Autoridades afirmaron que el principal riesgo para la salud pública radica en su mayor capacidad de transmisión y en el impacto potencial sobre los grupos de riesgo, particularmente si las coberturas de vacunación no son óptimas.
El Ministerio de Salud, a través del Instituto de Salud Pública (ISP), informó la detección en el país del subclado K de influenza A(H3N2), una variante genética del virus que ya circula ampliamente a nivel internacional desde agosto de 2025. El hallazgo se produce en un contexto epidemiológico favorable, marcado por un descenso sostenido de la actividad de influenza en Chile y sin evidencia, hasta ahora, de un aumento en la gravedad clínica de los casos.
La identificación del subclado K fue posible gracias al fortalecimiento de la vigilancia genómica impulsada por el Ministerio de Salud. En ese marco, el ISP intensificó durante las últimas semanas el análisis de secuenciación de muestras de influenza A(H3N2), lo que permitió confirmar su presencia en el territorio nacional. Desde la autoridad sanitaria no descartaron que en los próximos días se detecten nuevas muestras positivas, a medida que se completen los análisis pendientes.
Pese a esta confirmación, el escenario actual no genera alarma. Según los datos de la vigilancia de virus respiratorios del ISP, la circulación de influenza viene disminuyendo de manera sostenida desde hace varias semanas. En la misma línea, los indicadores de vigilancia sindrómica muestran una baja, tanto en los casos de Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG) como de Enfermedad Tipo Influenza (ETI), sin un impacto relevante en hospitalizaciones.
VIRUS CONOCIDO
El seremi de Salud de Coquimbo, Dr. Darío Vásquez Guzmán, explicó que la detección del subclado K no corresponde a la aparición de un virus nuevo. “El virus Influenza A(H3N2) circula en humanos desde hace décadas. La situación actual se debe a un proceso de evolución gradual del virus, que da origen a variantes genéticas específicas como este subclado K, el cual presenta mutaciones en la proteína hemaglutinina”, señaló a El Día.
De acuerdo con Vásquez, estas mutaciones han favorecido una rápida expansión del subclado en el Hemisferio Norte y en la región del Pacífico Occidental durante los últimos meses. Sin embargo, subrayó que la evidencia internacional disponible no ha demostrado un aumento significativo en la gravedad clínica, en términos de hospitalizaciones o letalidad, respecto de otras variantes del H3N2.
No obstante, el seremi advirtió que históricamente las temporadas dominadas por influenza A(H3N2) suelen asociarse a una mayor carga de enfermedad, especialmente en personas de 65 años y más y en quienes presentan comorbilidades. “El principal riesgo para la salud pública radica en su mayor capacidad de transmisión y en el impacto potencial sobre los grupos de riesgo, particularmente si las coberturas de vacunación no son óptimas”, enfatizó.
Respecto a la forma de contagio, Vásquez recordó que el mecanismo de transmisión es similar al de otros virus respiratorios estacionales, propagándose principalmente a través de gotitas respiratorias al toser, estornudar o hablar, además del contacto con superficies contaminadas. Por ello, insistió en la importancia de mantener medidas de prevención como la higiene frecuente de manos, la etiqueta respiratoria, el aislamiento voluntario ante síntomas respiratorios con fiebre y el uso de mascarilla en espacios cerrados o concurridos cuando se presentan síntomas.
A ello se suma la vacunación, que continúa siendo la herramienta más efectiva para prevenir cuadros graves y hospitalizaciones. En ese sentido, el seremi recordó que la campaña de vacunación contra influenza 2025 se mantiene vigente y que, desde el 1 de julio, está disponible para toda la población, con especial énfasis en los grupos de mayor riesgo: adultos de 60 años y más, personas con enfermedades crónicas, niños y niñas de 6 meses a 10 años, gestantes y trabajadores de la salud.
VIRUS CONOCIDO
El seremi de Salud de Coquimbo, Dr. Darío Vásquez Guzmán, explicó que la detección del subclado K no corresponde a la aparición de un virus nuevo. “El virus Influenza A(H3N2) circula en humanos desde hace décadas. La situación actual se debe a un proceso de evolución gradual del virus, que da origen a variantes genéticas específicas como este subclado K, el cual presenta mutacione
s en la proteína hemaglutinina”, señaló a El Día.
