Dirigentes vecinales advierten que la falta de iluminación pública afecta la seguridad y ha cambiado las rutinas nocturnas en la ciudad. Desde el municipio reconocen brechas en la mantención del sistema, atribuidas al crecimiento urbano de los últimos años y anuncian refuerzos operativos para mejorar la respuesta.
Salir a caminar al atardecer, hacer deporte o simplemente transitar por la ciudad después de las seis de la tarde se ha vuelto una experiencia lejana para muchos vecinos de Ovalle. Dirigentes de juntas de vecinos coinciden en que la falta de luminarias operativas no es un problema aislado, sino una situación extendida que afecta barrios residenciales, poblaciones y espacios de uso comunitario.
Un diagnóstico que se repite
Desde la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, su presidenta Margarita Jimenes sostiene que el tema ha sido planteado reiteradamente ante el municipio. “Es un problema generalizado en Ovalle. Prácticamente todas las juntas de vecinos han expuesto dificultades con la iluminación en sus barrios”, señaló. La dirigente agregó que, si bien el municipio habría incorporado equipamiento para reposición, la capacidad resulta insuficiente frente a la magnitud del déficit. Entre los puntos críticos mencionó la avenida Manuel Peñafiel: “Hay avenidas completas, como Manuel Peñafiel, que están prácticamente a oscuras”, indicó.
AVANCES, PERO CON ZONAS VULNERABLES
En el casco céntrico, el diagnóstico es más matizado. Rossana Barrera, presidenta de la junta de vecinos del centro, reconoce mejoras recientes con el recambio de luminarias y cambios en la intensidad lumínica. Sin embargo, advierte que persisten sectores problemáticos, especialmente en calles que conectan las avenidas principales y áreas comerciales fuera del horario de funcionamiento. “Cuando los locales cierran, el centro queda muy oscuro. Calles como Coquimbo y Arauco quedan muy oscuras. A las seis o siete de la tarde ya se siente desierto y eso genera inseguridad”, explicó, señalando que muchas personas han dejado de transitar o realizar actividades recreativas en horario vespertino. “Eso de salir en las tardes a la plaza o al paseo peatonal, ya se perdió, hoy ya no hay vecinos que salgan a pasear con tranquilidad”, agregó Barrera.
RECLAMOS PERSISTENTES
La situación se vuelve más compleja en sectores de alta densidad residencial. Marcela Milla, presidenta de la junta de vecinos El Portal, en la parte baja de la ciudad, describe un escenario de reclamos reiterados y respuestas tardías. “El tema de la iluminación es complejo y se arrastra hace mucho tiempo”, señaló. “Las cuatro primeras etapas del Portal son las más antiguas y las que tienen más problemas. A eso se suman avenidas como Clemente Fonterra, Mirador Poniente y Laura Pizarro, que son puntos muy importantes y están con luminarias en mal estado”, explicó.
A su juicio, la escasa iluminación incide directamente en la seguridad: “Esto es un llamado al delincuente a robar con tranquilidad, porque hay zonas oscuras donde ni siquiera las cámaras sirven”, expresó.
PREOCUPACIÓN POR SEGURIDAD
En la parte alta de Ovalle, los problemas de iluminación también comienzan a generar inquietud entre los vecinos. Patricia Alfaro, presidenta de la junta de vecinos El Mirador, señaló que en su sector se han registrado fallas intermitentes en el alumbrado público, con postes que “prenden y apagan” y otros que permanecen apagados, especialmente en calles como Omar Elorza y Crepúsculo.
Según explicó, “esto afecta a las familias y genera inseguridad”, indicó, agregando que los vecinos han manifestado su preocupación por la delincuencia y el consumo de drogas, lo que ha limitado el uso de plazas y espacios públicos en horario de la tarde y nocturno. A su juicio, la solución debe considerar a toda la ciudad por igual. “Todos los sectores son importantes, no se debería priorizar sectores antes que otros”, enfatizó.
MUNICIPIO ANUNCIA REFUERZO OPERATIVO
Desde la Municipalidad de Ovalle reconocieron que la mantención del alumbrado público es hoy uno de los principales desafíos para la comuna, en un contexto marcado por el crecimiento urbano de los últimos años. Según indicaron, “el campo lumínico ha experimentado un crecimiento significativo desde el año 2016, lo que ha incrementado de manera importante las exigencias operativas del sistema”, señaló.
La casa consistorial explicó además que, al asumir la actual administración, existía un retraso cercano a seis meses en la mantención de luminarias, lo que obligó a priorizar la normalización del servicio. Actualmente, detallaron, el municipio opera con un sistema propio de mantención, con una cuadrilla y un camión que trabajan tanto de día como de noche, realizando labores preventivas, correctivas y reparaciones de circuitos apagados en las noches.
En esa línea, informaron que se está gestionando la adquisición de un segundo camión de alumbrado, además del arriendo de un móvil adicional como medida transitoria, con el objetivo de fortalecer la capacidad de respuesta frente a las fallas detectadas en distintos sectores de la ciudad.
Mientras vecinos de distintos sectores de Ovalle coinciden en el impacto que genera la falta de iluminación, dirigentes vecinales esperan que los anuncios municipales se traduzcan en soluciones concretas.
