Este domingo 6 de septiembre quedará grabado en la memoria de miles de peregrinos y romeros que anualmente visitan el santuario de Sotaquí para participar de la Fiesta Chica en honor a El Niño Dios. Y es que, debido a las consecuencias del COVID-19, la realización de la tradicional festividad sufrió cambios importantes en su programa previsto.
En la singular ocasión, las actividades, enmarcadas bajo el lema “Tu eres nuestra esperanza”, fueron desarrolladas íntegramente en formato virtual, sin la presencia física de fieles y transmitidas en vivo por diversos medios de comunicación social.
A primera hora tuvo lugar el rezo del Rosario meditado, mientras que a mediodía se celebró la Eucaristía desde el templo Catedral de La Serena, presidida por el Arzobispo René Rebolledo Salinas, quien manifestó: “la Fiesta Chica de este año en honor del Niño Dios de Sotaquí, la hemos vivido ciertamente en un modo distinto. Por mi parte, tuve presente el hermoso marco en el cual se desarrolla, año a año: los peregrinos que se acercan a Sotaquí desde los numerosos pueblos del Limarí, los buses repletos de gente, en las calles centenares de vendedores ambulantes, los devotos que están delante de la sagrada Imagen orando con sus velas encendidas, la gran cantidad de jóvenes y adultos colaborando en múltiples tareas, las instituciones de servicio, la hermosa santa Misa solemne, la procesión vivida con fervor y el encuentro alegre con conocidos y familiares. Un ambiente que permanece en el recuerdo en forma permanente. Todo ello lo he memorado como muy sentido. Lastimosamente no fue posible vivir este año día semejante. Lo digo con pesar. No obstante, fue muy hermoso presidir desde el templo Catedral la santa Misa principal para los devotos y peregrinos. Nos encomendamos al Niño Dios de Sotaquí, como reza el lema escogido por el Rector del Santuario, P. José Antonio López, y su consejo pastoral parroquial: “¡Tú eres nuestra esperanza!”, especialmente Cristo es nuestra esperanza en este tiempo tan doloroso de la pandemia del COVID-19”.
Por la tarde, se vivió la Misa Solemne desde el Santuario de Sotaquí, celebración que estuvo a cargo del P. Gerardo Soto, Vicario Foráneo del Limarí. Posteriormente, se desarrolló una Procesión virtual, en la que representantes de la comunidad parroquial acompañaron a la sagrada Imagen del Niño Dios de Sotaquí por el interior del sector El Paltal, tradicional punto de encuentro de los miles de peregrinos que llegan hasta el Santuario limarino. El programa finalizó con el rezo de la Coronilla al Niño Dios desde el salón parroquial.
El P. José Antonio López, Rector del Santuario, expresó que “estos días han sido una experiencia totalmente nueva, sin la presencia física de los miles de peregrinos que llegan anualmente, junto a los bailes religiosos y promeseros, a adorar al Niño Dios. Tanto las transmisiones de la novena, como los actos centrales, han sido seguidos y reproducidos por un gran número de personas cada día, conectados a través de los medios de comunicación social desde la región, el país y el extranjero. Hemos recibido innumerables mensajes de agradecimiento. Todo esto se ha transformado en algo maravilloso y enriquecedor, a pesar de no haber desarrollado las actividades como estábamos acostumbrados”, destacó.
Peregrinación espiritual
Quienes igualmente lamentaron profundamente no estar presentes físicamente en la Fiesta Chica de El Niño Dios de Sotaquí, fueron los bailes religiosos que cada año acompañan la jornada con sus melodías y danzas. Cristián Piñones, Presidente de la Zonal de Bailes Religiosos de la Vicaría del Limarí, comentó que “estos días han sido tristes y hemos estado resguardados para prevenir contagios. Seguimos la novena y la fiesta propiamente tal por las redes sociales. Lamentablemente no estuvimos físicamente, pero sí de manera espiritual. Duele no haber estado allí pero es por el bien común de todos”.
Finalmente, Gustavo Cortés, feligrés que cada año coopera con las lecturas durante la novena, agradeció la posibilidad de -a pesar de las circunstancias- tener la festividad en el hogar y sin correr riesgos. “Es primer año que hemos tenido que recurrir solamente a la tecnología para realizar la fiesta. Me parece una alternativa correcta, dentro de las dificultades por las que atravesamos. Habitualmente en esta fecha es cuando más crece la devoción. Espero que cada una de las personas hayan podido seguir la programación especial a diario, porque si hay algo que me queda claro, es que la fe es la misma”, destacó.