El mundo vive los Juegos Olímpicos y la provincia de Limarí tuvo un representante en la máxima cita de los anillos. Fue como entrenador y lideró la campaña de Alfonso de Iruarrizaga en Seúl 1988 para conseguir una luchada medalla de plata en tiro skeet.
Este ovallino fue Ángel Marentis Rallín, quien adiestró al deportista y también a la actual representante nacional Francisca Crovetto para su preparación a Río 2016.
El ovallino no quedó conforme con el lugar 19 de la clasificación, disparando 62 de 75 disparos, lo que privó a Crovetto de disputar la final del tiro.
“Esperaba un poquito más de Francisca. Tuvo una muy buena preparación, disparó en cinco competencias, en algunas lo hizo muy bien. Francisca es ciento por ciento profesional y no escatimó en esfuerzos, pero esta vez no resultó. Son cosas del momento. En esto no hay disculpas. La razón es que falló en la concentración, nada más”, fue categórico Marentis.
Pero es tiempo de echar un vistazo al pasado. Ángel Marentis Rallín se inició a comienzos de la década del ’60 en Recoleta en el club Caza y Pesca Limarí y desde esos años forjó su técnica en el tiro skeet. En 1963 ganó el campeonato nacional de tiro, se rodeó de los mejores lanzadores de Chile para ganar la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Winnipeg por equipos. En 1965 Chile organizó el mundial de tiro skeet, donde Marentis fue pilar del equipo nacional para lograr el segundo lugar. Un hito en la historia de la disciplina.
Luego de una dilatada carrera internacional, en 1977 la Federación chilena de tiro le ofreció ser el entrenador de la selección chilena. Y el logro más importante de Marentis vendría nueve años más tarde en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. Su pupilo Alfonso de Iruarrizaga superó todas las expectativas y se colgó la medalla de plata, última presea de Chile en un deporte amateur en una cita olímpica.
“Fue una medalla muy trabajada de acuerdo a los recursos de esa época. Clasificamos acá en Chile con una competencia fuerte, luego clasificó en el selectivo con 198 platos en 200. A los 25 días después fuimos a Porto Alegre, Brasil, a prepararnos en un torneo y también disparó 198. A los 20 nos fuimos a Seúl y Alfonso ganó la plata con 198. Es decir, que en un mes y medio disparó igual y estaba en su peak”, recuerda Marentis.
“Fue una alegría inmensa. Los Juegos Olímpicos son cada cuatro años y es la oportunidad, y esa vez resultó. Evidente que el oro es lo máximo, pero lograr cualquier medalla es un éxito rotundo, sobre todo para los sudamericanos”, agregó.
Con el tiempo siguió siendo el entrenador de Chile, siendo testigo de la naciente promesa del tiro skeet, Francisca Crovetto. Con la deportista logró la clasificación a los actuales juegos y a Londres 2012, donde la guió en cada paso en la ciudad británica.
Desde Santiago donde se radicó junto a su familia, Ángel Marentis Rallín seguirá ligado al tiro skeet, disciplina que sabe de su experiencia al servicio de los nuevos deportistas.