajo, con aciertos y desaciertos, pero contento por el esfuerzo de la familia quienes han crecido acá con el negocio. Estamos muy agradecidos con el público que ha preferido nuestros servicios”, explicó Huerta.

Destacó que una de las fórmulas para su crecimiento fue la capacitación y el deseo de superación, tomando incluso cursos a distancia de Administración, y hasta en la parte técnica y en diseño floral aprendieron de grandes maestros en la Escuela Iberoamericana de Artes Florales.

Como consejo a las nuevas generaciones de emprendedores, Huerta destacó que lo primero es saber enfocar el negocio a la necesidad que tiene el cliente. “Hay que saber solucionar la inquietud del cliente, de la mejor manera posible, de acuerdo a sus requerimientos, con honestidad sobre todo. La perseverancia y la capacitación son fundamentales”, destacó el emprendedor.

Generación de relevo

Ahora una segunda generación se ha hecho cargo del negocio. Se trata de José Huerta Gómez y su pareja Camila Barrera, quienes le han inyectado un poco más de modernismo al negocio utilizando las redes sociales y la capacitación a distancia para abrir nuevas posibilidades de oferta para los clientes.

“Durante la pandemia trabajamos muy fuerte, porque nuestra clientela quería entregar detalles a familiares y amigos a quienes no podía visitar, y nosotros repartíamos ramos, arreglos y detalles a domicilio con todos los resguardos”, explica un emocionado José Huerta hijo, quien agregó que la inclusión de redes sociales y la capacitación digital le han dado un nuevo aire al negocio.

“Nos hemos ido expandiendo con muchos formatos nuevos, no solo en eventos y fechas importantes, sino con detalles que ahora ofrecemos como las cestas y arreglos con vinos. Hacemos un trabajo bastante personalizado y muy cercano al cliente. Y eso la gente lo valora”, destacó Huerta Gómez.

 

 

 

 

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