Un hombre quedó detenido por receptación y se identificó a un segundo sujeto de interés, mientras comerciantes denuncian abandono, impunidad y una escalada delictiva en calle Benavente y alrededores.
La delincuencia vuelve a golpear el corazón comercial de Ovalle, esta vez con una crudeza que genera alarma entre los locatarios del centro. Un comerciante de vestuario y calzado fue víctima de un robo devastador durante el fin de semana previo al 16 de noviembre, cuando delincuentes vaciaron por completo su bodega, llevándose mercadería avaluada en más de $20 millones, según indicó el propietario.
Pero lo más impactante es el nivel de tranquilidad y tiempo con el que actuaron. Las imágenes de cámaras y el análisis posterior revelaron que los antisociales hicieron nueve viajes en vehículo para cargar la mercadería, sin que nadie los interrumpiera ni sospechara del movimiento. “Nos dejaron la bodega totalmente vacía. El vehículo hizo nueve viajes. ¡Nueve! Y todo esto durante el fin de semana de elecciones”, relató el comerciante, quien pidió mantener su identidad en reserva.
Los antisociales forzaron puertas, rompieron chapas y destruyeron accesos para abrirse paso a la bodega adaptada dentro de una vivienda. “Estamos jodidos. Mucha de esa mercadería está comprada a crédito y si no seguimos trabajando no tenemos cómo pagar. Esa es la realidad del comerciante hoy en día”, añadió con evidente frustración.
UN DETENIDO Y MERCADERÍA RECUPERADA
Tras la denuncia, Carabineros desplegó un operativo de análisis criminal y monitoreo de cámaras municipales y privadas. La línea investigativa condujo el pasado lunes 24 a un domicilio en calle Antofagasta.
Ahí, la SIP detuvo a un hombre de 46 años por receptación. “Con antecedentes sólidos, el día 24 de noviembre se concretó la entrada y registro del inmueble, logrando la detención de P.R.B.S., chileno y con antecedentes previos”, detalló el mayor Erwin Orellana Fierro, comisario de la Tercera Comisaría de Ovalle.Además, en el lugar, el equipo SIP recuperó gran parte de las especies sustraídas, las que se encontraron acopiadas en cajas rotuladas de la tienda afectada. El imputado fue puesto a disposición de la justicia por el delito de receptación.
Desde la fiscalía confirmaron que el detenido fue puesto a disposición del tribunal, donde pasó a control de detención y fue formalizado por el delito de receptación, quedando sujeto a un plazo de 30 días de investigación.
UN SEGUNDO INMUEBLE INTERVENIDO
Pero la labor no terminó ahí. Apenas 24 horas después, un segundo inmueble en calle Fray Jorge fue intervenido. En su interior se encontró el resto de la mercadería robada, avaluada en otros $5 millones, junto con 2,4 kilos de marihuana elaborada lista para su dosificación.
“En este segundo operativo, Carabineros no solo logró recuperar el saldo restante de la mercadería robada, avaluada en otros 5 millones de pesos aproximadamente, sino que también descubrió que el lugar era utilizado para otros ilícitos”, añadió Orellana. “En el interior se incautó marihuana lista elaborada para su dosificación y se encontró documentación de un segundo sujeto de interés, quien ya está plenamente identificado y es intensamente buscado por su presunta vinculación a esta banda delictual”, agregó.
Al respecto, el capitán Marcelo González Ribot explicó que “el operativo permitió la recuperación casi total de las especies (…). Con esto devolvemos las especies a sus dueños y reafirmamos nuestro compromiso de no dar tregua a la delincuencia y recuperar los espacios de tranquilidad a nuestros comerciantes”.
INSEGURIDAD CRECIENTE EN CALLE BENAVENTE
Cabe recordar que el sector Benavente–Mercado–Feria ha registrado robos frecuentes, altercados en la vía pública y presencia de bandas delictuales, según relatan los locatarios. La situación los mantiene en constante alerta y obliga a invertir en medidas de seguridad para sobrevivir.
“Lo que más nos preocupa hoy es que no nos vuelvan a robar. Ellos se levantan todos los días pensando a quién van a robar”, advirtió el comerciante.
El caso deja al descubierto una sensación compartida entre quienes trabajan en el centro: la delincuencia opera con una impunidad que erosiona la vida cotidiana del comercio establecido. Aunque la totalidad del botín fue recuperada y las diligencias continúan, los locatarios advierten que cada nuevo robo confirma una realidad que se ha vuelto insoportable: el esfuerzo de años puede desaparecer en una sola noche, y la incertidumbre ya forma parte de su rutina diaria.
