El ovallino de 15 años, formado en la escuela K-Chorros Ovalle, obtuvo el 4° lugar nacional en la exigente prueba de fondo del Campeonato Nacional Interligas 2025. Su desempeño, forjado sin patinódromos ni infraestructura en la zona, fue destacado por su familia y su entrenador como un logro histórico para el patín carrera local.
El deporte ovallino sumó este fin de semana una nueva página a su historia. Con solo 15 años y apenas una temporada completa en el calendario competitivo, Ignacio Ortiz Araya logró posicionarse como el 4° mejor patinador roller del país en la prueba de fondo del Campeonato Nacional Interligas 2025, uno de los eventos más exigentes y masivos del patín carrera chileno.
El joven deportista, integrante de la escuela K-Chorros Ovalle, llevó el nombre de la ciudad hasta el Estadio Nacional, donde se desarrolló el certamen que reunió a los corredores más rápidos de Chile. Pese a competir desde una región sin patinódromos y con condiciones limitadas para el entrenamiento, Ignacio volvió a demostrar que el talento, la constancia y la disciplina pueden abrirse camino incluso en escenarios adversos.
UN INICIO TENSO Y UNA FINAL INOLVIDABLE
El día comenzó con un golpe de realidad para Ignacio. Quedó fuera de la final en la prueba de velocidad, un resultado que lo dejó inquieto, con la presión de la tarde marcando la pauta. Sin embargo, la frustración no lo frenó; al contrario, se convirtió en combustible para la carrera decisiva.
Ya en la largada de la prueba de fondo, Ignacio optó por una estrategia audaz: tomar la delantera para evitar quedar atrapado en el pelotón. Con más de 15 corredores de distintas regiones detrás, cada vuelta fue un test de resistencia, ritmo y carácter. En uno de los momentos más críticos, un fuerte ataque del representante de la Liga Cordillera comprimió al grupo, poniendo en riesgo su posición. Pero Ignacio no soltó la carrera. Aguantó la presión, administró el esfuerzo y, en un cierre electrizante, defendió la cuarta posición.
Para su padre, Eric Ortiz, el logro tiene un profundo significado personal y familiar. “Para nosotros ya era un premio competir. Nuestra meta era estar dentro de los diez mejores del país y terminar entre los cinco fue el broche de oro y realmente meritorio”, señaló.
EL DOBLE MÉRITO DE COMPETIR DESDE OVALLE
El resultado obtenido cobra aún más relevancia al considerar las brechas territoriales en infraestructura deportiva. Mientras las principales ligas del país entrenan habitualmente en patinódromos, Ignacio compite desde una ciudad donde ese equipamiento simplemente no existe.
“Competir desde Ovalle es un doble mérito. Acá no tenemos patinódromos ni las mismas condiciones que otras regiones, pero Ignacio demostró que puede estar entre los mejores”, recalcó su padre.
Durante este año, la familia Ortiz recorrió gran parte del país acompañando al deportista. Las competencias se convirtieron en una oportunidad para unir al grupo familiar, que viajó a ciudades como Curicó, Viña del Mar, Valparaíso, Quilpué, Talagante y Santiago, sumando kilómetros y experiencias en torno al deporte.
“Nos movemos siempre en familia. Esta temporada viajamos por todo Chile y eso nos unió mucho. Terminar así la temporada, en el Estadio Nacional, fue lo máximo para todos”, expresó Eric.
EL SEMILLERO QUE IMPULSA SUEÑOS SOBRE RUEDAS
La destacada actuación de Ignacio también refleja el trabajo formativo que realiza K-Chorros Ovalle, dirigido por el entrenador Alonso Muñoz Pérez, ex corredor y referente regional del patín carrera. Su escuela ha logrado consolidarse como plataforma para talentos emergentes que, pese a la falta de infraestructura local, compiten al nivel de las ligas más potentes del país.
“Ignacio es un gigante. Lo que hizo hoy demuestra carácter, esfuerzo y una voluntad tremenda. Estamos orgullosos
porque representa la esencia de K-Chorros: la pasión sobre ruedas, la disciplina y el corazón. Lo que viene para él es grande”, señaló emocionado el entrenador.
UN FUTURO HACIA EL ALTO RENDIMIENTO
Con el 4° lugar del Nacional Interligas, Ignacio cierra una temporada dorada. El año pasado había terminado sexto en el Nacional Escolar; hoy se ubica entre los cinco mejores de Chile en su categoría. Y el 2026 ya se proyecta como un año de salto deportivo. “El próximo año queremos competir con patín profesional y entrar de lleno a la categoría de alto rendimiento”, adelantó su padre.
Antes de despedirse, Eric dedicó un mensaje cargado de emoción para su hijo: “Estamos súper orgullosos de él. Le diría que siga soñando, que nada es imposible cuando hay constancia y trabajo. Nosotros lo vamos a apoyar en un 100%”.
Ignacio Ortiz Araya no sólo cerró una temporada inolvidable, sino que también dejó claro que en Ovalle sí se puede soñar en grande sobre ruedas. Y que, con esfuerzo familiar, disciplina y pasión, incluso un deporte sin canchas locales puede encontrar su camino hacia la élite nacional.
