La reunión con Pablo Milad derivó en un distanciamiento mayor entre los clubes de la categoría y el sindicato de futbolistas. Los dirigentes advierten una crisis de sostenibilidad en el fútbol profesional sin aportes de televisión ni condiciones equitativas frente a Primera A y B.
La calma duró poco. La esperada reunión entre los trece clubes de la Segunda División Profesional, el presidente de la ANFP, Pablo Milad, y el titular del SIFUP, Luis Marín, celebrada el martes en Quilín, terminó por abrir un nuevo frente de conflicto en el ya tensionado mapa del fútbol chileno.
El encuentro tenía por objetivo analizar la propuesta de un nuevo formato de campeonato para la temporada 2026, sin embargo, lo que surgió fue una profunda divergencia entre los clubes y el sindicato.
En un comunicado conjunto, los equipos lamentaron la posición del gremio de jugadores, señalando que “la actual estructura pone en riesgo la viabilidad de clubes con arraigo y pertenencia local”. Además, anunciaron que en las próximas semanas definirán un plan de acción conjunto para enfrentar lo que califican como una “crisis estructural” que amenaza la existencia misma de la división.
“Hacemos un llamado a todos los actores del fútbol chileno a actuar con generosidad y compromiso para proteger el futuro de nuestra categoría”, expresaron en un texto firmado por los trece clubes, entre ellos Deportes Linares, Real San Joaquín, Provincial Ovalle, Concón National, Trasandino y Deportes Valdivia.
LA RÉPLICA DEL SIFUP
Horas después, este miércoles, el SIFUP reaccionó con dureza. A través de un comunicado, el gremio acusó a algunos clubes de “difundir desinformación”, comparando la situación con el impacto de las fake news.
“El uso de estas herramientas genera un daño relevante a nuestra industria y, en especial, a esta categoría”, se expresó en la declaración, defendiendo que su postura ha sido siempre de “colaboración absoluta” para fortalecer la Segunda División.
El sindicato precisó que en la cita con Milad y los gerentes de Liga no se presentó ninguna propuesta formal de campeonato, y que lo único planteado “informalmente” fue la idea de extender la competencia hasta octubre con una liguilla de ascenso, lo que -según el gremio- contraviene los acuerdos de la Dirección del Trabajo respecto a la duración de los contratos.
“Nos preocupa de manera especial la situación de la Segunda División, pero pedimos coherencia entre lo que se conversa en privado y lo que se comunica públicamente”, enfatizó el gremio.
LOS CLUBES RESPONDEN
La respuesta sin embargo, no tardó.
Al respecto, el vicepresidente de Provincial Ovalle, Cristián Venegas, explicó que el problema de fondo es económico y estructural. “Se nos obliga a mantener una competencia de nueve meses, de marzo a noviembre, con las mismas exigencias que los clubes de Primera A y B, pero sin recibir aportes de televisión. En esas condiciones es inviable”, señaló.
Venegas añadió que muchos clubes de la categoría “descienden no por lo deportivo, sino por lo económico”, y que el actual modelo “hace cada vez más difícil sostener el fútbol profesional en comunas que representan la identidad local”.
“Nuestra pelea no es con el SIFUP, sino con la ANFP”, subrayó el dirigente, adelantando que en los próximos días los clubes emitirán un nuevo comunicado conjunto.