De acuerdo con Vásquez, estas mutaciones han favorecido una rápida expansión del subclado en el Hemisferio Norte y en la región del Pacífico Occidental durante los últimos meses. Sin embargo, subrayó que la evidencia internacional disponible no ha demostrado un aumento significativo en la gravedad clínica, en términos de hospitalizaciones o letalidad, respecto de otras variantes del H3N2.
No obstante, el seremi advirtió que históricamente las temporadas dominadas por influenza A(H3N2) suelen asociarse a una mayor carga de enfermedad, especialmente en personas de 65 años y más y en quienes presentan comorbilidades. “El principal riesgo para la salud pública radica en su mayor capacidad de transmisión y en el impacto potencial sobre los grupos de riesgo, particularmente si las coberturas de vacunación no son óptimas”, enfatizó.
Respecto a la forma de contagio, Vásquez recordó que el mecanismo de transmisión es similar al de otros virus respiratorios estacionales, propagándose principalmente a través de gotitas respiratorias al toser, estornudar o hablar, además del contacto con superficies contaminadas. Por ello, insistió en la importancia de mantener medidas de prevención como la higiene frecuente de manos, la etiqueta respiratoria, el aislamiento voluntario ante síntomas respiratorios con fiebre y el uso de mascarilla en espacios cerrados o concurridos cuando se presentan síntomas.
A ello se suma la vacunación, que continúa siendo la herramienta más efectiva para prevenir cuadros graves y hospitalizaciones. En ese sentido, el seremi recordó que la campaña de vacunación contra influenza 2025 se mantiene vigente y que, desde el 1 de julio, está disponible para toda la población, con especial énfasis en los grupos de mayor riesgo: adultos de 60 años y más, personas con enfermedades crónicas, niños y niñas de 6 meses a 10 años, gestantes y trabajadores de la salud.
MÁS GRAVE
EN GRUPOS DE RIESGO
Desde el Servicio de Salud, el kinesiólogo Edward Navarro, encargado de la Campaña de Invierno, recalcó que este tipo de influenza ya había circulado anteriormente. “Es una influenza tipo A que ya conocemos. Actualmente estamos tipificando a todos los pacientes con sospecha, contamos con centros de vigilancia y sabemos que corresponde a H3”, explicó, advirtiendo que los cuadros pueden ser más graves en adultos mayores, embarazadas y niños.
Navarro agregó que durante el verano, especialmente en comunas como Coquimbo, La Serena y Vicuña, el aumento de población flotante y de viajeros internacionales puede elevar el riesgo de transmisión.
“Los virus respiratorios se transmiten por gotitas. A mayor concentración humana, mayor concentración viral”, indicó, por lo que llamó a reforzar la ventilación de espacios, el lavado de manos y la consulta oportuna ante síntomas.
En la misma línea, el Dr. Luis Herrada, urgenciólogo de la Clínica Universidad de los Andes, coincidió en que el receso escolar actúa como un factor protector transitorio al reducir aglomeraciones en colegios, aunque advirtió que las reuniones familiares y los viajes aumentan durante el verano. “La mayor movilidad incrementa el riesgo de ingreso de variantes desde países donde ya circulan”, sostuvo.
Pese a ello, ambos especialistas coincidieron en que la vacuna contra la influenza mantiene su efectividad. Estudios recientes indican que la vacuna actual conserva una efectividad cercana al 37% para prevenir hospitalizaciones por Influenza A(H3N2) y que podría mantener actividad frente al subclado K.
De todas formas, las autoridades llamaron a la calma, pero manteniendo las medidas de autocuidado y a adherir a las campañas de vacunación, destacando que el país cuenta con una vigilancia centinela integrada, que permite monitorear de manera permanente la circulación de los principales virus respiratorios y responder oportunamente ante cualquier cambio en la situación epidemiológica.