La histórica funcionaria recibió un homenaje por más de cuatro décadas de servicio, convirtiéndose en la primera persona en la notaría Rodrigo Cabrera en obtener un reconocimiento de este tipo. Entre recuerdos de trabajo artesanal, el apoyo de sus colegas y el cariño de la comunidad, Genara repasó su vida laboral dedicada a una sola institución.
En la Notaría y Conservador de Minas de Ovalle, dirigida por Rodrigo Cabrera, se vivió un hecho inédito: por primera vez una funcionaria fue homenajeada por su larga trayectoria laboral como asistente de notaría. Se trata de Genara Pizarro Guerrero, quien cumplió 44 años de servicio, tiempo en el cual forjó no solo una carrera sólida, sino también un vínculo humano profundo con la comunidad y con quienes compartió labores.
El reconocimiento la tomó por sorpresa. Según cuenta, jamás imaginó que sería objeto de un homenaje tan significativo. “Nunca antes se había hecho un reconocimiento así, fui la primera persona en recibirlo. Me emocioné mucho, porque sentí que me lo merecía, ya que toda mi vida he trabajado aquí y siempre con dedicación”, relató emocionada.
Los inicios de una vida laboral
Genara comenzó en la notaría inspirada por su hermana, quien ya trabajaba en el rubro y le transmitió la vocación por el servicio. Su primer jefe fue el notario Alejo Sagrero Montessinos, con quien dio sus primeros pasos en el oficio, para luego continuar con Óscar Fernández Mora, a quien acompañó durante más de 25 años. Finalmente, gran parte de su carrera la desarrolló bajo la dirección del actual notario, Rodrigo Cabrera.
“Este ha sido mi único trabajo, llevo toda una vida aquí”, señaló, destacando que entró joven y se mantuvo en la misma institución, creciendo junto con ella y adaptándose a los profundos cambios que vivió el sector.
Al recordar esos primeros años, Genara hace un contraste con la actualidad: “Cuando empecé todo era artesanal. Se escribía en papel, luego había que pasar el documento a máquina y todo se hacía dos veces. Ahora la tecnología facilita el trabajo y lo hace más rápido. Es un cambio tremendo y para beneficio de todos”, explicó.
Una vida marcada por la resiliencia
Pero no todo fue fácil en estas más de cuatro décadas de trayectoria. Hace casi cinco años, Genara enfrentó un cáncer fulminante que la obligó a alejarse del trabajo y permanecer un año en tratamiento en Santiago. Fue uno de los momentos más duros de su vida, pero el regreso estuvo marcado por el respaldo de sus compañeros.
“Cuando volví, mi jefe y mis colegas me recibieron con un cariño inmenso. Más allá de lo laboral, fue humanidad y amistad. Ese apoyo me marcó, porque me sentí acogida y acompañada en todo momento”, recordó con emoción.
Ese episodio la hizo valorar aún más el compañerismo y la importancia de compartir tiempo con quienes forman parte del día a día laboral. “A veces nos dedicamos tanto al trabajo que nos olvidamos de que pasamos la mayor parte del tiempo con nuestros compañeros. Ellos también se transforman en parte de la vida”, agregó.
El valor de la gente y el legado
Si algo caracteriza a Genara es la cercanía con las personas. Ella misma cuenta que muchos adultos mayores que llegan a la notaría la tratan con un afecto especial. “Lo que más disfruto es la gente. Varios me ven como una mamá, siempre me tratan con cariño, y ese afecto es lo más lindo que me deja este trabajo”, confesó.
Además de atender al público, fue formadora de varias jóvenes que pasaron por la notaría, transmitiéndoles disciplina, transparencia y responsabilidad. “Siempre traté de ser la misma, de ayudar, de quedarme si era necesario. También enseñé a muchas chicas que trabajaron aquí y espero haber dejado algo en ellas”, destacó.
Consejos para nuevas generaciones
Su experiencia la ha llevado a reflexionar sobre lo que significa mantener un mismo trabajo durante tantos años. Para ella, la clave está en la entrega y el respeto. “Todo trabajo tiene altos y bajos, pero lo importante es hacerlo con cariño, con respeto y con tolerancia. Eso marca la diferencia”, aconsejó.
Agregó un mensaje para las nuevas generaciones que recién comienzan: “Hay que aprender a ser dedicados, respetuosos con los compañeros y saber disfrutar los momentos de compartir. En el trabajo también se vive gran parte de la vida”.
Un homenaje inolvidable
El reconocimiento a Genara Pizarro no solo valoró su extensa trayectoria laboral, sino también el legado humano que deja tras más de cuatro décadas en la notaría de Ovalle. Para ella, fue un gesto inesperado, pero profundamente significativo.
“Me emocioné mucho porque nunca antes se había hecho algo así. Sentí que era un premio al esfuerzo de tantos años, desde los tiempos en que todo era artesanal hasta hoy, que ya todo es digital. Me sentí plenamente valorada”, concluyó.
Su historia refleja que, detrás de los sellos y documentos, hay personas que dedican su vida con compromiso y vocación de servicio. En el caso de Genara, su nombre quedará grabado como ejemplo de resiliencia, entrega y cariño hacia la comunidad que atendió durante toda su vida laboral.