El nuevo jefe regional de la Policía de Investigaciones (PDI), asume el liderazgo con más de tres décadas de trayectoria. Especialista en investigación antinarcóticos y con amplia experiencia en inteligencia policial y gestión institucional, plantea una estrategia basada en el trabajo colaborativo, la investigación científica y la cercanía con la comunidad. Su meta: fortalecer la seguridad y la confianza ciudadana en la región.
El prefecto inspector Javier González Rojas llegó recientemente a encabezar la Jefatura Regional de la PDI en Coquimbo, tras una trayectoria de casi 32 años de servicio en distintas áreas de la institución: investigación antinarcóticos, inteligencia policial, seguridad ciudadana, labores en aeropuerto y educación, además de desempeñarse como jefe nacional de Asuntos Públicos y liderar prefecturas metropolitanas.
Desde su arribo, González ha sostenido reuniones con autoridades locales e instituciones para consolidar un trabajo colaborativo que permita mantener los niveles de seguridad y mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región.
“Queremos que la gente pueda transitar tranquila por la calle, desarrollar sus actividades y su vida familiar con normalidad. Para nosotros es fundamental hacer sentir al ciudadano esa certeza”, afirma.
—¿Qué significa para usted asumir la Jefatura regional de la PDI en Coquimbo y cuáles son las prioridades que se ha propuesto para este período?
“Sí, la verdad que es un tremendo desafío que acepto con mucho entusiasmo para poder apostar a dar seguridad y tranquilidad acá en la región. El trabajo está enfocado en todo lo que tiene que ver con lo lo investigativo y la labor especializada que realizan las unidades que tenemos desplegadas acá en la región”.
—¿Cómo evalúa la situación actual en materia de seguridad en la región? ¿Cuáles son las problemáticas que ha detectado en este ámbito?
“Sí, la verdad que hay índices criminales que son bien particulares acá en la región. Tenemos fenómenos del narco cultivo y otros que son llamativos y, en ese sentido, los esfuerzos que pondremos junto al personal investigativo van a estar enfocados en mantener y ojalá bajar la cifra delictual que enfrenta la región. Ese es nuestro gran desafío: poder lograr que el crimen organizado no se instale en esta zona y también bajar la ocurrencia de delitos complejos, evidentemente que esto a través de las investigaciones policiales. Es importante señalar que nuestra máxima autoridad ha decidido que la PDI es parte de un ecosistema de seguridad, que está compuesto por todos los actores que trabajamos en la persecución de los delitos, como también en los privados y la Academia”.
—¿Qué acciones se van a tomar para mantener ese diálogo, ese lazo que existe entre la PDI y la comunidad?
“Para nosotros es fundamental la comunidad organizada. De hecho, está mandatado a todos los jefes de las distintas brigadas, tanto especializadas como territoriales, el acercamiento comunitario y eso precisamente porque desde el año 2017 los habitantes de nuestro país han puesto a la PDI dentro de las instituciones más confiables en Chile. Por lo tanto, ya llevamos ocho años con este reconocimiento, lo que evidentemente nos hace tener una gran responsabilidad para poder seguir respondiendo y hacer sentir a la comunidad que tiene una policía confiable, a la cual puede acudir cuando lo necesita, denunciar algún delito que lo afecta”.
—En los últimos años se observa un aumento de delitos violentos principalmente en la conurbación Coquimbo-La Serena y del crimen organizado. ¿Qué acciones concretas se trabajan desde la PDI para enfrentar este fenómeno que impacta a la comunidad?
“Hoy tenemos 80% de resolución de los homicidios ocurridos aquí en la zona, lo que habla también de un acto de efectividad de los equipos investigadores. En relación al crimen organizado, lo estamos abordando con los diversos equipos especializados en el área de drogas, robos, entre otros, y a su vez hemos puesto todos los medios que tiene la PDI a nivel nacional, precisamente para poder abordar de una manera integral, interdisciplinaria, estos fenómenos delictuales que empiezan a ocurrir en esta región. Si bien no tenemos las cifras que hay en las grandes urbes como Santiago, sí estamos atentos y de hecho también participando en distintas instancias, como es la mesa del crimen organizado, que se articula a través de la Delegación Presidencial y otras instancias de colaboración interinstitucional para poder abordar este fenómeno”.
—Es importante destacar el trabajo investigativo de la PDI en el combate a la delincuencia. ¿La tecnología y la inteligencia policial jugarán un rol preponderante en su gestión?
“Correcto, y nosotros potenciamos y nuestro sello siempre ha sido el trabajo científico-técnico, en especial con los peritos del Laboratorio de Criminalística. Tenemos en la región un laboratorio bastante robusto y potente que apoya a todos los investigadores en las diversas áreas para aportar prueba científica y ponerla a disposición de las autoridades competentes. Hemos levantado varias necesidades con respecto a proyectos y el Gobierno Regional y el Consejo Regional están muy dispuestos a apoyarnos con recursos para poder potenciar y hacer una mejor labor en todas estas áreas como Laboratorio de Criminalística, unidades especializadas y tener una mejor persecución penal, que sea efectiva y eficiente”.
—En el ámbito del tráfico de droga, la región ya no es sólo una zona de tránsito. Según las cifras del Gobierno, el 60% de la producción de cannabis de Chile se cultiva y procesa desde Choapa y Limarí. ¿Cómo se enfrenta esta situación y se frenan estas actividades?
“Hay una preocupación constante por parte de la Policía de Investigaciones de Chile. Estamos pronto a comenzar nuestro trabajo con el Plan Cannabis que se hace anualmente para generar la erradicación de estos cultivos. Pero, además, este año hemos tenido un especial enfoque investigativo para poder identificar previamente a estos clanes u organizaciones que se dedican a cultivar ilícitamente en las tierras de la región y, junto con erradicar y eliminar las plantaciones, poder detener a todos quienes están asociados a estos cultivos. En ese sentido, también nos hemos coordinado con diversas instituciones para poder tener más capacidad de abordar y llegar a estos narco cultivos y erradicarlos, como también con la Fiscalía para poder ser más eficientes en la detención y medidas preventivas con los imputados responsables de estas plantaciones ilícitas”.
—En un contexto de alta exigencia y los cambios en la dinámica de la criminalidad, ¿cómo se prepara la PDI en la región para adaptarse y seguir siendo una institución moderna y confiable?
“Junto al crecimiento en infraestructura, en la logística, en el equipamiento que nos potencian con los recursos que nos da la autoridad regional, también es relevante para poder potenciar lo más importante que tiene la PDI, que es el capital humano. Hemos entendido desde hace mucho tiempo, está el perfeccionamiento constante de este capital humano y ser una policía que rinda cuentas a la comunidad del trabajo y los resultados que estamos teniendo”.
