El sismo 6.7 del pasado 19 de enero volvió a revivir aún más la ya persistente preocupación de los vecinos del centro de Ovalle; el temor a que sus casas se vengan abajo.
Las viviendas comparten características en común, entre ellas, que son habitadas en varios casos por adultos de la tercera edad y que además son construcciones antiguas, de hecho la vivienda de la presidenta de la junta de vecinos Ovalle Centro, Rossana Barrera, data del año 1920, es decir, casi cien años.
“Conversamos con nuestro alcalde para ver el tema de si se podía hacer la Ficha Fibe, para que ellos a su vez pudieran hacer este catastro y así fuera entregado en la Gobernación y de ahí a la Intendencia”, explica la dirigente sobre las acciones que han emprendido tras la emergencia ocurrida el mes pasado.
Por el momento, como junta de vecinos están intentando tener una audiencia en la gobernación y una en la intendencia, “como que nadie nos escucha, excepto nuestro alcalde”.
Esta semana los consejeros regionales aprobaron en forma unánime mil millones para apoyar Plan de Reconstrucción en la región de Coquimbo. Frente a eso, declara, “tengo entendido que el sismo sólo fue declarado como ‘sismo de fuerte intensidad’. Pero estamos a la espera de lo que decida el Estado, si nos van a entregar algo, porque con esa categorización de la intensidad es difícil que se nos pueda ayudar”.
“Si bien es cierto tuvimos un subsidio en el terremoto pasado, pero al final las constructoras se llevan prácticamente todo”, explica, ya que los recursos de acuerdo a su punto de vista no fueron los suficientes.
Derechamente advierte que si ocurre otro movimiento sísmico de gran intensidad, “no nos quedará casa”.
Además les preocupa la situación de los residentes de la tercera edad, los que tampoco estarían capacitados para huir rápidamente de presentarse otro sismo, “no está la movilidad ni el poder arrancar si la casa se viene abajo”.
Lo que también les inquieta es que se pierda la memoria de Ovalle del pasado, “es bastante preocupante, este es el casco histórico que nosotros queremos salvar de alguna u otra manera pero nadie nos ayuda, si no todo se convertirá en construcciones nuevas y no quedará nada de historia”.
Factor polillas
Los problemas se ven acrecentados por un tema en particular, “las polillas tienen las casas totalmente deterioradas, sobre todo el techo, el que ante cualquier sismo se puede venir todo hacia abajo. Estas casas al ser tan grandes cuesta mucho mantenerlas. Si tuviéramos menos apolillados los techos, las casas resistirían un poco más”.
Finalmente concluye indicando, “no pedimos que se nos de todo, sino que se nos ayude, es mucho el dinero que se tiene que invertir”.
Trabajo de la municipalidad
En este sentido, la directora comunal de la Oficina de Emergencia y Protección Civil, Lorna Benavides, aclaró que hasta ahora, “no se ha decretado Zona de Catástrofe, porque el acontecimiento sucedido el pasado 19 de enero fue considerado sólo como un sismo de alta intensidad, lo que significa que no contamos con recursos para ir en ayuda de las personas que se vieron afectadas”.
De todas formas afirmó, “nosotros estamos trabajando y haciendo evaluaciones en terreno de los daños que provoco este evento sísmico, para contar con un catastro de las familias que presentan daños en sus hogares”.
Benavides agregó que, “los daños que hemos evaluado en su mayoría son menores y los que presentan una afectación mayor fueron provocados por el sismo del año 2015, donde varias construcciones de adobe sufrieron desprendimientos y problemas más graves, por lo que esperamos que se aplique un subsidio de reconstrucción, porque la gente, de verdad, lo necesita”.