Narcóticos anónimos (N.A.) es una organización establecida hace 65 años a nivel mundial y compuesta de hombres y mujeres para los cuales el consumo de drogas se ha tornado un problema muy grave.
En Ovalle se instaló hace una década y desde ese momento ha ayudado a rehabilitar a quienes tienen la voluntad de salir del espiral del consumo. Actualmente en la ciudad son 35 las personas que forman parte de las reuniones diarias, confidenciales y gratuitas de esta entidad autónoma y sin fines de lucro.
Una de las características es que se trata de una instancia abierta para todos los que lo necesiten. “Esta organización no tiene límite de edad, puede haber desde niños hasta abuelitos, tenemos de todos. Tampoco tiene distinción sexual, puede haber de todos los sexos. No hacemos diferencias políticas ni de religión. El único requisito para unirse es tener el deseo de dejar de consumir”, explica uno de sus miembros, el cual decidió mantener su anonimato.
Otra característica es que, “somos una entidad espiritual, no religiosa. Trabajamos con principios espirituales, hablamos de un poder superior, decimos que es la reunión de ‘Dioses’. Nosotros trabajamos solamente con el amor y la empatía, ¿qué mejor recuperación que la de un adicto que ayuda a otro?”.
El miembro de Narcóticos Anónimos en Ovalle, expresa que muchos llegaron a las reuniones en una situación compleja, “con el autoestima destrozada y una muerte espiritual tremenda”, de hecho confiesa que en su caso personal, “vengo del infierno, sé lo que es sufrir ahí. He visto matar gente, violar gente, cantidad de atrocidades”.
Sin embargo, pese a la adversidad, afirma que Narcóticos Anónimos se transformó en su camino efectivo a la rehabilitación. “Hoy soy un milagro en recuperación. N.A. me encantó, vengo de varias terapias médicas, con las cuales me fue bien pero una vez que terminan uno tiene que salir al mundo. Mis padres gastaron millones conmigo y hoy me recupero gratis, tengo a donde ir a contar mis penas y alegrías a otro adicto que sí me va a entender y se va a identificar conmigo y yo con él”.
Su propia experiencia en esa organización le ha permitido reconciliarse consigo mismo. “Narcóticos anónimos puede ser esa luz, no somos la panacea pero somos la terapia que más adictos ha salvado en el mundo. No lo digo desde el ego, lo digo desde mi autoestima porque ahí aprendo principios espirituales, aprendo a quererme, a respetarme, a perdonarme y así podré ayudar a los demás y a mí mismo”.
REUNIONES
Las sesiones son de carácter terapéuticas y las modera un adicto en recuperación con tiempo limpio, los que son llamados “servidores de confianza”. En dichas reuniones cobra valor el concepto del presente, “hoy día no se consume, pero mañana no se sabe y me preparo para eso, el adicto como yo se proyecta y fracasa. Por eso vivimos sólo por hoy”.
“Tengo mis pares que me van a escuchar, tengo una reunión todos los días de lunes a sábado durante 1 hora y los domingos de 3 y media a 5 y media. Tenemos talleres terapéuticos que nos damos nosotros mismos, hay compañeros con 10, 12 años limpios y vienen a impartir talleres”, cuenta sobre las jornadas en donde se reúnen.
¿Qué mensaje le entregaría a alguien que necesita rehabilitación?, el integrante de la organización declara, “la invitación es que vayan a conocernos. No te verás obligado a nada, ni serás juzgado, se dará amor hasta cuando se aprendan a querer a ellos mismos. Me gustaría invitarlos para que conozcan su verdad, para que abran su corazón, para que sepan que en ese mar de adicciones hay una tabla esperándolos para que floten. Me gustaría decirles que desde ya en el cuarto peldaño de recuperación de N.A. Ovalle hay una silla con su nombre, lo digo con emoción porque fue lo que me dijeron cuando llegué ahí (…) Sé que si yo pude, ellos también pueden”.
UN NUEVO ESPACIO DE REUNIÓN
Hoy en día N.A. Ovalle tiene un anhelo, el cual tiene relación con poder conseguir un lugar físico más espacioso para poder seguir realizando sus reuniones semanales. “Como entidad autónoma hoy estamos muy bien donde estamos – estamos agradecidos de la gente que nos ha ayudado- pero la sala es chica y están llegando los adictos, están faltando sillas. De manera prudente pedimos ayuda de cualquier persona que pueda tener un lugar céntrico, para que sea atractivo y fácil de llegar”.