Una de las deudas históricas que mantiene el Estado chileno con su sociedad se desarrolla en los campos y comunas rurales, donde a pesar de contar con muchos proyectos a lo largo de los años, siguen estando en desventaja con las ciudades en diferentes ámbitos económicos, sociales y culturales.
Con la premisa de cambiar esa realidad, la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias, del Ministerio de Agricultura sienta en una mesa a distintos organismos buscando un objetivo común.
Si bien Odepa cuenta con más de cinco décadas de actividad en el quehacer agropecuario, su Departamento de Desarrollo Rural tiene poco más de dos años de creado, con la finalidad de darle visibilidad al mundo rural, más allá del impacto que tiene la agricultura en el mundo económico, sino más bien en el mundo social, cultural y ambiental.
“Haber creado el departamento ha sido muy importante para darle un seguimiento en el largo plazo a los proyectos conectados con distintos organismos, y que haga equilibrio entre el mundo rural y el urbano, recibiendo el protagonismo social y ambiental que merece, siempre mirando la ruralidad como una gran riqueza para el país, mostrando sus paisajes, sus tradiciones, su cultura, sus oficios”, explicó a El Ovallino la directora nacional de Odepa, María Emilia Undurraga,
“Cuando hablamos del mundo rural, mucha gente cree que se trata sólo del mundo agrícola. Pero hay que entender que las necesidades de los agricultores van mucho más allá de los programas de producción, tienen que ver con caminos, conectividad, agua, educación, salud, entonces esa política lo que hace es poner de acuerdo a todos los ministerios para llegar con respuestas concretas a ese mundo rural”, indicó.
Odepa es la secretaría técnica que representa al Ministerio de Agricultura, y es quien lidera el programa que reúne a 14 ministerios como Educación, Salud y Vivienda entre otros, para buscar programas y establecer planes de trabajo haciendo seguimiento además a los compromisos asumidos por cada ministerio y cada institución del Estado, enfocada en el trabajo de cada comuna rural.
“Lo primero es reconocer la ruralidad como un espacio de oportunidad, y aunque suene simple, significa un cambio de paradigma en las políticas públicas, porque en general las políticas públicas se centran en lo urbano, por eso hay que cambiar la mirada, porque sabemos que hay muchas brechas, y lo segundo es reconocer todos los matices de la ruralidad, que no se puede plantear en blanco y negro, entendiendo que hay una gran variedad de realidades diferentes a nivel regional y nacional”, explicó Undurraga.
Agregó que es finalmente en las comunas donde se van a teorizar sobre las problemáticas y necesidades particulares de cada territorio, por lo que la otra parte de su trabajo consiste en establecer comunicación con las municipalidades y las instituciones de base para hacer una radiografía de la zona.
“Las municipalidades son la unidad de acción de nuestro trabajo. Las políticas nacionales tienen una bajada regional en su estrategia de desarrollo y una bajada comunal en los Planes de Desarrollo Comunal (Pladeco)” específicó.
Chile Rural
Indicó la directora que uno de los grandes programas a nivel nacional llamado Santiago no es Chile, involucra a más de cincuenta organizaciones de la sociedad civil, entre fundaciones y empresas sociales, universidades e institutos autónomos de diferentes Ministerios para hacer efectivo el trabajo en favor del desarrollo rural.
“Por eso desde Odepa lo que buscamos, más que suplir el trabajo de los diferentes Ministerios, es ser una bisagra entre organismos locales y nacionales, y llevar ese monitoreo para ir midiendo el avance en cada uno de los compromisos de las instituciones”.
Emparejando la cancha
Con respecto a los planes de ofrecer a las comunidades rurales los mismos servicios con los que cuenta el mundo urbano, Undurraga explicó que es uno de los grandes desafíos que se ha impuesto Odepa.
“Uno de nuestros grandes aliados es el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, que está enfocado también en esa línea, con un compromiso de llegar con banda ancha a cada una de las localidades rurales del país, para emparejar la cancha y que tengan las mismas posibilidades de conexión”.