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Sábado, Diciembre 27, 2025

Crítico nivel de embalses proyectan un complejo 2026 en materia hídrica

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Las lluvias que se registraron este año, pese a que dieron un respiro a los sistemas de riego, no fueron suficientes para atenuar el déficit que existe desde hace más de una década. Aunque el agua para el consumo humano está garantizada, de mantenerse el actual escenario rubros como la agricultura podrían verse perjudicados.

Pese a que el año 2025 fue positivo en materia de precipitaciones y caída de nieve, lo que alimentó el optimismo de las organizaciones de regantes, dichos eventos no han sido suficientes para poder revertir el escenario hídrico que ha sido catalogado como “complejo”.

En ese sentido, Pablo Álvarez, director del Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modelación de Recursos Agrícolas y Ambientales (PROMMRA) de la Universidad de La Serena, explicó que “en la región hay una capacidad total cercana a los 1.350 millones de metros cúbicos, y de eso hoy día estamos en torno a un 19% de llenado”.

De ese total, en la cuenca del Elqui, entre Puclaro y La Laguna, hay alrededor de 55 millones de metros cúbicos de agua almacenados. En el caso de Puclaro, eso representa cerca de un 18% de su capacidad, y en el caso de La Laguna, alrededor de un 40%.
En la cuenca del Limarí, considerando Recoleta (18 millones de metros cúbicos), La Paloma (70 de metros cúbicos) y Cogotí (35 de metros cúbicos), se obtienen aproximadamente 125 millones de metros cúbicos almacenados. Esto equivale a cerca de un 15% de la capacidad total de la cuenca, que es de aproximadamente 1.000 millones de metros cúbicos.

Mejor panorama se observa en el Choapa, donde el embalse Corrales, que es el más grande de la provincia, tiene acumulados alrededor de 45 millones de metros cúbicos de una capacidad de 50. Culimo tiene cerca de 5 millones de una capacidad de 10, y El Bato alrededor de 23 millones, de una capacidad de 25 millones.

“Eso significa que El Bato y Corrales están en torno al 90% de su capacidad, mientras que Culimo está cerca del 50%. Son embalses más chicos, pero en conjunto suman cerca de 75 millones de metros cúbicos almacenados”, sostuvo Álvarez.

En terminos generales pues, la suma de metros cúbicos almacenados en toda la región bordea los 250 millones de metros cúbicos.
“En términos globales, considerando que el potencial es de 1.350 millones y que estamos en torno al 19% de llenado, nuestra condición es compleja, sobre todo pensando que estamos en diciembre y que todavía nos quedan enero, febrero y marzo, que son los meses de mayor demanda hídrica”, advirtió.

Según el experto, “lo más probable es que una parte importante de esta reserva se consuma durante el verano, por lo que vamos a enfrentar el próximo invierno en una condición más baja”.

En ese sentido, indicó que en el caso del Choapa, “lo más probable es que los embalses se mantengan en niveles cercanos al 50% de su capacidad, con una situación relativamente estable. En el Limarí, probablemente va a haber un consumo importante desde La Paloma, pero con niveles suficientes para garantizar el abastecimiento humano. En el Elqui también va a haber un consumo relevante, pero existe una reserva entre ambos embalses que permite suplir la demanda de consumo humano durante esta temporada y buena parte de la siguiente”.

INCERTIDUMBRE SOBRE POSIBLES LLUVIAS

No obstante, Álvarez hizo hincapié en que “el principal problema lo van a tener las otras actividades, especialmente la agricultura. El consumo humano, de alguna manera, tiene un nivel de garantía, porque existen decretos de escasez hídrica y, asociados a ellos, hay acuerdos de redistribución del recurso que establecen la prelación del consumo humano por sobre los demás usos”.

De todas maneras, Álvarez prefirió no realizar proyecciones respecto a probables eventos de lluvia para el próximo año.

“Es muy preliminar. Si uno se basa en los datos históricos y piensa en un escenario para el próximo invierno, hoy día las proyecciones del fenómeno de El Niño y La Niña apuntan a una condición de neutralidad durante todo el invierno. Eso es lo que tenemos hoy, aunque puede cambiar. Pero dada la condición de neutralidad asociado al fenómeno de El Niño y La Niña, lo más probable es que los valores estén en torno al promedio, que tampoco resuelve nuestro problema en el fondo”, recalcó.

De acuerdo al especialista, e independiente de que en 2026 se registren precipitaciones, “igual se va a generar déficit, porque tenemos una deuda acumulada muy grande después de muchos años secos. La recarga de los acuíferos, la recuperación de la vegetación ribereña y los sistemas naturales van a demandar agua, y eso hace que, incluso con un año promedio, sigamos estando en un escenario deficitario”.

DESALADORA

En cuanto al aporte que podría entregar el proyecto de desaladora para la zona, sostuvo que “si el proyecto de construcción se concreta hacia 2030, va a tener un rol muy importante, principalmente en el abastecimiento de consumo humano, especialmente en la cuenca del Elqui. Aunque el proyecto pueda ser multipropósito, dadas las condiciones actuales y la prelación del consumo humano, lo más probable es que el uso principal de esa agua esté orientado a asegurar ese abastecimiento”.

Y es que, puntualiza, “si la situación se mantiene como está hoy, sin empeorar ni mejorar, solamente manteniéndose, la desaladora va a ser clave para garantizar el suministro de agua para las personas en el Elqui”.

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