Claudio Valencia vivió hasta los 46 en años en Santiago hasta que por una enfermedad de su hermana, decidió viajar a Coquimbo, si saberlo en aquel momento, la región sería su nuevo hogar.
“Siempre fui bueno para el trabajo en Santiago las hice todas, fui panadero, trabajé haciendo aseo y en faenas agrícolas. En ese entonces consumía pasta base. Cuando llegué a Ovalle ya no consumía pasta base, pero si alcohol”, recuerda Claudio.
Al llegar a la capital de la provincia de Limarí, quedó maravillado por el aire limpio y el estilo de vida tranquilo, señala que “la gente acá es muy humana y humilde, encontré muchos amigos nuevos”.
Con el pasar del tiempo Claudio comenzó a trabajar en panaderías, lamentablemente el consumo problemático de alcohol le trajo consecuencias “yo trabajaba y tomaba. Los jefes me daban la confianza y yo trabajaba bien, pero los fines de semana tomaba mucho y después no llegaba a trabajar, así perdí muchas oportunidades de empleo, no me llamaron más”.
Cuanta que fue así, sin darse cuenta, que comenzó a pernoctar en las calles “me costaba mucho dormir en la calle, porque cualquier ruido me despertaba, además siempre hacía mucho frío y uno estaba pendiente de que cualquier cosa podría pasar”.
Asegura que jamás le gustó la calle y prefería dormir en otros lugares “por mi buen comportamiento me permitieron alojar por mucho tiempo en el Hogar de Cristo, pero extrañaba la libertad de vivir bajo mis reglas”.
Claudio asegura haber pasado en aquel tiempo, momentos de mucha dificultad “me dejé estar, mi pelo y mi barba crecieron, andaba sucio en la calle y además tomando todo el día. Gracia a Dios tuve la ayuda de amigos y amigas que me retaron, me hicieron ver lo que estaba pasando y pude comenzar a recuperarme”.
Albergue de Gobernación llega en el momento justo
Claudio había decidido cambiar su forma de vivir y comenzar a dejar el trago. Así cuando el albergue de invierno de la Gobernación de Limarí abrió sus puertas, el hombre de 55 años supo que era una buena oportunidad.
En el albergue implementado por Gobernación de Limarí, los usuarios tienen prohibido salir del recinto y no se permite el consumo de drogas ni alcohol en su interior, reglas sagradas y reguladas por los mismos usuarios.
“En el albergue dejé definitivamente el alcohol, conté con el apoyo de médicos y profesionales que me han ayudado mucho. Ya no me daban temblores ni dolores por la abstinencia y de a poco ya me recuperé por completo, he dejado esa vida totalmente atrás”, señala emocionado Claudio.
Es así como actualmente este hombre, que pudo superar sus dificultades, hoy cuenta con un nuevo trabajo estable, va a cumplir un mes en sus labores y se apronta a recibir su primer sueldo para poder arrendar una pieza donde hospedarse y recuperar la libertad que tanto anhelaba.
“No pienso volver atrás. Uno tiene que ponerse el objetivo de no volver atrás. No es necesario recordarse todos los días en que se equivocó, sentir culpa y tomar eso como excusa para no mejorar. Hay que dejar atrás lo malo que hicimos y mirar adelante. Si sigues pensando en lo mismo vas a caer en lo mismo y será cada vez peor, lo digo por experiencia.
El caso de este hombre fue reconocido por el Gobernador de Limarí, Iván Espinoza, quién recibió a Claudio para compartir una grata conversación.
Respecto de ello, el Gobernador de Limarí indicó “la historia de Claudio es un gran ejemplo para todos. Ha vivido momentos muy difíciles y ha superado las dificultades con su propio esfuerzo. Sentimos mucho orgullo como Gobernación por el aporte que ha hecho el albergue para ayudarlo a rehabilitarse de su consumo problemático de alcohol, gracias al acompañamiento y ayuda de profesionales. Hemos desarrollado un trabajo integral con él y le deseamos el mayor de los éxitos. Pero también le hemos encomendado la misión de dar a conocer su testimonio para motivar a sus pares y conocidos que puedan estar pasando por una situación similar, para demostrar que si se pueden superar las dificultades”