El levantamiento de las campañas sanitarias en Vado Hondo y Torca abre una ventana de alivio para el campo de Monte Patria. Sin embargo, los pequeños agricultores relatan un año marcado por la fruta perdida, dificultades para vender y escaso acceso a seguros o a ayudas, en plena antesala de nuevas cosechas.
El anuncio del cierre de dos campañas de erradicación por mosca de la fruta en Vado Hondo y Torca fue recibido con alivio en la comuna de Monte Patria, pero también con cautela. Tras meses de restricciones sanitarias, los agricultores reconocen el avance, aunque advierten que el impacto económico del último año sigue pesando con fuerza justo cuando comienza una nueva temporada de cosechas.
Actualmente, se mantienen 13 campañas activas en la región: siete en Monte Patria, tres en Ovalle, dos en Río Hurtado y una campaña activa en La Serena. El levantamiento de estas dos campañas permite flexibilizar el movimiento y la comercialización de fruta, manteniendo la vigilancia para evitar rebrotes. En el territorio, sin embargo, el cierre no borra los efectos de un periodo que dejó cuentas pendientes.
LA AGRICULTURA FAMILIAR PAGA EL MAYOR COSTO
Juana Oro, agricultora de damascos y brevas del sector de Carén, localidad contigua a Vado Hondo, habla desde la impotencia, pues durante el año perdió todos los ingresos por sus cosechas y asegura que no recibió apoyo ni información oportuna. “La gente vive de su cosecha. Muchos perdieron todo y nadie respondió”, señaló. Para ella, el problema no fue solo la mosca de la fruta, sino la falta de empatía hacia la agricultura familiar, donde huertos de media hectárea quedan fuera de seguros y apoyos por no cumplir volúmenes mínimos.
La agricultora reconoce que el cierre de campañas es una buena noticia y una señal de avance, pero cuestiona que las restricciones no se hayan aplicado con mayor criterio territorial. “Si en un perímetro no hay contagio, ¿por qué no se puede sacar la fruta? Al final uno gasta más en trámites y traslados que lo que alcanza a ganar”, afirmó, advirtiendo además que la próxima cosecha de higos vuelve a generar preocupación por los procesos y controles asociados.
“SE PERDIÓ MUCHA MERCADERÍA”
Para Fidel Salinas, presidente del Sindicato de Pequeños Agricultores de El Palqui, el cierre de campañas se vive como “un respiro momentáneo”. Si bien valora el avance, advierte que los cambios bruscos de clima y el aumento de la movilidad durante el verano mantienen el riesgo de que la plaga reaparezca.
Salinas explicó que, durante los meses de restricciones, lo más difícil fue vender a tiempo. “Lo que más nos costó fue la venta de los productos. Acá el clima es muy fuerte y frutas como el melón o el durazno, si no se venden a tiempo, se pasan”, señaló. “Se perdió mucha mercadería”, sostiene, agregando que a ese escenario se suma la escasez hídrica y los turnos de riego, factores que obligan a enfrentar la nueva temporada “con poco margen” y con la sensación de estar “raspando la olla” para cerrar el año.
EL COSTO DE LAS RESTRICCIONES
El impacto de las cuarentenas sanitarias se refleja con fuerza en el testimonio de Ricardo Villanueva, presidente de la agrupación de pequeños agricultores de Tulahuén, quien también valora el cierre de las dos campañas. “Es un alivio poder comercializar nuestros productos dentro del pueblo”, expresó. El dirigente relató que perdió cerca de 5 mil kilos de mandarinas, luego de recibir autorización para vender cuando la fruta ya estaba pasada. “Esa plata era para comprar insumos y pagar mano de obra. Hoy no cuento con ese respaldo para esta temporada”, afirmó.
Villanueva apunta además a la burocracia asociada a las guías de procedencia y a la falta de diálogo con la autoridad durante la implementación de las campañas. “No nos consideraron y no nos pidieron opinión. Se sintió como una invasión. Al final muchos lo vieron como un enemigo, no como un aliado, cuando estábamos en la misma campaña: eliminar la mosca”, señaló, advirtiendo que esa falta de comunicación generó resistencia y desconfianza en el territorio.
LA ALERTA SIGUE VIGENTE
Pese al cierre de campañas en Vado Hondo y Torca, desde el mundo agrícola advierten que la amenaza de la mosca de la fruta no ha desaparecido por completo.
“Siempre existe el temor de que la mosca vuelva a aparecer, sobre todo por el mal manejo y por la llegada de gente de otros sectores. En verano eso se siente mucho más”, agregó Fidel Salinas.
En ese contexto, el dirigente subraya que el control sanitario debe ir acompañado de un trabajo permanente de prevención e información. “La prevención no puede perderse. Hay que seguir informando en las escuelas, en las comunidades, en las radios y trabajar con las organizaciones del territorio. No puede ser que desaparezca el problema y después aparezca de nuevo”, advirtió.
Pese al cierre de campañas, los agricultores advierten que el riesgo de nuevos focos sigue presente, especialmente en verano, por lo que llaman a no bajar la guardia y a reforzar la prevención y la información para evitar que se repitan las pérdidas del último año.
