El sol comienza a calentar el día y la calle que da acceso al estadio municipal se cierra con una verja móvil. Poco a poco se comienzan a colocar los toldos de 3×3 metros que resguardarán a los comerciantes y clientes en la Feria Libre que todos los viernes se levanta en Punitaqui. Un dispensador de alcohol gel activado con un pedal da la bienvenida al lugar y obliga a los visitantes a mantener sus manos sanitizadas.
Una veintena de comerciantes de distintos rubros se empeñan en reinventarse y mantener el distanciamiento, para evitar contagios de Covid-19, que es la principal preocupación de quienes asisten a comprar.
Aunque la feria estuvo sin actividad durante algunos meses, ha retomado sus labores, siempre con el resguardo como norma.
Uno que ha tenido que reinventarse es el comerciante David Morales, quien siempre ha trabajado en comercio, aunque en los últimos tiempos tuvo que cambiar al mercado de las frutas y las verduras, por ser un rubro de primera necesidad.
Entre ají, tomates, peras, manzanas, y diversas hortalizas se pueden conseguir bajo el toldo de Morales, con productos de agricultores locales de la zona de Punitaqui.
“Como yo siempre he estado en el comercio y necesitaba reinventarme, algunos amigos me hicieron la recomendación y me hicieron el contacto con productores de la zona a quienes le compramos directamente. Obviamente preferimos comprar a los productores de la zona porque ofrecen muy buena calidad y los alimentos son más frescos. Le compro a productores que lo cosechan a las tres o cuatro de la mañana y a las 5.00h uno pasa a retirar y ya ellos le tienen a uno el pedido. No hay otra manera de hacerlo más directo y más fresco para el cliente. Eso da una garantía de frescura que no pueden dar algunas cadenas grandes y por eso la gente nos prefiere, eso es lo positivo de todo esto”, explicó.
Calidad local
Agregó que la idea de trabajar con los productores locales es poder llevar calidad, y además de seguir con una cadena de apoyo local en el que nos beneficiamos todos, desde el agricultor, el comerciante y el cliente.
¿Qué tan difícil ha sido salir adelante en medio de la pandemia?
-“Ha sido muy difícil porque más que nada han cerrado varias ferias libres en la provincia y en la región, donde participábamos frecuentemente. Nosotros íbamos los fines de semana a Ovalle a vender en la Feria de las Pulgas de la Media Hacienda y también en la de Tongoy acostumbramos a ir, y también a cerraron”, indico.
Al verse cerrados por medidas municipales, indicó que perdieron de trabajar dos días (sábado y domingo) en Ovalle y otros dos días (martes y jueves) en Tongoy. Con respecto a la Feria de Punitaqui, ésta había estado paralizada desde el inicio de la pandemia, pero apenas hace un mes retomó su agenda de los viernes.
“Aquí en Punitaqui volvimos hace un mes y ha estado lento, al principio la gente no quería venir, le costaba creer que pudiera estar seguro, pensando que habría mucha gente, pero se dieron cuenta que tomamos todos los resguardos y que manteníamos la distancia social, así que poco a poco están regresando a la Feria. De a poco ha ido aumentando la gente y no se han visto aglomeraciones porque eso está controlado por la municipalidad o por la gente que está a cargo de la feria”, explicó.
Respeto a las normas
Consultado sobre el respeto que pueden tener el comerciante y el público con respecto a las normativas para evitar contagios de Covid_19, Morales se sintió satisfecho con la responsabilidad de la gente al respecto.
“Está todo muy coordinado, todos los comerciantes conocen las normas y el cliente las está respetando, y al final es lo importante, porque son ellos quienes se mueven entre los puestos y se ha visto un orden, la gente muy contenta porque han visto que no hay acumulaciones de personas. Que es totalmente seguro comprar acá”.