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Jueves, Octubre 2, 2025

Patricia Alfaro cierra un ciclo en la Unión Comunal de Juntas de Vecinos

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Tras casi dos décadas al mando de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos y tres décadas dirigiendo El Mirador II, deja la presidencia comunal con la satisfacción de haber concretado proyectos emblemáticos, aunque continuará como presidenta de su barrio y activa en la vida comunitaria.

Con 17 años de trayectoria dirigencial, Patricia Alfaro decidió cerrar un ciclo. Conocida por su carácter firme y su compromiso comunitario, la conocida presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Ovalle dejó su cargo aunque seguirá al frente de la Junta de Vecinos del sector Mirador II, parte alta de la ciudad.

La vida de Patricia siempre ha estado ligada a la vida comunitaria de Ovalle, comenzando su carrera de dirigente cuando asumió la presidencia de un centro de damas en Villa La Paz. Tiempo después, alrededor de 30 años en el pasado, luego de mudarse fue electa como presidenta de su nueva población, El Mirador II. Más tarde se integró a la Unión Comunal como secretaria y en 2008 fue elegida presidenta, cargo que mantuvo hasta este año.

“Una dirigente no se hace, nace. Siempre me gustó la parte social y este trabajo nunca ha sido por interés personal, porque aquí no se gana nada. Muchas veces hasta sacamos de nuestro bolsillo para hacer trámites o viajes, pero lo hacemos por la comunidad”, recordó. Su primer desafío fue aprender sobre la marcha. “Cuando empecé tenía solo las ganas. De a poco fui aprendiendo, tocando puertas en la gobernación, en la municipalidad, en las empresas de servicios, de a poco fui recopilando contactos para poder dar respuesta a los vecinos”, relató.

UN LEGADO CONSTRUIDO CON ESFUERZO

Con el tiempo, Alfaro se convirtió en la voz de cientos de juntas de vecinos de la comuna. Su liderazgo fue clave para concretar uno de los hitos más relevantes del movimiento vecinal: la sede social de la Unión Comunal, una inversión de 235 millones de pesos que entregó a los dirigentes un espacio propio y bien equipado.

“Mi gran orgullo es haber conseguido la sede social. Fue fruto de años de esfuerzo, sacrificio y perseverancia, pero lo logramos. La sede es de todos los dirigentes, porque cada uno aportó ideas y apoyo. No fue fácil, porque siempre hay quienes critican sin aportar, pero me siento orgullosísima de haber dejado una sede construida e implementada”, sostuvo.

El proyecto, inaugurado hace pocos años, marcó un antes y un después para las organizaciones territoriales, que por décadas habían debido reunirse en lugares prestados. Para Alfaro, la concreción de esa obra significó cumplir una promesa personal: “Siempre dije que cuando logre la sede social me retiro. Y es lo que estoy haciendo”, señaló.

SOLIDARIDAD EN TIEMPOS DIFÍCILES

La gestión de Alfaro también se caracterizó por la solidaridad. Durante la pandemia de COVID-19 encabezó ollas comunes y coordinó ayuda para familias afectadas por la crisis económica. Asimismo, organizó campañas en emergencias nacionales, como los incendios forestales del sur, donde llevaron alimentos y utensilios a comunidades golpeadas por la catástrofe.

“Con la Unión Comunal vivimos momentos muy especiales, como cuando viajamos al sur tras los incendios. Juntamos mercadería, losas, y al llegar pudimos abrazar a la gente y decirles que no estaban solos. Eso marcó mucho mi vida”, relata con emoción.

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