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Roberto Rivas Suárez
Cortinas abajo, candados cerrados y ventas en cero complican a los pequeños comerciantes de calle Benavente, quienes sin anotar ganancias desde hace un mes, deben seguir pagando arriendos y diversos compromisos. Apelan a la conciencia de los dueños de locales y esperan el fin del confinamiento para abrir sus puertas

Es conocido que calle Benavente en condiciones normales es una de las arterias más transitadas y comerciales de Ovalle. Actualmente es una galería de candados y cortinas cerradas, ya que la mayoría no pertenecen al rubro de los insumos esenciales, necesarios para abrir en la Fase 1.

Amelia Rojas es la propietaria de la Juguetería Armando, ubicada en la que fuera la populosa calle. Ella, como decena de comerciantes de la zona, no ha podido atender a la clientela desde que iniciara la cuarentena en la comuna hace poco más de un mes.

“Nosotros obviamente mantenemos el local cerrado desde que comenzó la cuarentena, así que estamos como bien complicados porque uno igual tiene que pagar el arriendo, los gastos comunes y otros compromisos sin poder trabajar”, lamentó la propietaria.

Con respecto al arriendo indicó que está consciente de que los dueños no tienen la culpa, y que ellos saben los encargados de los negocios no han podido trabajar, porque son circunstancias ajenas a las decisiones locales.

“Esperamos que puedan tener un poco de conciencia y que piensen que no hemos trabajado en más de un mes, porque a principios del próximo mes  ya nos toca pagar un arriendo y ni siquiera hemos podido abrir el negocio”.

Con respecto a los proveedores indicó que han estado completamente desconectados, ya que no han podido solicitar ni recibir más mercancía, y que mientras no se levante la cuarentena ese otro eslabón en la cadena también se seguirá viendo afectado.

“Estamos bien angustiados por la situación y ojalá se pueda levantar más temprano que tarde esa cuarentena”, pidió Rojas.

Comentó que al no manejarse mucho en redes sociales, no ha podido migrar al comercio electrónico, como lo han podido otras tiendas, prefiriendo esperar al retorno de las labores presenciales.

Tijeras en descanso

Por su parte, Sandra Guerra, dueña de Peluquería Guerra, ha tenido que colgar las tijeras desde hace un mes.

“Nos ha afectado demasiado el cierre obligado de la cuarentena, porque no podemos trabajar y hay que seguir pagando arriendo, aunque intentaremos hablar con el dueño del negocio a ver que va a pasar”, indicó la peluquera ubicada en la Galería Benavente.

Señaló que en su negocio, había otra persona que trabajaba con ella, pero que en estos momentos también está en su casa en Monte Patria sin poder generar ingresos.

“En la galería nos hemos comunicado entre los comerciantes y coincidimos que no hemos podido generar la plata que antes generábamos, porque antes de que se decretara la cuarentena, a nosotros nos estaba yendo súper bien, pero ahora no hemos podido trabajar. Y todos estamos en las mismas”, refirió.

Indicó que en lo personal ha podido hacer algunos servicios a domicilio, aunque nunca la cantidad que hacía en el local.

Nos ayudamos

En tanto la propietaria del Bazar Julieta, Yasna Mercado, también ubicado en la galería Benavente, destacó que lo más difícil es no poder proyectarse económicamente con gastos e inversiones.

“Estamos totalmente paralizados, porque no podemos trabajar y no podemos generar ningún tipo de ingreso. Nosotros que somos comerciantes, sabemos que debemos proyectarnos a futuro y uno hace una inversión que por el momento está congelada. En estos momentos estamos generando absolutamente ‘cero’, y sabiendo que tenemos que generar para pagar a menos los arriendos”.

Refirió que al tener las llaves de la galería, le ha tocado en algún momento tener que abrir para que otro comerciante, entre los 20 o 30 que hay en la línea, pueda sacar algo de mercancía que habría comprometido por internet.

“Tenemos que entender que este es un problema que nos afecta a todos, así que nos debemos ayudar entre todos. Yo podría abrir porque tengo una Caja Vecina, pero sería un riesgo y un compromiso abrir una sola tienda, cuando hay otras 30 cerradas”, indicó.

 

 

 

 

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