Con 37 años de edad este joven profesional ha sabido prepararse y afrontar cada desafío laboral sin perder el foco de lo que para él es más importante: seguir siendo humano en los momentos más complicados de la vida
Marco Acevedo Castillo comenzó su carrera como enfermero en el Hospital de Coquimbo en el año 2012. En ese momento se desempeñó en el consultorio adosado de especialidades y luego fue el encargado de la Unidad de Neurofisiología. Más adelante fue encomendado como enfermero a cargo del Servicio de Odontología del mismo recinto porteño.
Más adelante fue el enfermero encargado de la Unidad de Diálisis de Coquimbo, desde donde postuló para liderar la Subdirección de Cuidados de Enfermería del Hospital Provincial de Ovalle, donde estuvo a cargo de mejorar el desempeño del hospital en la Encuesta Nacional de Trato al Usuario, sondeo en el que el hospital ovallino se ubicó entre los diez mejores del país.
Su formación académica superior la cursó en la Universidad de Tarapacá y posteriormente estudió un Magister de Gestión Sanitaria en la Universidad de Valencia, España. Ha realizado diversos diplomados, en los que destacan los cursados en Relaciones Laborales, en Gestión de Calidad y Acreditación; en Habilidades Directivas; y en Infecciones Asociadas a la Atención en Salud, entre otros.
“Actualmente llevo ya casi cuatro años liderando la Subdirección de Gestión del Cuidado del Hospital de Ovalle. El principal desafío que me ha tocado enfrentar es que esta subdirección abarca a cerca de 700 personas, quienes trabajan actualmente para poder gestionar los cuidados de todos nuestros pacientes. Es una subdirección que tiene un 70% de mujeres y que tiene un personal bastante joven, lo que es un desafío no menor, de poder venir, avanzar y trabajar junto a ellos”, señaló Acevedo.
Señaló que los resultados en ese tipo de trabajo no se ven a corto plazo, y que siempre se necesita de tiempo para que se puedan asentar las ideas y apreciar los avances.
“Esto tiene mucho que ver con un cambio cultural, de cómo se trabaja y se gestionan los cuidados dentro del hospital. Creo que hemos podido ver algunos resultados positivos, como la Encuesta de Satisfacción del Usuario del año pasado, en la que el hospital se ubicó entre los 10 mejores del país. También hemos avanzado en el trabajo de las comunidades, para poder acercarnos principalmente a las asociaciones de pacientes y a los pueblos originarios, especialmente el pueblo Diaguita que trabaja con nosotros a través de la Unidad de Participación y Vinculación que depende de nuestra subdirección”, explicó.
Edad precisa
Acevedo entiende el beneficio de contar con una edad en la que se encuentra en la frontera entre el ímpetu juvenil y la madurez, y ha podido rescatar lo más valioso de cada característica.
“La verdad es que siento que el tener esta edad me permite tener un poco más de resiliencia en algunas cosas, poder ver los desafíos como objetivos a mediano a largo plazo sin desesperarme por el resultado, y también entender a las nuevas generaciones de funcionarios quienes hoy en día son los responsables de proveer los cuidados en el hospital, ya que no es lo mismo liderar personas con una trayectoria más larga de trabajo, a personas nuevas que tienen otras necesidades, y para quienes quizá el mundo del trabajo todavía no está totalmente preparado. Al ser generaciones más jóvenes, involucra tener que entender las necesidades de conciliación personal familiar y las necesidades netamente humanas, como pueden ser las buenas relaciones laborales, ya que hoy en día los funcionarios valoran cada vez más eso”.
Precisa que al no ser “tan mayor” puede entender esas necesidades humanas de los más jóvenes y no tomarlas como capricho, sino como la necesidad de un cambio de cómo se ha trabajado con los funcionarios hasta la actualidad.
“Valoro mucho la experiencia adquirida, la verdad hasta el día de hoy siento que día a día aprendo cosas nuevas, hay gente muy solidaria que desde su experiencia, desde su vivencia, me ha ayudado a entender muchas cosas y a seguir creciendo profesionalmente. Valoro cada uno de los aportes que me entregan algunas personas mayores que ya han pasado, a quienes les ha tocado liderar la subdirección, porque estos desafíos que a veces son un poco complejos al involucrar tanta gente pero de verdad que siento que me ha ayudado y creo que hoy en día el camino recorrido es un camino de crecimiento profesional y que espero seguir desarrollando y aportando de mejor forma la comunidad porque siento que todavía nos falta mucho por seguir aportando y mejorando para que el hospital provincial de Valle sea un ejemplo a nivel regional y nacional”, apuntó.
Asegura que es complejo imponer metas a corto plazo cuando involucran cambios generacionales, de esos que demandan tiempo para ver materializados los resultados.
“Siento que estamos recién en fase de ir viendo algunos proyectos a corto plazo respecto al trato, ya que siento que el trato humanizado es una gran deuda que tenemos por la comunidad. Lamentablemente a veces en salud se tiende a despersonalizar el trato, y es uno de los principales desafíos que yo creo que en este momento me toca seguir liderando e impulsando. Este año logramos integrarnos a una Red Nacional de Humanización, con la cual buscamos generar estrategias para poder transformar la atención, que no solamente involucre la atención clínica, sino que también lo haga desde la mirada más humana, porque más allá de contar con todos los implementos para poder satisfacer las necesidades, se cambiaría todo si es que lo hacemos con buen trato y siempre pensando en que estamos atendiendo personas, personas que no van al hospital por elección, sino que porque realmente tienen un sufrimiento que requieren resolver”, puntualizó.