Dos semanas han pasado luego de la denuncia de los vecinos de Las Sossas sobre una mortandad de peces observada en algunos puntos del Río Limarí, lo que habría alertado a productores y autoridades, quienes ordenaron una serie de análisis e investigaciones en terreno sobre la situación.
Ante la situación el Delegado Presidencial Provincial, Iván Espinoza, explicó a El Ovallino los resultados de los análisis que se han hecho en la zona para determinar las causas del incidente.
“Tal como lo señalamos a este medio cuando surgió esta problemática, hemos realizado todas las acciones y coordinaciones tendientes a dilucidar las causas de la situación anómala que afectó al afluente del río Limarí en el sector de San Julián. Se estableció de inmediato un plan de acción de carácter transversal donde la Seremi de Medio Ambiente incorporó al análisis a todas instituciones vinculadas o relacionadas con pertinencia y/o competencia en la materia como ejemplo la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), la de Medio Ambiente, el Municipio de Ovalle, Sernapesca, la DGA y otros servicios. Las instituciones pusieron a disposición sus equipos técnicos a trabajar en los análisis correspondientes y ya se han arrojado parcialmente algunos resultados”, destacó Espinoza.
Agregó que la primera información luego de los hechos detectados, fue proporcionada directamente por la empresa Aguas del Valle, quienes comunicaron que internamente realizaron los primeros estudios descartando problemas en el funcionamiento de sus procesos en la planta de tratamiento de aguas servidas ubica algunos kilómetros más arriba.
“Con posterioridad la Súper Intendencia de Servicios Sanitarios, SSIS informó que se realizó una primera fiscalización a la Planta de Tratamiento de Aguas Servidas (PTAS) que opera la empresa Aguas del Valle en la ciudad de Ovalle, así como a su descarga de Aguas Servidas Tratadas (AST) al río Limarí y el punto denunciado en el Canal San Julián, donde se constató que las unidades y módulos del proceso de tratamiento se encontraban operando en condiciones normales, sin registro ni evidencias de fallas en las últimas semanas. Además en esta primera inspección realizada por SISS en la bocatoma del Canal San Julián, se constató que las aguas en la bocatoma presentan una coloración, olor y formación de algas que es congruente con un proceso anaeróbico en ellas (disminución del oxígeno disuelto), lo cual puede estar asociado a la falta de movimiento o circulación del agua, sumado a una exposición a radiación solar por periodos prolongados de tiempo. Se desprende que de esta primera inspección no fue posible deducir una conclusión definitiva o determinante”, apuntó el funcionario.
Entes involucrados
Apuntó que desde la Seremi de Medio Ambiente actualizaron el proceso de investigación con análisis complementarios de otro de los servicios, esta vez los realizados por el Servicio Nacional de Pesca, Sernapesca, que se basan en estudios específicos de muestras obtenidas de todos los sectores donde se detectaron las anomalías.
“Estos análisis básicamente son de mediciones en terreno en agua del río de pH, oxígeno disuelto, temperatura y conductividad con sonda multiparámetro y otras acciones específicas. Según estas observaciones, a pesar que existirían ciertas evidencias de mortalidad por origen antrópico (por acción humana), debido a la alta contaminación orgánica observable en el río, en principio no es posible descartar además otros tipos de contaminantes”.
Consignó que como ninguno de los procesos de fiscalización llevados a cabo por los organismos competentes, ha podido ser absolutamente determinante, bajo sus propias perspectivas y con la información obtenida, “se ha procedido al cruce e integración multidisciplinaria, proceso el cual se encuentra coordinado por la Seremi de Medio Ambiente”.