Socios del Club Andino del Limarí y vecinos realizaron una extensa jornada de limpieza para recuperar uno de los principales miradores naturales de Ovalle, hoy afectado por acumulación de residuos peligrosos.
En el marco de la celebración del “Día de los Cerros”, el pasado domingo 19 de octubre socios del Club Andino del Limarí, junto a voluntarios de la comunidad, llevaron a cabo un operativo de limpieza en el mirador Cerro La Antena, logrando retirar más de una tonelada de basura, principalmente botellas de vidrio, latas y desechos domiciliarios.
La jornada comenzó a las 8:30 de la mañana, con un punto de encuentro fijado en el Museo del Limarí. Desde allí, los participantes subieron en equipos al cerro, donde instalaron un pequeño stand de hidratación para recibir a quienes se sumaran. “Éramos poquitos, pero muy motivados. Queríamos que fuese una instancia abierta y acogedora para toda la comunidad”, relató Carola Miranda, integrante de la rama de montañismo del Club Andino.
Sin embargo, lo que encontraron apenas iniciada la ruta superó cualquier diagnóstico previo. “Días antes había subido a revisar y ya se veía basura desde la base, pero hay zonas hacia las antenas donde literalmente el camino está alfombrado de botellas de vidrio rotas”, describió Miranda. “Tuvimos que trabajar con guantes reforzados y carretillas para evitar accidentes con vidrios”.
Según explicaron desde la organización, la acumulación no corresponde solo a visitantes ocasionales: se identificaron sectores que evidencian un uso recurrente para consumo de alcohol y reuniones nocturnas. Fogatas, botellas explotadas, restos de comida y latas oxidadas se suman a desechos domésticos. Incluso se encontraron restos de artefactos electrónicos y colchones abandonados.
“No es solo limpiar, es cambiar hábitos”
“Nuestro objetivo no era solo limpiar, sino despertar conciencia. No podemos seguir normalizando que la gente suba a disfrutar del paisaje y deje su basura como si el cerro fuera un vertedero informal”, enfatizó Miranda.
“Hacemos un llamado urgente a no solo usar estos lugares para realizar deporte y recreación sino recordarle a la población que es muy importante cuidar la naturaleza y protegerla. Concienciar que todos los desechos se devuelven a los lugares que corresponden y no dejarlos tirados en estos espacios”, expresó Cintia Ardiles, gestora de la iniciativa y miembro de la rama de senderismo del club.
La logística del retiro fue extensa: un equipo subió a pie recolectando residuos en sacos, mientras otro, en coordinación con el Departamento de Aseo y Ornato del Municipio de Ovalle apoyó el descenso con vehículos para trasladar los desechos hacia puntos de disposición y reciclaje. Solo en vidrio, se superaron rápidamente los primeros 500 kilos antes del mediodía.
El cerro también está vivo
A pesar del escenario, hubo un hallazgo que los voluntarios describen como “dolorosamente esperanzador”. “Entre tanta basura logramos ver pequeños zorzales, lagartijas y roedores nativos. La vida sigue luchando ahí. Ese cerro aún está vivo y eso es lo que nos mueve”, comentó Miranda.
Uno de los voluntarios, Gabriel Luco, expresó su impacto al participar por primera vez en una intervención de este tipo. “Fue genial esta iniciativa de limpieza por parte del Club Andino del Limarí, para que tomemos conciencia del cuidado de nuestro medio ambiente, respetar la naturaleza y minimizar el impacto del ser humano en estos bellos lugares tan cercanos, pero para muchos aún desconocidos”, comentó.
Al cierre, los organizadores fueron claros: este operativo no será el último. “Esta iniciativa no se detendrá aquí, sino que se irá repitiendo en el tiempo para garantizar que estos espacios públicos naturales se mantengan con desperdicio cero”, expresó Ardiles. “Ojalá llegue el día en que subamos solo a contemplar y no a recolectar”, agregó.
Próximas acciones
El Club Andino anunció que ya está coordinando una segunda jornada, pero esta vez incorporando a colegios y organizaciones ambientales juveniles. Paralelamente, hacen un llamado urgente a las autoridades a evaluar medidas preventivas, como fiscalización en horarios críticos y planes permanentes de conservación.
“No pedimos que la gente deje de subir. Lo contrario: queremos que suban más, que se enamoren del cerro. Pero que entiendan que cuidar el cerro es cuidar la vida. La naturaleza agradece cada gesto de responsabilidad y cada bolsa con basura retirada es un paso más hacia una ciudad más limpia y sostenible”, concluyó Miranda.
