La postulante del pacto Unidad por Chile realizó una autocrítica por haber enfrentado el cara a cara presidencial de este jueves de forma incorrecta, afirmando que “cualquiera puede tener un mal día”. Asimismo, aseguró que los temas de seguridad son prioridad en su programa y se manifestó preocupada porque instituciones como las Fuerzas Armadas sean permeadas por el narcotráfico.
La candidata por el pacto Unidad por Chile, Jeannette Jara Román, reconoció haber cometido errores en su intervención durante el primer debate presidencial de este jueves, aunque insistió que el diálogo siempre será la base en que se sustentará su eventual administración en caso de ser electa Presidenta.
En entrevista, reconoció además, su preocupación por el avance del crimen organizado y los caos de uniformados involucrados en delitos como narcotráfico.
-¿Cómo se combatirá la delincuencia y el crimen organizado en su eventual gobierno?
“Creo que hay que fortalecer la policía, su capacidad tecnológica, además de construir más cárceles y segregar a la población penal más peligrosa de la menos peligrosa. Pero principalmente me gusta mucho la posibilidad de poder fortalecer la seguridad municipal, y para eso queremos duplicar el presupuesto a los municipios y queremos perseguir la ruta del dinero sucio. Por eso para nosotros es indispensable levantar el secreto bancario, porque a lo que vino el crimen a Chile es precisamente a buscar recursos y, por tanto, seguir la ruta del dinero sucio es lo que nos va a permitir llegar a las cabezas del crimen organizado”.
-¿Y por qué cree usted que hay personas, incluso parlamentarios, que insisten en no levantar el secreto bancario?
“Están los que se niegan y hacen que Chile pierda una oportunidad. Desconozco las razones, pero esto no tiene nada que ver con entrar en la privacidad de las personas sino con perseguir al crimen y necesitamos las mejores herramientas para eso. Yo la justificación que he escuchado de parte de los que se niegan es que ellos lo verían como que el Estado podría revisar sus cuentas RUT, pero la verdad no tiene nada que ver con eso. Son esos temores que se le han levantado sin fundamento y que están haciendo al país perder un tiempo valioso para combatir el crimen y buscar a los cabecillas”.
-¿Teme que instituciones uniformadas como el Ejército, Carabineros y otras, estén infiltradas por el narcotráfico?
“Estoy preocupada por esa situación. Creo que los casos que hemos conocido en este último tiempo, en particular en el Ejército y en la Fuerza Aérea, son una alerta roja en esta materia. El modus operandi del crimen organizado es ir infiltrando las instituciones del Estado. Y para eso hay que fortalecer la ley anticorrupción del país. Nosotros teníamos un espacio que no había sido tomado por el crimen organizado y hoy día vamos conociendo cada vez más casos de los cuales aquí lo que está mandando es el dinero y no el cumplimiento de la ley. Así que en mi gobierno quiero actuar con bastante dureza en el sentido de combatir la corrupción”.
-¿Estaba incómoda, taimada o enojada en el debate presidencial?
“Como señalé en la mañana (ayer), debí predisponerme de una forma que fuera más adecuada para el debate. Hago una autocrítica de eso. Ahora, cuando un candidato le dice “taimada” a una candidata, me da la impresión de que lo hace como para tratar de poner límites en el debate, aunque me parece que no fue tan mala la palabra que usó. Fue otra la de Marco Enríquez. En realidad, para poder hacer un aporte a la discusión política no le encuentro ningún sentido a ese tipo de frases. Y lo que sí me pregunto es si se lo dirían a otro candidato que no fuera mujer. Lo encontré bien insólito”.
-En la eventualidad de ser Presidenta, ¿va a actuar de la misma forma cuando se sienta atacada?
“Claramente voy a actuar de la forma que he actuado siempre, buscando encontrar acuerdos y diálogos. Un mal día lo tiene cualquiera, ¿no?”.
-¿En el debate no sintió que estaban retornando a la enseñanza básica cuando debieron responder levantando la mano?
“No, para nada, no lo vi así. Yo creo que era una forma de optimizar el uso del tiempo, nada más”.
-¿Cuál es la propuesta que más le acomoda de su programa? ¿El combate a la delincuencia, un sueldo progresivo de 750 mil pesos o el control de la migración?
“Yo diría que la seguridad en todas sus esferas, tanto para protegerla como el llegar a fin de mes. Ese es el concepto. Que la gente tenga la certeza de poder vivir tranquila, pero eso implica básicamente dos cosas: nadie puede ir tranquilo si está con miedo de que algo le puede pasar o con miedo porque lo van a asaltar, o con miedo de que no puede llegar a fin de mes porque no le alcanza la plata”.
-¿Y qué propone para que la descentralización realmente sea efectiva? Porque hasta ahora esa palabra parece haberse convertido en un eslógan de todos los gobiernos.
“Sí, ha sido bien difícil realizarla. Yo lo veo como un tema bien disputado en la política actual porque todos hablan de descentralización, pero a la hora de descentralizar ha costado bastante, principalmente porque quien tiene que entregar poder se muestra reticente a hacerlo. Lo digo porque en mi calidad de exministra participé muchas veces de los comités donde se definían las competencias que se traspasaban a las capacidades regionales y la verdad es que las únicas competencias que se querían traspasar eran aquellas que desde el centro la veían como poco sustantivas. Pero realmente si uno lo mira desde las regiones lo que hay que hacer es traspasar precisamente competencias que tienen que ver con cosas que sí son sustantivas”.
-¿Cómo observa que funciona el mundo político en el país? ¿No es una bolsa de gatos como lo ve gran parte de la comunidad?
“Yo creo que estamos en una situación compleja en el mundo político, porque estamos muy desafectados de los problemas de la ciudadanía. Se discute todos los días de cosas que tienen que ver solamente en el interés de los políticos. Por ejemplo, en el mismo debate un candidato (Enríqueze-Ominami) me preguntaba a cada rato por qué razón él no había ido a las primarias, no se la había aceptado. Yo no sabría decirle, pero por más que sea ese un interés de él, creo que los debates son para hablarle a la gente y ese es parte el problema que tenemos, porque la gente mientras está viendo esto resulta que le cuesta pagar los gastos comunes, el arriendo, llegar a fin de mes, teme enfermarse porque cae en una tremenda situación socialmente hablando. Hasta el precio de los medicamentos enferma a la gente, entonces si no nos hacemos cargo de esas cosas va a ser bien difícil que la política se revalorice de forma adecuada”.
-¿Qué piensa de la condena a Bolsonaro? ¿Es una advertencia para la ultraderecha latinoamericana o la defensa de la democracia?
“Yo creo que hay un patrón que se repite, tanto lo que en su minuto se hizo en el asalto al Capitolio con la gente de Trump y lo que luego pasó en Brasil. Creo que es importante que la justicia actúe como poder independiente dentro del estado de derecho en Brasil. No le veo más que aquello. O sea, creo que es el ejercicio del estado de Derecho, pero lo importante es que esa conducta no se repita. Creo que no le hace bien a la democracia andar anunciando que va a haber alguien que va a robarse una elección o algo así, cosa que ya hemos escuchado, incluso en Chile. Pero por suerte ha tenido poca resonancia, porque es bien grave decir algo así”.