Una larga mesa adornó el sábado el patio de la Iglesia San Vicente Ferrer. Cerca de las 13:00 horas fueron llegando los comensales para recibir algunas de las decenas de platos que los apoderados del grupo de catequesis del Colegio Amalia Errázuriz, prepararon en el marco Semana de la Solidaridad y el aniversario número 75 de ese recinto ovallino.
La actividad permitió que decenas de personas en situación de calle, pudieran disfrutar de un almuerzo especialmente preparado para ellos por esa comunidad escolar. Esta acción solidaria organizada por las catequistas Carolina Pizarro, María Hortensia Heredia y el profesor de religión Rodrigo Bugueño, fue también apoyada por 33 apoderadas y alumnos del grupo de confirmación.
Eugenia Gallardo, una de las apoderadas presentes en la acción solidaria, sostuvo que “esta actividad, el recinto nunca la había hecho, y queríamos que esta fuera una oportunidad para marcar un precedente para poder abrirnos a la comunidad. El profesor de religión del colegio veía esa falencia, quería que los niños tuvieran más contacto con gente que está más necesitada. La idea de esta iniciativa tuvo mucho apoyo del director del colegio, el cual estaba muy interesado de que esta actividad se realizara. Como apoderados, nosotros apoyamos la idea y por eso hoy hay un montón de personas colaborando en esta actividad”.
Para ella, lo principal de la jornada, fue crear un lazo entre la comunidad escolar y las personas más necesitadas. “Lo principal es tratar de evidenciar a los niños que existe una realidad diferente y sobre todo, que tengamos la oportunidad de tener un contacto más cercano con las personas que vinieron a almorzar, pudiendo así conversar, intercambiar experiencias, se han producido conversaciones muy bonitas entre los apoderados y los alumnos que están sirviendo esta mesa. La idea es que esto se haga todos los años, sobre todo en el marco del aniversario del colegio y ojalá que cada vez participe más gente”, sostuvo.
Angélica Araya, apoderada de uno de los estudiantes del grupo de catequesis, también se refirió a la actividad afirmando que “nos organizamos en comisiones para que todas las mamás pudieran participar. Entonces unas se encargaron de hacer las compras, otras de cocinar, otras de la logística, otras se servir. La idea fue que todas pudieran apoyar y colaborar. Ha sido una experiencia súper enriquecedora”.
Por su parte Carolina Pizarro, catequista, indicó que “estamos en el Año de la Misericordia y es este es nuestro pequeño aporte para poder llevar a cabo nuestra obra, que es maravillosa. Esto a nosotros nos llena, recibir a toda esta gente es impagable. El mensaje que se transmite a nuestros niños, es lo que le enseñamos a ellos en el Año de la Misericordia; tenemos que dar al prójimo”.
Pizarro recalca que las acciones sociales continuarán. “Más adelante tendremos otra actividad con los niños. Ésta es una de las tantas que vienen, ahí es donde tenemos que integrarlos también a ellos”.
Uno de los comensales que arribó a la larga mesa fue Edgardo Fonseca, quien valoró esta iniciativa solidaria, diciendo que “me sentí súper contento, fue una experiencia linda, generosa. Esto me dio la oportunidad de estar con otras personas compartiendo un almuerzo”, aseveró.