Quizás nunca antes en nuestra historia, el tema del agua fue un asunto tan candente como lo está haciendo hoy en nuestro país.
De hecho, durante los últimos días, diversas informaciones y notas de prensa, han puesto a nuestro país en el centro del debate nacional y mundial por el agua: desde la próxima celebración de la cumbre del clima COP25 en nuestro país, pasando por la ubicación de Chile entre los 30 países con mayor riesgo hídrico en el mundo al año 2025, – según el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos -, y la nota de diario El País de España, que vinculó la escasez hídrica que vive la provincia de Petorca con el cultivo de paltas, hasta el debate político y ciudadano por la reforma al actual Código de Aguas promulgado en 1981 y que es denunciado por organizaciones ambientales y de la pequeña agricultura familiar campesina por privatizar el agua.
No obstante hay una realidad: 76% de la superficie nacional está afectada por sequía, desertificación y suelo degradado, y 110 acuíferos del país se encuentran actualmente con una demanda comprometida superior a su recarga. Además, según la Política Nacional para los Recursos Hídricos, Chile posee actualmente una brecha de agua de 82,6 m3 /s que, al año 2030, aumentará a 149 m3 /s, cifra estimada al comparar la disponibilidad de agua con las proyecciones de crecimiento económico e infraestructura prevista a construir.
En la región de Coquimbo, los fenómenos de sequía, desertificación y suelo degradado están todavía más acentuados: nuestra región es la más afectada el país por la desertificación, por cuanto el 96% de su territorio se encuentra en esta condición de riesgo a desertificación grave y media, mientras que sólo un 4% presenta riesgo a desertificación leve.
Modelos climáticos proyectan que de aquí al año 2050 el clima de la región será similar al que hoy registra la Región de Atacama y que la ciudad de Santiago registrará las condiciones que hoy tiene la zona de Ovalle.
LLAMADO A CUIDAR EL AGUA
En ese sentido, a orillas del embalse Recoleta, autoridades regionales y locales conmemoraron el Día Mundial del Agua, con el objetivo de difundir y concientizar a la comunidad sobre la importancia del cuidado del recurso hídrico, tanto para la bebida como para la agricultura, bajo el lema “Yo cuido el Agua”.
Para la ocasión, estudiantes de educación básica, media y universitaria de la Escuela Básica de Samo Alto, del Liceo Agrícola de Ovalle y del Insituto Santo Tomás de Ovalle, fueron los invitados para presentar una serie de trabajos relacionados a la optimización y reutilización del agua, como forma de mitigar los efectos provocados por un déficit hídrico constante en la región.
“Sin el agua las plantas no vivirían, nosotros nos deshidrataríamos y muchos animales se morirían, habría una sequía inmensa, yo echo el agua en un vaso y me lavo los dientes”, comentó Bastián Perines, estudiante de sexto básico de la Escuela Básica de Samo Alto, al referirse a la escasez y a la necesidad de generar acciones que deriven en un cuidado y respeto por este recurso.
En ese sentido, la intendenta Lucía Pinto, señaló que “sin agua no podemos subsistir, pues es vital para la vida y para prácticamente todas la tareas que desarrollamos, es por eso que hacemos especial énfasis no sólo en un llamado para cuidar el agua, sino que también pidiendo ayuda a las personas que nos escuchan a difundir este mensaje, que enseñen desde los chicos a los más grandes que sepamos, que tengamos conciencia de la importancia que tiene en agua”.
En la oportunidad además, se hizo entrega de una serie de recursos destinados a garantizar un mejoramiento, disponibilidad y gestión del recurso hídrico en el sector rural.
AGUA “DESPROTEGIDA”
No obstante, más allá de las actividades oficiales, organizaciones sociales y ambientales de la Provincia del Limarí también se sumaron a la conmemoración de esta fecha, a través de una “Semana del Agua”, que incluyó charlas, conversatorios sobre el presente de este recurso en nuestro país, además de actividades culturales, entre las que se incluyó la proyección del documental “El Agua se hizo Humo” del director nacional Paulo Martínez y Sebastián Díaz Corral, que relata el drama de la sequía en la región. La Semana del Agua finalizó en tanto este viernes por la tarde con una marcha por las calles de la ciudad.
En ese sentido, para Nicolás Hermosilla, secretario del Comité Ambiental Comunal de Ovalle, CAC Ovalle, una de las agrupaciones organizadoras de la Semana del Agua, el primer objetivo de estas actividades era “contar con una instancia de conversación para que la comunidad se encontrara y pudiera reflexionar sobre las temáticas del agua en general, vinculándola con cómo se viven sus problemáticas en los territorios. También se discutieron algunos temas país que hoy día están en el plano legislativo que son muy importantes, porque los vamos a ver aplicados en nuestro territorio” comentó, haciendo alusión a la reforma del Código de Aguas.
“Estamos mirando con mucha atención la discusión sobre el Código de Aguas, ya que es un debate que se viene dando hace bastante tiempo, y hace poco el gobierno deslizó algunas ideas con respecto a este tema que nos ponen en alerta como comunidades que tienen problemas hídricos en la zona” señaló.
Al respecto, como organizaciones el diagnostico que hoy vive la provincia y la región en cuanto a la existencia de un proceso de desertificación en marcha se explica, no sólo por el cambio climático “sino porque también faltan medidas para resguardar el uso común del agua, y no sólo considerarlo como un derecho privado”.
Por otro lado, temas como la minería y otras políticas extractivistas o la distribución del agua vía camiones aljibe son miradas críticamente desde la óptica de estas organizaciones, pues insisten, no ponen el foco en lo verdaderamente importante: asegurar y garantizar a la población su acceso al agua.
“Por ejemplo, en las caletas, solamente reciben agua por camiones aljibe, pero al final, no está puesto el foco en ellos y su derecho de acceso al agua. Terminan siendo lugares que se han dejado de lado. Y esa es una realidad que nos preocupa” señala Hermosilla. “Si bien llovió en estos últimos años y se recuperaron los embalses, el mercado del agua en la región de Coquimbo está muy desregulado, y existe una sobreabundancia de derechos de agua otorgados” agregó.